Anabel Devesa es propietaria de la tienda Colorín Colorado en Villarreal, que define en redes sociales como «una tienda de cuento». Sin embargo, su día a día es más bien de pesadilla, ya que esta emprendedora tiene que vivir una odisea para lograr llegar a su puesto de trabajo cada mañana y luego regresar a su casa en la localidad del Alto Palancia.

Hasta el punto de que le cuesta seis horas ir y volver cada día de Soneja a Villarreal. Prácticamente una jornada laboral a expensas del transporte público, en este caso el tren, cuando en coche solo le llevaría unos 30 minutos («el problema son los 250 euros al mes de gasolina», admite). «Mi día a día es un poco catastrófico. Me levanto a las 5.00 de la madrugada para coger un tren a las 6.30 hasta Sagunt y luego me tengo que esperar 40 minutos a que pase el de Sagunto-Villarreal. Y para volver, más de lo mismo. A las 19.00 tengo que cerrar ya la tienda porque el último tren que sale de Villarreal es a las 20.00. Llego a Sagunt y de ahí tengo que coger otro rumbo a Soneja, por lo que llego casi a las 22.00 a mi casa», relata.

La Panderola, el programa de referencia de Medi TV, la televisión de Mediterráneo, se ha hecho eco de la historia de esta comerciante de Villarreal, que carga las tintas contra el «muy deficiente» y «desastroso» servicio de Renfe. Y es que «a la escasa frecuencia» de trenes (en Soneja, por ejemplo, expone que solo salen en cuatro horas en todo el día: 6.30, 9.00, 14.00 y 17.20) hay que sumar la tan extendida queja de miles de usuarios que viajan diariamente en tren, como son los «continuos retrasos«.

«Siempre llegan tarde, nunca lo hacen a su hora. Son retrasos diarios de mínimo 40 minutos. Lógicamente te cabreas, pero al final ya te lo tomas hasta con humor», cuenta Anabel, quien, tras trabajar como sanitaria en el hospital, decidió emprender y abrir su propio negocio a raíz de la irrupción del covid.

Una decena de afectados

Esta comerciante personifica la odisea silenciosa con la que otros trabajadores también tienen que lidiar en su día a día. «En el grupo de gente que subimos a la misma hora seremos unos 13 afectados. Desde médicos, enfermeros, personal administrativo que trabaja en el paro… Yo como tengo de margen hasta las 10.00 para abrir la tienda me da tiempo, pero hay gente que tiene que entrar a las 8.00… Un día lo aceptas, pero es que los trenes se retrasan todos, todos los días», critica.

Anabel Devesa es la propietaria de una tienda en Villarreal. Medi TV


Anabel también se queja del estado de la estación de Villarreal. «Tienes que subir un montón de escaleras, volver a bajar y luego el ascensor para subir (cuando vienes de Valencia) ha estado tres meses sin funcionar, lo que ha provocado que haya gente con silla de ruedas que ha tenido que ir adrede a Castellón, coger de nuevo otro tren y volver hasta aquí para poder bajar por el andén de Villarreal», desgrana.

Y concluye con un mensaje que debería hacer reflexionar a las administraciones: «Pido a Renfe que lea y atienda las centenares de reclamaciones que se hacen continuamente para que las estudien y pongan soluciones. Pretenden que los jóvenes nos vayamos a los pueblos del interior para combatir la despoblación, pero se nos quitan las ganas porque no hay un transporte público de calidad para poder ir».