El Barça ha perdido su encanto defensivo. Que lo tuvo la pasada temporada. Y lo tuvo durante muchos meses porque le permitió construir su obra gracias a esos ajustados 1-0 que le hicieron llegar por la vía más estrecha hasta la conquista de la Liga. Ahora, en cambio, es un equipo frágil, capaz de recibir cuatro goles en partido y medio (los dos del Celta en los 90 minutos de Montjuïc y los dos del Mallorca en la primera mitad), revelando que ya no es tan solvente como lo fue.
No es tan granítico como fue. No es, además, tan solvente como se le suponía, pagando, al mismo tiempo, la versión más terrenal de Ter Stegen, cuyos nervios en el 1-0 se contagiaron en el 2-1. La noche en que Xavi dio fiesta a la pareja de centrales titulares hasta ahora, integrada por Koundé y Christensen, se desmoronó su equipo.
Piezas desubicadas
A Iñigo Martínez, que debutaba como titular, se le vio desubicado, con evidentes problemas . Y Araujo, que vuelve de la lesión muscular, no estuvo tan rápido como acostumbra. El primer gol del Mallorca se apunta en la libreta del meta alemán unido a la desorientación que exhibió Oriol Romeu. El segundo pertenece a la de los dos centrales que se conocían por vez primera vistiendo la zamarra azulgrana.
Todo sucedía cuando Xavi había agitado más que nunca el once inicial. Hasta cinco rotaciones ejecutó el técnico. Y tres de ellas fueron en la estructura defensiva, donde solo se mantuvo Cancelo con respecto al Barça que remontó el pasado sábado en Montjuïc. Cambió los dos centrales y devolvió a Balde a la titularidad tras la aparición de Marcos Alonso en el once inicial contra el Celta. Tres de cuatro y dos goles en contra, síntoma de su extrema fragilidad, regalando goles al Mallorca como si fueran golosinas para los niños.
8 goles encajados en 7 jornadas
No es casual, por lo tanto, que el Barça haya iniciado con mal aspecto defensivo en este inicio de temporada. Solo es necesario mirar hacia atras. En la jornada siete de la pasada temporada, el equipo de Xavi solo había encajado un tanto manteniendo la portería a cero en seis jornadas.
En esta campaña todo ha ido a peor porque los azulgranas ya han sufrido un escarnio considerable al recibir hasta ocho goles. ¡Sí, ocho en siete jornadas!. Tan solo ha podido estar Ter Stegen durante tres encuentros (Getafe, Cádiz y Betis) sin recoger el balón desde el fondo de la red, la prueba de que el edificio defensivo se ha venido abajo.
«Sabemos que tienen defectos en defensa, ya lo vimos en el segundo gol cuando con solo tres toques lo hicimos»
Y no todos los días puede apelar a las remontadas. Aún tuvo suerte de que en el último suspiro, ya bordeando el minuto 97, Larin se empachara de balón para desperdiciar una clara ocasión, que retrató sus flaquezas. Eran cuatro delanteros del Mallorca contra dos superados defensas del Barça.
«Estamos dando demasiadas facilidades», ha reconocido Oriol Romeu, el mediocentro azulgrana. «Sabemos que tienen defectos en defensa, ya lo vimos en el segundo gol cuando con solo tres toques lo hicimos», ha subrayado Muriqi, que anotó el 1-0 y asistió en el 2-1 antes de que Fermín empatara el partido.