Cada vez que el teniente coronel Mauro Cid abre la boca, compromete mucho más al hombre que juró ser leal: Jair Bolsonaro. En calidad de secretario privado, el teniente coronel actuó muchas veces en nombre del entonces presidente de Brasil. Fue sus ojos y sus oídos, así como su mano ejecutora de algunos hechos que comprometen al ultraderechista. De acuerdo con el portal UOL, Cid, quien estuvo bajo arresto por falsificar documentos del mismo Bolsonaro y se encuentra en libertad condicional al aceptar el régimen de delación premiada, dijo a la Policía Federal (PF) que el excpaitán tuvo un encuentro con la cúpula militar durante el que se discutió la posibilidad de un golpe de Estado. El mandatario, reveló también Cid, recibió en esa ocasón de un asesor un esbozo de decreto en el que se ordenaba suspender el resultado de las elecciones que había perdido por un punto y medio frente a Luz Inacio Lula da Silva y convocar a una nueva contienda, previamente encarcelados adversarios y jueces. Si bien la PF no ha confirmado el testimonio del teniente coronel, los medios de prensa y las propias autoridades políticas y castrenses parecen considerar veraz.
Los abogados del exmandatario reaccionaron frente a la versión periodística. Bolsonaro, remarcaron, «jamás emprendió acción alguna que afrentara los límites y garantías establecidos por la Constitución y, en efecto, el Estado Democrático de Derecho». Sin nombrar a Cid, los letrados advirtieron que su cliente emprenderá «las medidas judiciales oportunas contra todas y cada una de las afirmaciones calumniosas que puedan ir más allá del contenido de una colaboración que está siendo mantenida en secreto por los tribunales, y a la que la defensa ni siquiera ha tenido acceso».
Siempre de acuerdo con UOL, Cid también dijo haber escuchado al comandante de la Armada en 2022, almirante Almir Garnier, expresar su acuerdo con el plan golpista, aunque ese entusiasmo no encontró respaldo en las otras instituciones castrenses.
Las palabras del exayudante personal de Bolsonaro provocaron previsible impacto político. Sin embargo, como remarcó el diario paulista ‘Folha’, la jurisprudencia brasileña establece que la palabra oral no es prueba suficiente, ni siquiera para ofrecer una denuncia ante un juez o un tribunal. El colaborador necesita presentar elementos que den por cierto su testimonio: declaraciones, facturas de tarjetas de crédito, boletos, recibos, mensajes y otros datos. Al respecto, ‘Folha’ recordó que las faltas de esas pruebas hicieron en los últimos años acusaciones que se habían presentado en el marco de la llamada operación Lava Jato, que llegó a llevar a la cárcel al mismo Lula. Para que Cid o Bolsonaro se conviertan finalmente en acusados, la fiscalía debe presentar una denuncia, y eso por ahora no ha tenido lugar.
Varios frentes judiciales
Bolsonaro ha sido inhabilitado para ejercer cargos públicos hasta 2030 por haber puesto en duda la transparencia electoral de Brasil. También es investigado por otros escándalos como el robo de joyas donadas por Arabia Saudita. Ha sido denunciado por la muerte de 800 indígenas por organismos humanitarios. La causa por la asonada golpista también empieza a cercarlo desde distintos frentes.
Reacción del Ejército
De acuerdo con Bela Megale, columnista del diario carioca ‘O Globo’, la actual cúpula del Ejército encuentra un elemento «positivo» en el relato de Cid: «los hechos narrados por el exedecán presidencial refuerzan el mensaje de los generales en servicio activo de que el Alto Mando, al menos en el Ejército, no ha abrazado la trama conspirtiva». La fuerza terrestre reconoce no obstante que «el episodio ha dañado aún más la imagen de las Fuerzas Armadas al mostrar que el debate sobre una acción golpista llegó a la cúpula de las instituciones a través del expresidente».
Otro diario paulista, ‘Estado’, consignó que el actual comandante del Ejército, general Tomás Paiva, espera la conclusión de las investigaciones de la Policía Federal y del Tribunal Supremo sobre la intentona golpista del 8E y, en particular, la declaración de culpabilidad de Cid, para «pasar la página», con «una purga, el castigo de los responsables y la distinción entre los errores individuales y la institución». Paiva, sostuvo la Eliane Cantanhêde, de la publicación paulista, también calificó de «bravuconada» la presunta actitud del almirante, a fines de 2022. «¿Y con qué tropas contaba (Garnier) para esta loca aventura? Todo esto está tan fuera de tiempo que ni siquiera podemos entenderlo. ¿En qué lugar del mundo se habla todavía de golpes militares? Está tan fuera de época».
Pero Paiva, según Cantanhêde, quiere ir más lejos en su mensaje institucional. A su criterio, el 8E ha sido un punto de inflexión. «El error del Ejército fue su letargo frente a la invasión del Palacio de Planalto y las manifestaciones (de bolsonaristas) frente a los cuarteles».