El inicio de Liga no puede ser mejor. Incluso el director deportivo [Quique Cárcel] dice estar muy por encima de las expectativas. ¿Lo habría imaginado?
Sí lo pensaba. El pasado año ya iba viendo los partidos del Girona y veía que el equipo estaba muy bien. Cuando llegué vi que había todavía mucha más calidad de la que imaginaba. En la pretemporada pensé que podíamos hacer grandes cosas.
Está siendo una de las sensaciones del equipo. ¿Cómo se ve?
Estoy muy feliz de jugar en el Girona. Lo cierto es que nunca había tenido una secuencia de partidos seguidos jugando tan bien. Sin embargo, sé el fútbol que puedo ofrecer y el talento que tengo. Puedo dar aún más a mis compañeros y al míster. Para mí, la palabra clave es mentalidad. Así puedo mejorar cada partido.
Sí, quizás sí, pero ya va bien ir ganando.
Para mí es quedar entre los ocho primeros y después lo que venga a consecuencia de esto. Quizás Europa League… Pero soy ambicioso y tengo claro que el objetivo es ser de los ocho primeros en la clasificación
En la pretemporada ya se vio a un gran Savinho. ¿En cinco jornadas qué porcentaje de su mejor versión se ha visto?
Podría decirse que solo un 70%. Todavía me estoy adaptando a jugar por la izquierda, pero por la derecha puedo rendir más. El míster habla mucho conmigo y soy feliz jugando por la izquierda y ayudando al equipo. Mi pierna buena es la izquierda a pesar de que me guste más jugar por la derecha e ir por dentro.
¿Nota que con su juego, magia y calidad enamora a la gente?
Sí, soy consciente de ello. Me encanta cuando hago una filigrana y la afición grita o hace ¡oh! y se pone de pie. Me gusta mucho. Tras el último partido en Montilivi contra Las Palmas repasé vídeos y veía que la afición se levantaba de sus sillas.
Los brasileños ya tienen esto. Neymar, Vinicius, Ronaldinho…
Sí, por supuesto. Muchos somos así. Además, el míster me da libertad y confianza para ello.
¿Qué le pide Míchel?
Personalidad, mentalidad y, sobre todo, que juegue con alegría. De calidad todos tenemos y si añado todo esto, me va a salir mi juego natural.
¿Que juegue como si lo hiciera en la calle?
Sí. Con naturalidad, y que tratemos bien la pelota.
¿Le riñe Stuani porque alguna vez no le pasa el balón?
El día del partido en Sevilla sí me dijo que estaba solo y podía haberle pasado el balón. No pasa nada… Yo iba de cara, no levanté la cabeza y no lo vi. Luego repasando el vídeo sí vi que estaba solo, pero ningún problema. Ganamos. (Ríe).
Me han dicho que tira muy bien las faltas también. ¿Sabe que el Girona no marca un gol de falta desde 2020?
Soy un especialista y me gusta chutarlas. Tendré que entrenar con el equipo y pedir permiso a Aleix Garcia o Tsygankov para que me las dejen chutar.
¿Teme que los defensas de la Liga sean muy duros con usted?
¡No! ¡Qué va! Yo siempre juego con alegría.
¿Tiene carácter? Ante el Lazio, en pretemporada, se le vio enfrentándose con un jugador del conjunto italiano.
Sí que tengo. Si a los rivales no les gusta mi juego, me da igual. En la Lazio había un jugador brasileño (Anderson) que me dijo que no hiciera sombreros ni filigranas. Yo le dije que los brasileños jugamos así y que él también lo era. ¿Por qué debe enfadarse?
«Quiero ser mejor que Stuani. Soy nuevo y joven y quiero aprender para intentar alcanzar lo que él ha hecho aquí o aún más»
¿Qué sueña?
Hacer una gran temporada con el Girona y conseguir los objetivos. Veo a Stuani y me reflejo. Es un gran jugador y una gran persona a la que la afición idolatra cuando marca. Ha conseguido muchas cosas aquí.
¿Le gustaría ser como Stuani aquí?
Sí. Quiero ser mejor que Stuani. Soy nuevo y joven y quiero aprender para intentar alcanzar lo que él ha hecho aquí o aún más.
