El sacerdote malagueño Francisco J. C., de 34 años, fue detenido a principios de septiembre por la Policía Nacional en Vélez Málaga acusado de tener imágenes de mujeres a las que había sedado para abusar sexualmente de ellas. Fue el final de una investigación iniciada por la Policía Nacional tras recibir la denuncia de una vecina de Melilla que se identificó como su pareja sentimental y por la que fue trasladado de esa localidad hacía unos meses. La relación entre ambos era pública y notoria, lo que llevó al Obispado de Málaga a trasladarlo y que reflexionara su futuro. Pero nadie se esperaba lo que escondía en un disco duro. Su pareja lo encontró y lo entregó a la Policía. Ahora está en prisión provisional acusado de cuatro agresiones sexuales y cinco delitos contra la intimidad.

Así fue la investigación

La Dirección General de la Policía Nacional señala que la investigación se inició en agosto cuando una mujer, que aseguró ser pareja sentimental del detenido, denunció en la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de Melilla que había localizado en el domicilio que compartían un disco duro con fotografías y vídeos.

En ellos aparecían varias mujeres semidesnudas, dormidas o bajo los efectos de algún sedante y a las que un hombre les realizaba todo tipo de prácticas sexuales.

Tras el análisis del material de este disco duro, los investigadores de la UFAM central lograron identificar a cinco víctimas que manifestaron desconocer la existencia de las grabaciones y que no eran conscientes de haber sido víctimas de ningún delito de naturaleza sexual.

Los agentes averiguaron que las agresiones sexuales se habían llevado a cabo de forma continuada en diferentes años y localidades, con ocasión de viajes de grupos de amigos, entre los que se encontraba el arrestado.

Éste habría suministrado a las víctimas algún tipo de sustancia que anulaba su estado de consciencia para perpetrar las agresiones sexuales.

Fuentes cercanas a la investigación han señalado a EFE que algunas de las agresiones fueron cometidas en una casa parroquial y en su propia casa. No se ha podido determinar por ahora qué sustancia utilizó el detenido para drogar a las mujeres, ya que han pasado varios años desde que se cometieron los hechos.

Por ahora se ha conseguido identificar a todas las víctimas que aparecían en los vídeos, aunque ninguna recordaba qué había pasado. Eso sí, confirmaron que conocían al ahora sacerdote y formaban parte de un grupo de amigos que realizaba excursiones y quedaba con cierta frecuencia.

La investigación determinó que los abusos fueron grabados por Francisco J. C. entre 2017 y 2019 en diferentes lugares y aprovechando los viajes que organizaba el grupo de amigos. Al parecer, según fuentes policiales, ninguno de los integrantes de este grupo conocía estas prácticas.

Los agentes no descartan que haya más víctimas en Melilla, Málaga Córdoba, lugres en los que el arrestado ha residido y de donde eran los integrantes del grupo con el que se relacionaba y de la que son las víctimas, por lo que siguen analizando el material que se incautaron en su actual domicilio de Vélez-Málaga tras la detención.

El detenido no ha querido colaborar con la Policía Nacional tras su detención, según las mismas fuentes. Hijo de una monja. Este veleño es hijo de una monja clarisa que durante años estuvo en Vélez-Málaga. Posteriormente la mujer permaneció como catequista hasta que nació el ahora detenido y comenzó a trabajar como educadora en una guardería, han indicado los vecinos.

No tenía parroquia asignada

Según la información que ha podido recabar La Opinión de Málaga, el acusado no tenía una parroquia a su cargo desde que regresó a la provincia desde Melilla. El Obispado de Málaga, que era conocedor de que había mantenido una relación sentimental con una mujer en la ciudad norteafricana, ya que había superado el ámbito meramente privado, se conocía públicamente y había derivado en escándalo, le ofreció un período de reflexión para que tomara una decisión sobre hacia dónde quería encaminar su vida, por lo que no le fue asignada ninguna parroquia y aunque acudía periódicamente a Yunquera o El Burgo a oficiar la eucaristía, vivía retirado temporalmente en Vélez Málaga.

La noticia de la detención de este cura, que se llevó a cabo en los primeros días de septiembre, y los delitos que se le imputan han conmocionado al clero malagueño, ya que estos cargos van mucho más allá de que pudiera tener dudas sobre su vocación o cierta inestabilidad sentimental.