Dos meses después de las elecciones generales del 23 de julio, la incertidumbre sobre las negociaciones del PSOE con ERC y Junts alimenta el temor a una repetición electoral. Si este escenario llega a producirse, el PP volvería a ganar y mejoraría su resultado, pero este continuaría siendo insuficiente para formar una mayoría de gobierno. Los socialistas también crecerían y conservarían sus opciones de retener la Moncloa, mientras Vox y Sumar volverían a disputarse la tercera plaza. En cuanto a ERC y Junts, por ahora Carles Puigdemont no sacaría rédito de su creciente protagonismo en las negociaciones. La votación de investidura de Alberto Núñez Feijóo, previsiblemente fallida, activará la cuenta atrás para evitar una repetición electoral. Si el 27 de noviembre no hay presidente, España volverá a las urnas el 14 de enero.
El promedio de todas las encuestas sobre las elecciones generales publicadas desde los últimos comicios mantienen al PP en primera posición con una ventaja sobre el PSOE de tan solo 2,2 puntos, ocho décimas más que en las urnas. En este tiempo, mientras los populares han ganado un punto, los socialistas han sumado una décima. Feijóo lograría ahora el 34% de los votos y Sánchez obtendría el 31,8% de los sufragios. Convertida esa media en escaños, el PP conseguiría hoy 143 diputados (seis más que en las elecciones) y el PSOE se quedaría con 122 (uno más).
Los cálculos realizados por EL PERIÓDICO a partir de una fórmula empleada por Ivan Serrano, investigador del IN3 (Internet Interdisciplinary Institute) de la UOC, corresponden a la media ponderada de los principales sondeos publicados. La ponderación se realiza, como en otras fórmulas de este tipo, en función del tamaño de la muestra (cuanto más grande, mayor valor) y de la fecha del trabajo de campo (cuanto más reciente, más significativa). Hay que tener en cuenta que algunas encuestas, como las del CIS, solo ofrecen estimaciones de voto, pero no de escaños, lo que influye en los promedios de cada variable.
El crecimiento de PP y PSOE perjudica a sus respectivos vasos comunicantes, Vox y Sumar. La extrema derecha de Santiago Abascal perdería seis décimas y cuatro escaños desde las elecciones y se quedaría en los 29 diputados y el 11,8% de los votos. Por su parte, la coalición de Yolanda Díaz obtendría el 11,8% de los votos y 28 escaños, medio punto y tres diputados menos que en las urnas. Es decir, Vox mantendría por la mínima la condición de tercera fuerza política en escaños, pero empataría en votos con Sumar.
Las elecciones de julio dejaron empatada la batalla entre ERC y Junts, aunque con tres puntos de ventaja de los republicanos en votos. Una repetición de los comicios extremaría todavía más la igualdad entre ambas formaciones, pues Esquerra y JxCat empatarían con el 1,7% de los votos y mantendrían cada uno los 7 escaños que cosecharon hace dos meses. Por lo que respecta al pulso vasco entre EH Bildu y el PNV, los dos partidos repetirían sus resultados de julio con un escaño de ventaja para la izquierda abertzale.
Estos promedios no permitirían a Feijóo alcanzar la Moncloa solo con el apoyo de Vox, pues ambas fuerzas sumarían 172 escaños, dos más que en las urnas pero cuatro por debajo de la mayoría absoluta. Aunque pudiese contar con el apoyo de los tres diputados que se llevarían otras formaciones, al bloque conservador le seguiría faltando un voto para neutralizar la suma de los socios de Sánchez. Por el contrario, la suma del PSOE y Sumar sería de 150 escaños, dos menos que en las elecciones.