Azerbaiyán ha aprovechado que Rusia está demasiado ocupada con la guerra contra Ucrania y Armenia se ha ido distanciando del Kremlin para hacer una demostración de fuerza que desemboque en su control total sobre Nagorno Karabaj, autoproclamada república situada en Azerbaiyán, de mayoría musulmana, donde viven al menos 100.000 armenios, de confesión cristiana. «Tras el desarme y la retirada de las fuerzas armadas, la paz llegará por fin a la región», mantienen en el Ministerio azerí de Exteriores.
La paz azerí se traduce en la disolución del gobierno secesionista de Nagorno Karabaj y la reintegración del territorio, a lo que se oponen los karabajíes y muchos armenios.
Después de denunciar que dos civiles y cuatro policías azeríes habían muerto en una operación de sabotaje atribuido a los armenios, Azerbaiyán emprendió el martes lo que denominó una «operación antiterrorista» y atacó con drones y artillería posiciones en Stepanakert/Jankendi, capital karabají.
Algunas fuentes locales elevan el número de muertos a más de 200, entre ellos diez civiles, y los heridos a más de 400, el 19 y 20 de septiembre, según la Oficina de Defensa de los Derechos Humanos de Artsaj (Nagorno Karabaj). Azerbaiyán asegura que sus objetivos no eran civiles.
Los ataques provocaron que miles de ciudadanos de Stepanakert (Jankendi para los azeríes) buscaron refugio en el aeropuerto local, bajo control de las fuerzas de paz rusas. Más de 2.200 personas, la mitad de ellas niños, se refugiaron en el aeropuerto Jojali.
«Nos han dicho que salgamos de aquí o aceptemos que esto es parte de Azerbaiyán. Es una operación de limpieza étnica», decía Ruben Vardanyan, ex jefe de la administración local a The Guardian.
Apenas 24 horas duró la operación militar de Azerbaiyán. Las autoridades karabajíes han firmado un alto el fuego y participarán este jueves en unas negociaciones encaminadas a la integración del territorio en Azerbaiyán, aunque en la versión de Nagorno Karabaj del acuerdo, solo se alude al desarme de sus tropas, que suman unos 10.000 efectivos, sin mencionar los pasos para integrarse en Azerbaiyán.
Un ‘Estado fantasma’
Nagorno Karabaj o Alto Karabaj, unos 11.500 km2 de zona montañosa, está reconocido internacionalmente como territorio de Azerbaiyán, aunque los separatistas armenios reclaman que la zona les pertenece. Por el control de Nagorno Karabaj se han librado dos guerras desde la caída de la Unión Soviética en 1991. La primera tuvo lugar entre 1988 y 1994. La segunda entre septiembre y noviembre de 2022.
Azerbaiyán fue la primera república del Cáucaso que se integraba en la Unión de Repúblicas Soviéticas cuando el Ejército Rojo entró en Bakú el 27 de abril de 1920. Las tropas azeríes estaban combatiendo en Nagorno Karabaj y por ello los soldados soviéticos no encontraron mucha resistencia. Los karabajíes querían unirse a Armenia, de donde procedía la mayoría su población. Armenia aspiraba a ser una potencia regional.
En septiembre de 1920 la parte occidental del país fue ocupada por tropas turcas, que ya habían perpetrado un genocidio contra los armenios en 1915. Rusia para frenar a los turcos puso bajo su dominio a Armenia. Karabaj volvía a ser una región integrada en Azerbaiyán.
Stalin diseñó la URSS utilizando las disputas étnicas en el Cáucaso para crear repúblicas dentro de las repúblicas»
simon sebag montefiore, nyt
Según explicó Simon Sebag Montefiore, en un artículo en The New York Times, «Stalin abrazó la misión imperial del pueblo ruso y diseñó la URSS utilizando su conocimiento de las disputas étnicas en el Cáucaso para crear repúblicas dentro de repúblicas». En los 80 resurgió el nacionalismo armenio en Nagorno Karabaj. Con la perestroika aumentaron las demandas de unificación. En 1988, hacia el final del régimen soviético, las fuerzas azerbaiyanas y los separatistas armenios se enfrentaron después de que el Parlamento regional de Nagorno Karabaj votara a favor de formar parte de Armenia. Azerbaiyán intentó entonces reprimir el movimiento separatista, mientras que los armenios lo respaldaron.
En 1990 tuvo lugar la masacre de Bakú, el primer lugar donde hubo represión soviética por querer dejar la URSS. Pero la Unión Soviética se desmoronaba y en 1991 Armenia y Azerbaiyán ya estaban fuera de su órbita.
