Con el mercado laboral actual, pocas veces una carrera profesional empieza donde termina. Pero, de tanto en tanto, hay personas cuya trayectoria se arraiga tanto que termina por fundirse con cada etapa vital. Es el caso de Puri Burdeus, de Burriana, una profesora que ha pasado los últimos 44 años impartiendo clases de ciencias en el colegio La Consolación. Toda una vida, que se dice pronto. Por eso, sus compañeras le rindieron un sentido homenaje con motivo de su jubilación en el restaurante de la Caixa Rural de Nules. 

La homenajeada explicó a Mediterráneo que «fue un día de muchas emociones en el que participó todo el claustro del colegio, al que me une amistades para toda la vida, como una familia». La jornada arrancó, como no podía ser de otra manera, con el encuentro de todas las personas que han sido compañeras de Burdeus en el centro educativo. La fecha, el pasado 4 de septiembre, no estaba escogida al azar y es que, además de ser el día de la fiesta de Nuestra Señora de la Consolación, también marcó el comienzo de su larga trayectoria. 

Puri Burdeus (segunda por la izquierda), en el homenaje por su trayectoria, junto a todos sus compañeros. Mediterráneo


Una feliz «casualidad»

Todo comenzó un mes de septiembre del año 1979 por una feliz «casualidad», tal y como explicó Puri Burdeus. «Yo había acabado la carrera hacía apenas unos meses y me pasé por el colegio para saludar a las monjas», aclaró. Y es que, además de su trayectoria laboral, la profesora también fue alumna hasta los 14 años, momento en que pasó a estudiar el Bachillerato en el colegio Salesianos de la localidad. Las coincidencias no acaban ahí, ya que su casa natal está a apenas unos metros de distancia del centro, con lo que ha crecido «viendo las paredes del colegio» afirmó. 

Resultó que no encontró a las religiosas con las que había compartido libros y vivencias, ya que se trata de una orden que cada cierto tiempo renueva la congregación, y con el cambio de las directrices en educación de aquel momento habían quedado vacantes en el profesorado. Y lo demás, es historia. 

La jovencísima profesora, acompañada por el grupo de sus primeras alumnas, en el año 1980. Mediterráneo


Una muestra de aquellos inicios es la fotografía que ilustra estas líneas con una jovencísima Puri, acompañada de sus primeras alumnas. «Si no fuera porque no llevo uniforme, costaría saber que soy la profesora», declaró entre risas. A cada paso que da, cuesta encontrar a alguien que no haya pasado por su aula. Son varias generaciones de burrianenses que lleva alojadas en su memoria, así como toda clase de recuerdos, «solo buenos» incidió. 

Como anécdota, la ahora feliz jubilada recuerda el terremoto que supuso en el claustro el nacimiento de su primera hija. «Vinieron todos a verme, se armó tanto jaleo que la directora tuvo que organizar las visitas con grupos de cinco que esperaban en la acera de mi casa», recordó, emocionada. Ahora le toca emprender un nuevo camino en el que seguirá cultivando su pasión por las Matemáticas y las Ciencias.