Una tarde de domingo normal y corriente. En casa. En familia. La madre, en cierto momento, recibe una llamada: «¿Has visto esto? ¿Sabes si tu hijo ha hecho algo?», son las palabras que escucha al otro lado del teléfono. «Yo nada más cuelgo voy a buscar al niño. Me puse descompuesta y empecé a preguntarle que qué había hecho, que de dónde venían esas fotos«.
Este es el relato que hace la madre de uno de los niños implicados en el caso de los ‘desnudos’ de niñas con Inteligencia Artificial (IA) en Almendralejo, que estalló el pasado domingo, día 17, después de que la ginecóloga, divulgadora y madre de una de las niñas afectadas, Miriam Al Adib, revelara el caso en sus redes sociales y El Periódico de Extremadura, del grupo Prensa Ibérica, lo publicara en su edición digital ese mismo día. Ha pasado una semana desde que el suceso saltara al foco mediático nacional -e incluso internacional- y evidenciara la falta de control en el uso de las tecnologías que hacen los jóvenes y también de educación sexo-afectiva de los chavales: «Nuestro hijo no es ningún delincuente, ni ningún monstruo, pero sí ha jugado con una pistola. El chico es muy manipulable, tienen una edad en la que quieren encajar, ser uno más, como los otros, y no fue consciente de que el juego y la broma no era ningún juego ni ninguna broma», dice el padre, quien no para de pensar que «justo unos días antes» le había dejado sin el control parental en el móvil: «Como tenía límite de tiempo, me insistió en que se lo quitara, solo para aquella tarde», rememora. «En la maldita hora que este niño ha cogido el móvil», justo interviene la madre.
«Tienen una edad en la que quieren encajar, ser uno más, como los otros, y no fue consciente de que el juego y la broma no era ningún juego ni ninguna broma»
Estos padres, de quienes este periódico no va a revelar sus identidades para preservar la privacidad del menor, no quieren justificar ni exculpar las acciones de su hijo, pero sí visibilizar el sufrimiento que el caso también ha supuesto para las otras familias: «Esto ha sido una lección para todos: para los niños, para las niñas y para los padres», dice él. «El niño está muy arrepentido. Yo lo sé como madre. Él se levanta con ojeras, con los ojos hinchados de llorar. Nuestra casa no es la misma desde ese domingo. Hemos estado sin dormir, sin comer. Yo me he ido a pasear horas y horas, pero entre las viñas, porque no quería ni ver a la gente. Y sigo teniendo mucha rabia dentro, hemos echado lagrimones como puños«, cuenta la madre. «Es muy duro entrar con tu hijo en la comisaría y ver cómo le leen los derechos», narra.
Concienciación
Estos padres también se han intentado desconectar estos días: «Yo me he dejado de meter al Facebook porque, claro, al final te da curiosidad ver qué es lo que está diciendo la gente y yo he leído comentarios como que las familias de los chicos estarán muy tranquilas. Esa gente no ha estado en mi casa, no sabe lo que estamos pasando», dice la madre. «La tele tampoco la quería poner, porque ha salido en todas partes», tercia el padre. «Es que esto ha sido nuevo para nosotros, si este caso hubiera salido en otro lado, como otras cosas que pasan, nosotros lo estamos viendo con el niño y le advertimos, pero qué íbamos a saber que esto existía«, añade ella.
«Nosotros sí le avisamos que si le sale algo raro en internet no pinche, que no se meta en cosas de mayores, pero es que hasta en los juegos normales que tienen ellos en el móvil de fútbol les salen ventanitas con cosas de desnudos. Es que tú entras en una página y te preguntan ‘¿tienes 18?’ Marcas sí y ya está, debería haber algún otro tipo de control. El tema del móvil es muy peligroso, es una herramienta muy buena pero también puede ser una tragedia«, cuenta el padre.
«Hasta en los juegos que tienen ellos en el móvil de fútbol les salen ventanitas con cosas de desnudos. Es que tú entras en una página y te preguntan ‘¿tienes 18?’ Marcas sí y ya está»
Estos padres recuerdan que sí han hablado con su hijo sobre temas sexo-afectivos pero admiten que debería ser un asunto en el que también interviniera la comunidad educativa y la sociedad: «Nosotros hemos hablado lo normal, le advertimos de las cosas, de que sea consciente, pero es que a veces los chicos van por delante de nosotros, tanto en tecnología como en el sexo. Esto nunca lo hubiéramos visto venir. Pues sí, si en el colegio hablaran de estas cosas, igual que tienen que usar las nuevas tecnologías para otras, sería positivo. Desde luego todo este mundo digital necesita un control más fuerte», admiten.
Vetado el móvil
Por el momento, en su casa, el chico tiene vetado el móvil: «Él está castigado, con el móvil y con otras cosas, y su castigo va a seguir. Igual que ya lo hemos castigado otras veces si ha traído algún suspenso, pero esto es mucho peor, ojalá hubiera traído todo suspenso y no esta historia«, lamenta la madre. «Y lo que hemos hecho también es sacarlo de todos esos grupos, que estaba con niños que ni conocía de nada, amigos de amigos de amigos, ni siquiera sabe quiénes son exactamente. Le hemos dicho: ‘tú, con tus amigos de siempre’», explica.
Él y ella están aún asimilando todo lo que ha pasado, y su hijo también, pero sobre todo esperan que del caso salga un aprendizaje común para que no vuelva a ocurrir nada parecido: «Ni en Almendralejo ni en ninguna parte».
Las actuaciones de la Policía Nacional por el caso ya están en manos de la Fiscalía de Menores. Hasta quince chicos han sido identificados por el mismo y se ha recogido declaración a una treintena de víctimas en Comisaría.