Karabaj aprovechó para proclamar su independencia. En enero de 1992 los karabajíes expulsaron a los azeríes y comenzaron una ofensiva que se prolongaría dos años. Murieron unas 25.000 personas. Con ayuda de Armenia, ocuparon Nagorno Karabaj y otros territorios, incluido el corredor de Lachin. Esta guerra provocó el desplazamiento de 800.000 azeríes.
Bakú se acercó a Moscú y con ese apoyo se llegó a un alto el fuego en 1994. El acuerdo estableció que Nagorno Karabaj siguiera formando parte de Azerbaiyán, pero desde entonces la república autoproclamada está dirigida por armenios y respaldada por Ereván.
Desde entonces, Azerbaiyán ha ganado peso gracias al crudo y al gas. En la guerra de 2020, que duró seis semanas, se volvieron las tornas, gracias en parte al apoyo turco a Bakú, y Azerbaiyán recuperó los territorios que rodean Nagorno Karabaj, aunque no el enclave en sí. Las fuerzas armenias quedaron confinadas en una zona más pequeña de la región. Unos 2.000 soldados rusos supervisan la tregua.
El efecto Ucrania
El presidente ruso, Vladimir Putin, se involucró en el fin de la guerra en 2020. Los efectivos de tropas de paz rusas garantizaban el control del corredor de Lazin. Así se mantenía abastecida Nagorno Karabaj.
Ese movimiento fortaleció a Rusia en la región, ya que lograba una interlocución directa con Azerbaiyán y Armenia. Pero los tiempos han cambiado mucho desde entonces. También influye que el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, considera un error depender de Rusia para garantizar la seguridad del país. Desde enero los azeríes cortaron el paso en el corredor de Lachin, salvo para transportes humanitarios. Desde el alto el fuego de 2020, se han registrado más de 1.200 muertes. La tensión ha ido creciendo hasta ahora.
Es importante destacar que el gobierno de Armenia se ha mantenido al margen, a pesar de las protestas en las calles de Ereván de quienes recriminan a su gobierno que se cruce de brazos. «Necesitamos que Armenia se una a Artsaj [Nagorno Karabaj] y luche», decía Sargsyan, procedente de la capital de Karabaj, según Al Yazira.»¡Artsaj!», «Nikol [Pashinyan] es un traidor», coreaban cientos de armenios, que piden la dimisión del primer ministro. También quemaban documentos rusos y proferían gritos contra Moscú porque consideran que les han dado de lado.
El jefe del gobierno armenio ha subrayado que su país no tiene tropas en Nagorno Karabaj y que había que evitar una escalada militar. «Hay que asegurar la estabilidad», ha remarcado Pashinyan.
Los pasos dados por las autoridades karabajíes indican que la autoproclamada república de Nagorno Karabaj se acerca a su final tras más de tres décadas de existencia. Proclamó su independencia en 1991, si bien es un no país o un país fantasma, ya que no está reconocido internacionalmente.
¿Por qué actúa ahora Azerbaiyán?
Azerbaiyán busca forzar que Armenia reconozca su soberanía sobre Nagorno Karabaj. También pretende que se construya un corredor terrestre y férreo que conectaría esta república con Nakhichevan, un territorio azerí en la frontera suroeste de Armenia, lo que daría al país una conexión con Turquía. El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, en un discurso a la nación, afirma que se ha creado «una oportunidad histórica para la gente corriente que vive en Karabaj».
Como explica el periodista Nacho Montes de Oca, el momento elegido por Azerbaiyán es clave. «Armenia está realizando maniobras militares con EEUU, con lo que abandona de facto su tradicional alianza con Rusia», escribe en la red social X. Armenia, además, retiró a su representante ante la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, que lidera Rusia, precisamente por la pasividad en sus disputas el pasado mes de septiembre con Azerbaiyán, que no forma parte de la organización.
El primer ministro armenio confesó recientemente a Politico que no puede confiar en Rusia para su seguridad. Incluso ha enviado ayuda humanitaria a Ucrania y la esposa de Pashinyan viajó a Kiev a mostrar su respaldo.
El acuerdo que firmó en julio Azerbaiyán para duplicar sus envíos de gas a Europa hasta 2027 garantiza que a la UE no le interese ponerse contra Bakú. Son 8.000 millones de metros cúbicos al año. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, estuvo el pasado verano en Bakú, y describió el país como «un socio confiable». Azerbaiyán también cuenta con Turquía como principal aliado. A su vez, Ankara es clave para negociar con Rusia el comercio marítimo en el Mar Negro.
Así llegamos a este jueves, cuando se celebran las conversaciones entre los armenios de Karabaj y los azeríes en Yevlax, que ofrecerán un corredor humanitario y darán a conocer sus políticas de anexión.