Alberto Núñez Feijóo pronunciará este martes el que podría ser el discurso más importante de su trayectoria política hasta el momento. El líder del PP se estrena en el Congreso de los Diputados desde que dio el salto a la política nacional (el último año fue senador) después de ganar las elecciones generales sin tener una mayoría suficiente como para ser el próximo presidente del Gobierno. Era el verdadero objetivo cuando dio un paso al frente para tomar las riendas del PP. Todo apuntaba a que lo conseguiría y, por eso, el ‘shock’ del 23 de julio ha sido tan duro internamente. Después de haber superado las expectativas este domingo con un gran acto que desbordó las siglas populares contra una futura amnistía para los independentistas, el dirigente gallego ultima su intervención.
Lo hace, como es habitual, acompañado de su núcleo duro más cercano y habiendo consultado a exdirigentes del PP y otras personas que habitualmente le asesoran. Y según ha podido saber este diario, combinará el tono institucional y presidenciable con una fuerte presión dirigida a Pedro Sánchez. Igual que hizo ayer en Madrid.
En realidad, aseguran fuentes de la dirección que conocen parte del discurso, “tratará de emular el debate de la campaña” que le coronó antes de que comenzaran los errores que terminaron complicando su recta final hacia las urnas. Otro cara a cara.
En aquel debate de Atresmedia, Feijóo sacó su lado más agresivo contra el socialista, que ni se lo esperaba ni supo reaccionar. El tono en la tribuna será distinto, pero el objetivo, aseguran, es exactamente el mismo: “desmontar” a Sánchez y contraponer un proyecto alternativo basado en unos pilares “que son antagónicos”. Este domingo, en una intervención precedida a la de José María Aznar y Mariano Rajoy, Feijóo ya anticipó el mensaje: “Con esto no tragamos. No seré presidente a cualquier precio. Esto tiene un nombre y se llama indignidad”.
Para el PP la imagen de este domingo era esencial. No solo por la contundente respuesta que cosechó en la calle — 60.000 personas según la organización y 40.000 dijo la Delegación del Gobierno— sino por lo que para el partido implica una movilización de estas dimensiones bajo las siglas del PP y a 48 horas de la investidura de Feijóo.
El líder popular asume una derrota parlamentaria pero, en Génova reconocen que lo vivido este domingo les permite acudir a la Cámara con otro relato: defenderán, dicen, la postura de una inmensa mayoría frente a los pactos con los independentistas, que representan a una minoría “cada vez más mermada”.
Feijóo lleva semanas hablando de la igualdad entre españoles como principal bandera. Fue el lema de este domingo en las calles de Madrid porque resume, dicen en Génova, el mensaje que buscará transmitir a toda la Cámara: que frente a los “chantajes” que Sánchez está dispuesto a conceder “a una élite política” (un término que el gallego lleva también días pronunciando), su proyecto político huirá de esas concesiones en aras de ofrecer “lo mismo” en cada territorio “sin beneficiar más a unos solo por unos votos”.
Está por ver hasta qué punto apela, igual que han hecho otros dirigentes del PP en los últimos días, a la conciencia de diputados socialistas aprovechando también las fuertes críticas de históricos como Felipe González o Alfonso Guerra. Feijóo ya ha repetido en los últimos discursos ante los suyos que “antes o después llegarán al Gobierno” pero sin atajos ni cesiones imposibles.
Esos nombres propios estuvieron muy presentes en el acto de este domingo. No solo en boca de Feijóo. También del expresidente José María Aznar apeló a la ‘conciencia’ del PSOE cuando aseguró que en este momento se está produciendo “un ataque sin precedentes” a la Constitución porque “no solo procede de sus enemigos” sino de “un partido que tiene la obligación de defenderla y no lo hace”.
Los ejes del discurso
En el equipo del líder del PP reconocen que no se pueden esperar «grandes sorpresas» en el discurso de Feijóo porque ya ha desvelado sus líneas maestras. Si en algo pondrá el acento en su discurso del martes será en los «pagos por adelantado» que a su juicio Sánchez ya ha a hecho a los partidos independentistas. Los «pinganillos» en el Congreso fueron el primero, en referencia al uso de las lenguas cooficiales con traductores que el PSOE comprometió tras años negándose a una reforma del reglamento similar.
«Pero solo es el principio de lo que está por venir», dicen en el equipo de Feijóo. El PP da por hecha la amnistía, sobre todo después de que Sánchez ya avanzara que será «coherente» con lo hecho hasta ahora en Cataluña después de haber concedido los indultos. No negó la amnistía a los encausados del procés y, además, en claro guiño a Carles Puigdemont, zanjó: «Nunca debió judicializarse» un conflicto político.
Para el PP esas palabras del presidente en funciones fueron «un punto de inflexión» y, por eso, justificaron todavía más la concentración de este domingo
El martes estarán en la tribuna de invitados la inmensa mayoría de los presidentes del PP. El partido quiere exhibir un músculo que el PSOE no tiene y, sobre todo, que dan por hecho que actuará como contrapeso a Sánchez si la legislatura echa a andar realmente. La derrota parlamentaria de Feijóo se confirmará, salvo sorpresa, el viernes en segunda votación. A partir de ahí empieza la partida de Sánchez con dos escenarios posibles: gobierno o elecciones.