¿Le da consejos?
Sí. Me ayuda mucho. Me dice que soy muy bueno en el uno contra uno, pero que debo mejorar defensivamente.
¿Le paran por la calle en Girona o todavía no?
Alguna vez, sí. No me importa. La gente es muy respetuosa.
¿Cuántos goles y cuántas asistencias sumará esta temporada?
Quedamos con el míster que marcaría ocho goles y cinco asistencias.
¿Quiénes eran sus ídolos de pequeño?
Antes era Neymar. Ahora es Rodrygo, del Madrid.
¿Con cuántos años empezó a jugar a fútbol?
Con seis o siete en el Espirito Santo, en Sao Mateus.
¿Alguien de su familia jugaba a fútbol también?
Sí, mi padre lo hizo, pero en categorías amateurs.
¿A qué se dedicaban sus padres?
En casa tenemos una granja de vacas y siempre he vivido allí. Hacemos leche y también espectáculos de rodeo. Es muy bonito.
¡No me diga! ¿Usted hace rodeo también?
¡No! ¡No puedo yo! Lo tengo prohibido.
¿Ha notado mucho la diferencia entre la leche brasileña de su casa y la catalana o el nutricionista, Sergi Mateo, no le deja beber?
No la he probado todavía la catalana… (Ríe).
¿Cómo va a parar un chaval de una granja de Sao Mateus al Atlético Mineiro?
Cuando tenía diez años vinieron a buscarme y me dijeron que me querían. Primero fui solo y después vino mi madre y se quedó conmigo hasta que cumplí 18 años.
Un cambio muy drástico para un muchacho tan joven.
Sí, porque en mi caso siempre había estado en la granja, muy tranquila. Después de repente, salto al Atletico Mineiro.
Enseguida fue campeón sudamericano sub-15, internacional juvenil y debutó con el primer equipo con 16 años. ¿Fue difícil digerirlo todo?
No. No hay problema. Todo es cuestión de mentalidad.
Jorge Sampaoli le hizo debutar.
Sí, él me sube con 16 años y entonces el Turco Mohamed me dio mucha confianza y continuidad.
¿Cuándo el City Group, vía Troyes, lo ficha por 6,5 millones de euros, tenía ofertas de otros equipos?
Sí. Me quería el Arsenal y también el Bragantino brasileño.
¿Lo tuvo claro?
Sí. Sabía que el Troyes era del grupo City y pensé que trabajando podría llegar algún día al Manchester City. Eso sí, tendré que hacerlo muy bien aquí en el Girona.
Pasó por el PSV Eindhoven la pasada temporada. ¿Cómo fue la experiencia?
Muy bien. Fue top. La gente del club me trató muy bien y la afición también. Jugué siete u ocho partidos porque estuve cuatro meses parado por lesión. Estaban contentos conmigo e incluso querían que volviera esta temporada, pero elegí venir al Girona.
Lo entrenó Ruud Van Nistelrooy.
Un gran entrenador. Cuando fiché me envió un mensaje que decía: «Buena suerte en el Girona».
«¿Mis ídolos? Antes era Neymar. Ahora es Rodrygo, del Madrid»
¿Con Pep Guardiola ha hablado alguna vez?
No. Nunca.
¿Qué conocía de Girona antes de venir?
No mucho, la verdad. Cuando terminé el Mundial sub-20 hablé con mi mujer y dijimos que si venía algún equipo de la liga española, nos gustaría venir aquí porque quería jugar en la Liga. Luego apareció el Girona y aquí estoy. Era un sueño jugar en la Liga.
Llegar a ser internacional absoluto imagino que es otro de sus retos.
Oh, ¡claro!. Sería lo máximo. Ojalá pueda jugar el Mundial de 2026. Aún queda mucho tiempo.
En el Atlético Mineiro jugó con dos veteranos como Godín y Diego Costa. ¿Le aconsejaban?
Sí. Son dos jugadores top. Cuando fiché por el City, Godín me dijo que era un muy buen sitio para mí. Diego Costa siempre decía que tenía mucho talento y me daba moral. Resulta que jugó con Míchel en el Rayo Vallecano. Para mí es uno de los mejores delanteros centros con los que he jugado nunca.