Existe una honda preocupación en la sociedad del terrible incremento de la delincuencia sexual contra menores, pero, también, respecto a los sucesos que se han producido de menores realizando actuaciones sexuales no consentidas con otras menores, o, incluso, adultos. Y, en gran medida, los expertos anuncian que la “facilidad” de acceso de pornografía en internet es una de las razones que provocan estos estos hechos. Y ello, porque se pone de manifiesto que existe un auténtico descontrol en los contenidos sexuales en internet que debía retirarse de inmediato.

Mantener sin control alguno escenas de contenido pornográfico en internet y escenas de sexo con libertad para que cualquier persona pueda acceder a ello supone una amplia posibilidad de que menores no vigilados que dispongan de acceso a estos contenidos puedan recibir una información que para su edad no es aconsejable y que propicia lógicas alteraciones de la personalidad en menores que están empezando a formarse, produciéndose una recepción de material pornográfico que la corta edad, formación y aprendizaje de los menores altera su “clasificación cerebral”, llevándoles en muchos casos a repetir lo que ven y a aspirar a llevarlo a cabo.

De alguna manera, también, la falta de control acerca de cuáles son los contenidos a los que acceden los menores propicia esta posibilidad de contacto con material ajeno a su edad, pero, también es preocupante que tienen acceso a móviles y tablets desde edades bien tempranas, pensando los progenitores que el uso de estos aparatos mejorará su educación y su comunicabilidad, cuando lo que está ocurriendo es que les está perjudicando notablemente, porque no tienen capacidad de autocontrol, ni de eliminar de su conocimiento lo que les puede perjudicar.

En este sentido, debería retrasarse la edad de los menores que tienen acceso a estos dispositivos, o que de alguna manera se corte el acceso a menores y se instalen cortafuegos que impidan lo que ahora está ocurriendo. Pero lo que no puede ser es confundir una especie de libertad para todo y que los menores no tengan traba alguna para cualquier acceso a contenidos de internet sin limitación de ningún tipo. Porque se confunde el derecho de información con la lógica prohibición de accesos a determinados contenidos a los que hace muchos años los menores nunca hubieran podido acceder, y que ahora lo tienen a mano, simplemente con disponer de un teléfono móvil que con toda facilidad le están facilitando sus progenitores, y sin ejercer ningún tipo de control sobre los menores en estos temas.

Este tema es de una importancia capital en la actualidad, porque si estamos hablando de que hay que luchar contra la delincuencia desde la base, desde la educación y enseñando a los niños y niñas lo que se debe hacer y lo que no, el acceso libre a escenarios de pornografía supone un contrasentido con la política de actuar desde la prevención. Es por ello, por lo que los expertos dibujan un escenario preocupante si lo intermediarios y prestadores de servicios por internet no ponen una solución inmediata a este tema que cercene el acceso libre a determinados contenidos en internet, y que se permita cortar desde los dispositivos electrónicos, incluso, el acceso a algunos contenidos. Y ello no supone limitar los derechos de los menores, sino protegerles de los peligros que supone el acceso a “todo” lo que está en internet, porque este tipo de contenidos provoca unas respuestas de los que acceden a ellos en edades muy tempranas que conllevan después los denominados “sucesos de imitación” de lo que ven, en un “aprendizaje perverso” que les lleva a reproducir esas escenas en su vida real, incluso con el empleo de la violencia.

La propia Agencia de protección de datos ha publicado un interesante documento sobre esta materia que está disponible en internet titulado “Protección del menor en internet. Evita el contenido inapropiado preservando su privacidad” donde se apunta que “El acceso a contenidos digitales se ha convertido en una realidad en la que no hay ningún colectivo de individuos que no esté de alguna manera expuesto. Cerca del 85% de la población española tiene acceso a internet desde el hogar y, en particular, casi el 70% de menores de 15 años dispone de un teléfono móvil”. Y añade, como estamos apuntando, que si bien el acceso a Internet debe ser tomado como una gran oportunidad para el desarrollo de los menores, los padres o tutores deben tomar medidas para protegerlos de las amenazas del entorno digital al igual que se hace en el mundo físico, y la industria ha de proporcionar herramientas para ayudar a salvaguardar su intimidad y bienestar.” Resultan, por ello, importantes estos documentos para advertir del peligro del acceso por menores a estos contenidos y la responsabilidad de los padres de evitar estos accesos a los menores para evitar perjudicarles.