Un joven desaparecía en los alrededores del mirador de Camilo José Cela de Cuenca en la madrugada del 14 al 15 de septiembre. Finalmente, y gracias a las labores de búsqueda de la Policía Local, Bomberos y Protección Civil, su cuerpo se hallaba en los miradores de la Ronda del Júcar de Cuenca una semana después. El cadáver pertenecía a Enrique López, hijo de la exconcejala «popular» en el Ayuntamiento de Hellín (Albacete) Rosa Pilar Sáez. El joven había aparecido en la pequeña pantalla en noviembre de 2021, siendo uno de los comensales de ‘First Dates’.

Kike, tal y como se presentó en el programa, era estudiante en la Escuela Superior de Arte Dramático de Cuenca y se declaraba en el dating show una persona enamoradiza: «Literalmente me identifico con Verónica Forqué haciendo de Kika porque yo soy un poco igual. Soy un poco de: ‘Yo no sabía que iba a maquillar a un muerto, pero lo maquillo. Es que me enamoro, me enamoro todo el rato. (…) Soy Kika bastante veces al mes. Voy en metro y a lo mejor de repente me enamoro. Y me voy de fiesta, me lío con uno y me enamoro, y estoy una semana enamorado. ¡Y me he liado con él de fiesta y nada más, pero me enamoro!«, contaba. 

El joven reconocía que no se quejaba de sus anteriores relaciones porque «al final son experiencias» y había conocido a «gente guay». Dispuesto a encontrar de nuevo el amor, Kike le contaba a Carlos Sobera cuál era su prototipo ideal: «Tiene que ser un modernito, artista. A mi me gustan los yonquis, en plan ,que esté en un banco y tú lo veas y digas: ‘pf me va a joder la vida’. Esos me gustan a mí, los macarras, no los buenos«, le decía al presentador. Además, concretaba cómo se traducía su prototipo en apariencia física: «cejas bien cortadas, los aros, el chándal». Para mí esa es la gente de bien, no las que van con los náuticos y los ‘fachalecos», explicaba. Carlos Sobera no daba crédito a lo que el joven le explicaba: «No tengo nada más que decir, señoría. Voy a por tu cita», zanjaba mientras acudía a buscar al otro chico. 

 

«No quiero un cayetano ni un ingeniero, quiero un ‘antifa’ que me regale mecheros«, comentaba Enrique a la espera de conocer a su cita. Y además, añadía: «Mi madre me va a matar», en referencia a la exconcejal del Partido Poular. El programa daba en el clavo y Sobera regresaba acompañado de Javier, un estudiante de química de 22 años. «Le he visto con los aros y he dicho: ‘Este tío es otro parkinero, pero se ha puesto también la camisa porque no sabemos a quién vamos a tener delante«, decía en el confesionario del dating show. 

¿Cómo terminó la cita?

La primera impresión de Kike con su cita fue muy «guay» y la conversación era fluida entre ambos mientras hablaban de sus aficiones. «Javi y yo nos lo pasaríamos muy bien de fiesta, la verdad. De hecho, me lo llevaría a Cuenca, Castilla-La Mancha, ‘Spain’, porque ahí hay buena fiesta», decía. Los jóvenes tuvieron tiempo de jugar a los dardos y hasta de improvisar algunas canciones. Tras el final de la cita, Enrique confirmaba que tendría una segunda cita con Javi porque le pareció un «buen chaval»: «Lo quiero conocer más. Yo no sé si va a ser el padre de mis hijos, sabes. Pero un buen parkineo nos tendremos que meter, ¿o no?«, decía entre sonrisas. Por su parte, el otro joven también aseguraba estar dispuesto a tener un segundo encuentro: «Se me ha hecho un poco corta. Yo creo que ha fluido, hemos conectado. Además, tenemos gustos muy parecidos y eso siempre está guay«, decía.