Las cigüeñas forman parte desde hace siglos del paisaje urbano y rural de Córdoba. Suelen anidar en espadañas, campanarios y lugares elevados y tranquilos, oteros desde donde divisar sus presas (son depredadores sobre todo de anfibios y reptiles, pero comen casi cualquier cosa). También lo hacen en postes de electricidad, lo que puede suponer un riesgo tanto para estas aves como para el medio ambiente si se produce un incendio. 

Para evitar problemas, Endesa realiza cada año una campaña de limpieza de nidos de cigüeñas que han decidido que una torre de media tensión es el mejor sitio para pasar la temporada. Por esos cables circulan 20.000 voltios, suficiente para electrocutar a tres elefantes y cuatro toros de lidia de una sola tocada -Thomas Alba Edison lo probó en público con la paquiderma Totsy y le bastaron 6.000 voltios-. 

El técnico de Medio Ambiente Antonio González ha explicado esta mañana, durante la presentación de la campaña de protección de Endesa, que cada año se purgan unos 60 nidos de cigüeñas en toda la provincia, para hacerlos más pequeños y evitar que las ramas puedan hacer contacto con el cableado, lo que podría provocar un cortocircuito. Ramas o cualquier otra cosa, porque las cigüeñas no son demasiado remilgadas con sus materiales de construcción: los técnicos de Endesa han llegado a encontrar hasta un cuadro de bicicleta formando parte del nido, tal como apunta el especialista de la compañía Juan José Vargas. Cómo un pájaro de 3 kilos ha conseguido levantar semejante trasto a 15 metros de altura es un misterio, pero no debe de sorprender tanto si tenemos en cuenta que algunas de las pajareras llegan a pesar 400 kilos

Un ‘resort’ con servicio de habitaciones

Endesa realiza la poda entre los meses de septiembre a diciembre, antes de que comience la puesta. Sus técnicos eliminan el ramaje sobrante y cuaquier porquería innecesaria, para dejar los nidos de cigüeña con un tamaño adecuado. Un servicio de habitaciones gratis para que no se las coman los ñáñaros. Eso sí, la compañía interviene sólo en los ponederos ubicados en postes de media tensión, pero hay muchos más que no presentan peligro. Sólo en el vertedero del Lobatón, apunta González, se calcula que hay unas 4.000 cigüeñas. Allí encuentran toda la comida que quieren, y toda de su agrado. Es para estas aves migratorias como un resort con todo incluido.

¿Hemos dicho migratorias? Ya no tanto. El cambio climático, detalla Antonio González, ha hecho que las cigüeñas no tengan que viajar al Norte de África durante el invierno, porque las temperaturas son aquí muy parecidas en esa época. Y se quedan, cada vez más, tan a gusto en Córdoba. Deben pensar como José Mota: «Si hay que ir se va, pero ir p’a ná es tontería». Listas, estas cigüeñas.