La Reserva Federal (Fed) cumplió este miércoles con el guion previsto y mantuvo los tipos de interés sin cambios en la horquilla entre el 5,25% y el 5,50%. Sin embargo, estamos ante una pausa agresiva, y es que el banco central estadounidense no solo prevé ahora tipos más altos durante más tiempo, sino que ha confirmado que habrá al menos una subida más antes de que acabe el año para afianzar el camino de la lucha contra la inflación. La decisión tendrá consecuencias, y el oro podría ser uno de los principales perjudicados.

Así lo creen los estrategas de Julius Baer, que en su último análisis sobre el metal precioso afirman que «la subida de tipos seguirá lastrando la demanda» de oro los próximos meses, después de que el foco haya vuelto a centrarse en Estados Unidos.

El Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) ha reiterado su compromiso de controlar la inflación, por lo que «es muy probable que se produzca otro aumento de los tipos de interés este año, mientras que el margen para realizar reducciones el próximo año parece estar reduciéndose», dice Carsten Menke, analista del banco suizo.

De hecho, la Fed espera ahora subir los tipos hasta una media del 5,6% a finales de 2023, desde el rango actual de entre el 5,25% y el 5,50%. Además, prevé dos recortes de tipos en 2024, dos menos de los previstos el pasado mes de junio, lo que situaría el tipo de los fondos en torno al 5,1%.

Y el presidente del banco central, Jerome Powell, fue muy claro al decir que «estamos preparados para subir más los tipos si es necesario» y que «el proceso para devolver la inflación al 2% tiene un largo camino por delante».

En Julius Baer creen que la economía estadounidense seguirá siendo «muy resistente» y «capaz de manejar altas tasas de interés mucho mejor de lo esperado inicialmente», aunque sus expertos también opinan que esta situación afectará a la trayectoria futura de los precios del oro y la plata.

«En primer lugar, la resiliencia de la economía estadounidense y la probabilidad bastante baja de una recesión deberían llevar a un mayor desvanecimiento de la demanda de refugios seguros«, apunta Menke. De hecho, recuerda que en el pasado ya se ha visto que aquellos que buscan refugio «abandonan los mercados del oro y la plata durante los buenos tiempos para regresar en los malos».

En segundo lugar, comenta el estratega de la entidad suiza, unos tipos de interés más altos y durante más tiempo «seguirán siendo un lastre para la inversión«, ya que hay «alternativas más atractivas» en los bonos del Tesoro estadounidense que «alejan a los buscadores de refugio de los mercados del oro y la plata».

También menciona Menke que, en tercer lugar, «no hay más señales de tensión sistémica en los sistemas bancarios estadounidenses tras las turbulencias experimentadas en la primavera». Pese a ello, las primas que se cotizaban en el oro y la plata en aquel entonces «no han desaparecido», y creen que «debería suceder con el tiempo».

En cualquier caso, comenta el experto, esta prima «es más pronunciada para el oro que para la plata, ya que el primero tiene características de refugio seguro mucho más sólidas que la segunda». Por eso no han cambiado su opinión sobre el futuro de estos metales.

«Vemos más desventajas que ventajas para el oro desde los niveles actuales», afirma Menke. Por el contrario, en Julius Baer mantienen su visión ‘neutral’ sobre la plata, ya que «los precios parecen más alineados con los fundamentos».