Volver a la rutina, a lo habitual, suele ser sinónimo de aburrimiento. Después de las emociones de Singapur para la afición española, ver de nuevo a Red Bull humillar al resto de la parrilla en la pista es un bajón para todos salvo, claro, para los chicos del equipo de la bebida energética. En Japón sellaron su sexto campeonato de constructores y para ello les bastó con Verstappen. Max, si no falla el coche, es una roca: lo hizo, otra vez, todo perfecto. Checo, sin embargo, volvió a no dar la talla en la crono del sábado, apostó por la agresividad en carrera y perdió. Pero es tal el nivel de Verstappen que sus puntos fueron suficientes para dar a los de Milton Keynes el título. Al holandés se le abre, desde la próxima carrera, la ventana para llevarse el campeonato de pilotos.

Detrás del intocable Red Bull, en Japón volvió a brillar Mc Laren. Los monoplazas papaya fueron los mejores del resto en la atípica pista de Singapur y también en las curvas de alta velocidad de Suzuka. Siguen estancados en la quinta plaza de constructores por el mal comienzo de temporada, pero rinden en todo momento y ya apuntan buenas maneras para 2024.

Max Verstappen, ganador en Suzuka FRANCK ROBICHON/EFE


Para la armada española fue una carrera trabajada. “Me habéis echado a los leones”, se quejaba Alonso en la radio por haber sido llamado a boxes con excesiva prontitud. Su resultado supone una pequeña sangría de puntos que le aleja un poco más de la batalla por el ser el mejor del resto. Hamilton y su Mercedes siguen corriendo más y le supera ya en 16 puntos. Afortunadamente, desde Aston Martin nos hicieron saber que el fiasco de Singapur fue un problema puntual con una pieza de la suspensión que alteró la aerodinámica. En Suzuka el coche verde, a pesar de la falta de velocidad punta, tenía buen ritmo, pero la estrategia no fue la mejor. Al asturiano le queda seguir luchando contra los leones.

Tampoco fue óptima la estrategia para Sainz, que debió priorizar la posición de ventaja en pista de su compañero en la primera parada en boxes. Carlos buscaba acabar entre los cinco primeros, pero la lentitud del equipo en llamarle para realizar la última parada le puso detrás de un Hamilton al que ya no pudo superar. Con todo, dos cosas positivas para Sainz: el Ferrari ya no degrada los neumáticos de forma agresiva y Carlos sigue por delante de Leclerc en la clasificación de pilotos.

La próxima será en Catar y allí Verstappen puede unir su nombre a los de Brabham, Stewart, Lauda, Piquet y Senna al firmar su tercer campeonato. Curiosamente Max podría ser campeón un sábado, si obtiene los suficientes puntos en la carrera sprint. Su “suegro”, Nelson Piquet, fue también campeón un sábado de 1987 cuando Mansell sufrió un fuerte accidente en los entrenamientos en Suzuka y, al no poder correr el domingo, dio el tricampeonato al brasileño.