El juzgado de lo social número 12 de Barcelona ha dado la razón a un vecino de Langreo que pidió teletrabajar el cien por cien de su jornada para cuidar de su padre enfermo. G. (prefiere no revelar sus datos personales) tiene la oficina en Barcelona «y me gusta ir a la oficina, estar con la gente», pero desde que se decretó el Estado de Alarma en marzo de 2020, teletrabaja. La empresa ha acordado con los trabajadores que, a partir del mes que viene, vuelvan a la oficina la mitad de su jornada laboral. Este vecino de Langreo no quiere hacerlo porque su familia le necesita.
Los padres de G. viven hace años en Langreo y él aprovechó que teletrabajaba para pasar una temporada con ellos. «Para estar cerca de la familia, ahorrar un poco y luego volver a Barcelona», explica. El problema es que a los 20 días de llegar a Asturias su padre enfermó y su salud fue empeorando hasta el punto de ser una persona dependiente.
Ante la cercanía de tener que regresar a Barcelona dejando a su padre enfermo y a su madre en Langreo, este empleado, que reconoce que le gusta «leer las leyes, los convenios y el Estatuto de los Trabajadores», decidió, apelando precisamente al Estatuto, solicitar a la empresa seguir teletrabajando toda su jornada. La ley marca que en ese caso se abre un proceso de negociación de 15 días entre empresa y empleado. «Lo solicité al director de recursos humanos pero, por su parte, nunca hubo negociación. Siempre me decían que estaban revisando los documentos y el último día me contestaron que no aceptaban mi solicitud». La empresa argumentaba que no le podían conceder el teletrabajo por conciliación familiar, que es lo que él solicitaba.
Agotada esa posibilidad, decidió acudir a los juzgados que ahora le dan la razón. La magistrada Marta Molist Requena atiende su petición por dos razones. Por un lado, porque la empresa incumplió la ley al no negociar con el trabajador durante esos quince días. En segundo lugar, en el fallo, apunta que «no es necesario hacer un ejercicio reflexivo para saber que, en esas condiciones, la necesidad de ayuda familiar es constante. Cualquiera que haya tenido a un familiar ingresado puede hacerse a la idea de que son necesarias varias personas para ocuparse de ello»
El padre de G. fue sometido a un transplante pulmonar y tiempo después una bacteria le provocó un fallo renal que le obliga a acudir a diálisis cada dos días. La idea no era quedarse en Asturias pero la situación familiar lo requiere, «y no solo para cuidar a mi padre, sino también como apoyo a mi madre y de toda la familia», dice este vecino de Langreo, que además apunta que en el Estatuto de los Trabajadores también está contemplado que se debe utilizar el teletrabajo para fomentar la residencia en zonas despobladas, «y Langreo lleva perdiendo población desde los 80» Ahora, él es un vecino más y podrá seguir trabajando desde Langreo, lo que facilitará esa conciliación familiar.