«Todavía no sé lo que quieren» o «es que no se explican» son dos de los argumentos estrella de «los que no quieren entender» qué cambios piden las jugadoras de la selección española para garantizar una mejora real en el fútbol femenino español. Alexia Putellas -junto a Irene Paredes, Misa Rodríguez, Ona Batlle, Athenea del Castillo y Cata Coll– volvió a atender a los medios de comunicación en la Ciudad Deportiva del Betis, en Sevilla, para explicar de nuevo su postura, hablar sobre lo ocurrido en la selección y en la RFEF y aclarar todas las dudas.
«Creo que he sido muy clara, pero te lo digo en dos frases», arrancó una Alexia, visiblemente agotada en lo físico y en lo mental, que ha asumido el liderazgo de esta revolución y se ha vuelto a soltar ante la prensa: «tolerancia cero con todo lo que el mundo vio y con las cosas que no se han visto porque no eran en directo y sobre las que no se puede hablar porque, como sabéis, hay un juicio abierto, y luego también cambios estructurales necesarios porque durante décadas el femenino no ha estado en la lista de prioridades».
Se le pidió concreción a la capitana y no dudó en dar un par de ejemplos «que se me van ocurriendo mientras hablo». Desde «tener que coger un avión a las tres de la mañana el día antes de un partido de clasificación para la Eurocopa» hasta «chuparnos siete u ocho horas de bus» durante un torneo mientras los rivales «se desplazaban en avión entre sedes». «Somos deportistas de élite y hay tres cosas básicas: entrenamiento, comida y descanso».
Sentar las bases
Volvió a insistir Alexia en que las jugadoras no han pedido la cabeza de nadie apuntando nombres y apellidos, sino que «denunciamos un tipo de comportamientos que no se pueden aceptar, ni nosotras, ni vosotros, ni nadie en ningún entorno laboral». Y que «tengo que reconocer que ahí nos escucharon, que es algo que no siempre ha sucedido. Hay que tener conversaciones incómodas para crecer, para evolucionar y para mejorar las cosas que vemos que han fallado. Una vez saben todos los hechos y tienen toda la información, ya se toman las decisiones».
Lo ilustró bien Irene Paredes con una frase: «Nos pedís que señalemos con nombres concretos y eso no lo podemos hacer porque hay un proceso judicial abierto, pero lo que tenemos claro es que lo que sucedió el día de la final, los siguientes y también en la asamblea, ni lo podemos tolerar ni la Federación debería hacerlo. Queremos crear precedentes positivos, creemos que muchos de los hechos vienen porque se nos ha tratado como niñas y queremos que se nos trate como lo que somos, mujeres profesionales jugando a fútbol».
Unos días duros: del miedo a la unión
No es ningún secreto que el último mes y especialmente los últimos diez días han sido duros para las futbolistas, sobre todo desde que tuvieron que acudir forzadas a la concentración. «Cuando pides no ser convocable y te convocan, tienes miedo de que te puedan sancionar. Es algo muy difícil de sancionar y te plantas aquí con miedo, eso fue lo más difícil, pero con la unión del equipo y el creer que van a mejorar las cosas lo fuimos haciendo», explicaba Ona Batlle, a lo que Cata Coll añadió: «imagínate que se acaba mi carrera con veintidós años… este miedo lo tuvimos todas».
También apuntó la guardameta que, aunque había opiniones diferentes, «estamos más unidas que nunca en esto y creo que se vio contra Suecia, cada una es libre de decir y decidir lo que quiera, respetamos todas las posturas». Una de ellas fue Athenea, que explicó que «evito las redes sociales en un momento en el que hay mucho revuelo entre quién sí y quién no». «La respetamos y agradecemos su valentía», decía Alexia. «¿Qué es lo que visteis en el partido? ¿Cómo visteis las celebraciones? Creo que no hay nada más que añadir», concluyó Paredes.
Todas han ‘sido Jenni’
Misa Rodríguez, como Alexia, es una gran amiga de Jenni y ha sido de las más afectadas por todo lo sucedido. «Yo sé cómo es y sé lo que le hubiese gustado disfrutar de la victoria en el Mundial. Es duro ver a una compañera que sufre, ver a una compañera que la persiguen y que está todo el foco en ella, en la víctima, y no en la otra persona, nunca», reconocía la guardameta canaria.
Sin embargo, todas han ‘sido Jenni’ alguna vez, como tantas mujeres de otros sectores, que han sufrido abusos de poder en sus trabajos. «Todas las que estamos aquí hemos sentido algún tipo de acoso similar, mayor o menor», confesaba Paredes. Y sentenció Alexia: «Hemos crecido en un entorno que te dice ‘es que siempre ha sido así’, pero la sociedad evoluciona, hay que aprender y crecer, poner de nuestra parte individual y colectivamente para ser una sociedad mejor».