‘Se Acabó’, el lema que ha marcado la repulsa nacional ante el ‘caso Rubiales’, ha servido de entrante para iniciar el partido de este viernes de la Selección femenina de España contra Suecia, el cual ha venido acompañado de un añadido: “Our fight is the global fight (Nuestra lucha es una lucha global”), demostrando así que este partido es mucho más que eso; que esta reivindicación va más allá del espectro deportivo.

Unidas, las campeonas del Mundo, junto con las jugadoras suecas, han alzado una pancarta de grandes dimensiones con la que han estrechado lazos en muestra de apoyo ante las injusticias machistas en el mundo del deporte femenino. El partido ha estado de lo más reñido prácticamente hasta los últimos instantes, cuando parecía que el resultado final se quedaría en un empate 2-2 amistoso, en los últimos segundos, España se ha alzado con la victoria gracias al gol de Mariona Caldentey en el penalti. 

Las campeonas del mundo comienzan así una nueva etapa de partidos en el marco de la UEFA Nations League, en la que cual se busca el billete de ida directo a los Juegos Olímpicos de París 2024, coincidiendo así con que la cita en Gotemburg, Suecia, es la primera que se produce de manera oficial tras un mes convulso que ha empañado la victoria de Australia y, en su lugar, ha posicionado, en primera línea, la polémica del beso no consentido del ya expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, a la futbolista Jennifer Hermoso.

“Hemos tenido que pelear muchísimo para ser escuchadas”

La lucha de las futbolistas por hacerse oír viene de lejos, aunque ha tenido que generarse en mitad una polémica agresión sexual para que sus voces se posicionen en primera línea de juego. Así lo trasladaron este jueves Alexia Putellas e Irene Paredes en rueda de prensa de manera previa al partido de este viernes contra Suecia. “Este tema ya no es deportivo, va más allá. Lo que vivió Jenni no se puede tolerar, pedimos que la Federación de todos que estas actitudes no se den. El fútbol es un reflejo de nuestra sociedad, es uno de los motivos que nos ha empujado a continuar la denuncia de tolerancia cero, no queremos que se dé en la sociedad, que no marque un precedente. Todo lo que sea ponerse de lado ya es posicionarse», señaló la jugadora del FC Barcelona.

«La luz al final del túnel todavía no se ve, tenemos el altavoz para poder hacerlo, pero hay compañeras de otros deportes y selecciones y mujeres en sus propios trabajaos y vidas con casos similares, queremos que esto pueda ser un punto de inflexión con el que puedan levantar la voz y erradicar situaciones como esta”, reivindicó, por su parte, Paredes.

En estos términos, reiteraron que su lucha y su insistencia por conseguir el mismo trato que sus compañeros de la selección masculina se prolongan desde hace años, incluso décadas: “Tuvimos que pelear muchísimo para ser escuchadas, lo que conlleva un desgaste”, insistió Putellas.

A la par, matizaron que sus demandas dentro de la RFEF no vienen de la mano de imposiciones, ya que ellas, “no ponen ni quitan nada”, sino que sólo se han limitado a “denunciar y pedir tolerancia cero ante personas que haya escondido, aplaudido o incitado un abuso”, ejemplo como tal, Luis Rubiales. “Quién elige los cambios o no, es la Federación, no tenemos ninguna competencia de echar o poner a nadie, solo de jugar”, precisaron.

La comunidad internacional se vuelca con las campeonas

Pese a que pueda parecer que la polémica se queda en casa, lo cierto es que, tal y como se ha podido ver al comienzo del partido contra Suecia, la situación de las campeonas del Mundo de España se ha trasladado a todos los rincones del planeta.

Francine Hetherington, secretaria del Acuerdo parcial ampliado sobre el deporte (EPAS) del Consejo de Europa, desde una mesa redonda celebrada en Valencia, ha señalado que el hecho de poner la atención en el caso Rubiales y no en la victoria de las campeonas es un claro ejemplo de “violencia de género en el deporte”. Por parte de EU Athletes, Paulina Tomcyk, ha señalado que en los primeros momentos las reacciones fueron de apoyo a las mujeres jugadoras de la Selección, «pero ahora hay personas que piensan que piden demasiado» porque «quieren hablar de lo esencial, de su estatus de trabajadoras».

No sólo desde instituciones europeas e internacionales, sino también con voces en primera persona, se ha puesto en evidencia desde este foro el impacto de un caso que ha evidenciado las grietas en el deporte femenino y la urgencia de acometer cambios inmediatos. «Las que jugamos al fútbol muchos años hemos sufrido situaciones de abuso, sexismo, horarios de noche… Cuando me fui a Estados Unidos me di cuenta de que allí eso no era así y teníamos medios. Luego volví y después del movimiento ‘Me too’ pensé que la sociedad española había cambiado para mejor, pero son cambios muy poco a poco», ha lamentado, por su parte, la jugadora, Patricia Campos. «No es solo ser una mujer en frente de hombres, es el abuso de poder; normalizas situaciones, pero luego ves que no son normales», ha señalado María Pina, exjugadora de baloncesto.

A raíz del beso no consentido en la Final del Mundial, el pasado 20 de agosto, y como consecuencia del mismo comportamiento indiscutiblemente machista y fuera de lugar, el mundo entero se sumó al movimiento feminista que marchó, en varias ocasiones, en multitud de ciudades españolas a modo de repulsa contra la actitud de Rubiales, motivo por el cual, hoy, desde Suecia, el lema ‘Se Acabó’, ha vuelto a traspasar fronteras y ha calado hondo.