Iñaki Williams y Oihan Sancet rompieron este viernes el maleficio del Athletic Club en Mendizorroza, donde el equipo rojiblanco no ganaba desde hacía 20 años, y lo hizo con dos goles que dieron la victoria a los vizcaínos ante el Deportivo Alavés, en un duelo que tuvo color visitante, que frenaron en seco la racha de los alaveses en su feudo en la sexta jornada de LaLiga EA Sports.
Los de Ernesto Valverde jugaron un partido muy serio, con pocas ocasiones claras, pero con mayor dominio en el juego que los locales, que no pudieron desplegar su intensidad habitual y perdieron por primera vez en casa en esta temporada.
Así, el Athletic Club acumula cinco triunfos consecutivos y se mantiene en la zona alta de la clasificación en este inicio de temporada, mientras el Alavés se queda con los seis puntos cosechados en su casa.
El duelo arrancó con mucha intensidad. El equipo rojiblanco intentó zafarse de la presión local con paciencia, pero cometió varias pérdidas que lanzaron al contragolpe a un Deportivo Alavés que no se arrugó y buscó a un solitario Kike García en punta.
Las imprecisiones se sucedieron en uno y otro bando, aunque fueron los «leones» los que más rondaron la frontal del área rival.
A los 19 minutos llegó la primera ocasión clara que no desaprovechó Iñaki Williams. Mikel Vesga encontró al delantero, que se coló entre la zaga vitoriana para batir por bajo a Antonio Sivera.
El rumano Ianis Hagi, que debutaba como titular con los babazorros, buscó sorprender desde la banda derecha nada más recibir el gol, pero su disparo se marchó al lateral de la red de la meta de Unai Simón, que apenas tuvo trabajo en la primera mitad. Tan solo un contragolpe culminado sin fe por Kike García, vigilado en todo momento por los rojiblancos.
Los de Ernesto Valverde se encontraron muy cómodos con el paso de los minutos. Combinaban a través de un acertado Iñigo Ruiz de Galarreta, mientras al Alavés le costaba reaccionar tras el gol encajado.
Los albiazules tuvieron más voluntad que orden y se encomendaban a la insistencia de Álex Sola, que no paró de buscar el área y el desborde, pero los rojiblancos recogían los rechaces y las segundas jugadas, lo que provocó inseguridad en una zaga que sufría con los desmarques de ruptura de los vizcaínos.
Antes del descanso, Dani Vivian pudo ampliar la renta a balón parado, pero su cabezazo se estrelló en el larguero.
La segunda mitad estuvo marcada por la lesión de Rubén Duarte en los primeros compases, que cedió su puesto a Javi López.
El Athletic no bajó el ritmo y buscó el segundo con más ahínco que su rival lo hacía con el empate. Un tímido remate de Álex Sola, el mejor de los alavesistas, probó los reflejos de Unai Simón con un buen disparo que repelió el cancerbero internacional y encendió a la repleta grada del coliseo alavés.
La jugada encendió a los locales que apretaron a los bilbaínos y tuvieron el empate. Una combinación larga del Alavés acabó en las botas de Kike García, que se encontró con el portero rojiblanco, que evitó la igualada en el minuto 69.
El choque se convirtió en un ida y vuelta. Andoni Gorosabel taponó el segundo de Iñaki Williams en la jugada posterior y en el contragolpe Samu Omorodion se equivocó cuando tenía el mano a mano con Simón.
La locura favorecía al Alavés, que necesitaba cambiar el partido, pero en ese momento llegó la calidad de Oihan Sancet, que recogió en la frontal un pase atrás de Iñaki Williams para hacer un gran gol, con un balón inalcanzable para Antonio Sivera en el minuto 76.
El tanto rojiblanco cayó como un jarro de agua fría sobre los de un Luis García Plaza, que se mostró descontento con las decisiones arbitrales.
El partido bajó de revoluciones, al gusto del Athletic y el Alavés tuvo que remar contra corriente. Unai Simón volvió a aparecer cuando su equipo lo necesitó y evitó que los babazorros recortaran distancias en un recta final en la que tuvieron más empuje, pero sin premio.
La victoria bilbaína estuvo empañada por la lesión de Iñigo Ruiz de Galarreta.