Un día histórico y de sentimientos encontrados. Así han vivido los miembros de la dotación del patrullero de altura Infanta Cristina la última navegación de este buque de la Armada que finaliza este mes su vida operativa tras casi 43 años de servicio a España. Una travesía de menos de cinco horas entre el puerto de Alicante y el de Cartagena ha puesto fin este miércoles a más de cuatro décadas de servicio en las que más de 1.500 marinos han participado en numerosas misiones nacionales e internacionales, entre ellas la primera Guerra del Golfo. Para los marinos, estos buques se convierten en su segunda casa, donde pasan largas temporadas, de ahí que vivan con cierta emotividad los últimos días de servicio.
El patrullero de altura Infanta Cristina quedará atracado ahora en el Arsenal de Cartagena, donde se procederá al proceso de desarme y desmantelamiento de equipamientos antes de darle la baja definitiva en la Armada, prevista para marzo del próximo año.
La Armada eligió Alicante para esta última travesía para cumplir con la tradición. La entonces corbeta de la clase «Descubierta» -en 2004 se transformó en patrullero de altura y se redujo su armamento- recibió en junio de 1983 la bandera de combate en el puerto de Alicante. Fue un solemne acto donde la infanta Cristina de Borbón actuó como madrina, igual que la infanta Elena con la corbeta que llevaba su nombre.
El buque fue botado en Cartagena el 24 de abril de 1977 y su vida operativa comenzó a partir del 24 de noviembre de 1980, cuando fue entregada a la Armada española. A lo largo de estos casi 43 años han pasado por el patrullero Infanta Cristina un total de 29 comandantes y más de 1.500 marinos, entre oficiales, suboficiales y marinería, tanto profesional como de reemplazo.
Durante su vida operativa ha recorrido 650.000 millas náuticas, el equivalente a 28 vueltas al mundo. Las diferentes dotaciones han estado navegando 4.750 días, casi un tercio de los 43 años de servicio.
El capitán de corbeta Ramón Cerdán Guitart ha sido el último comandante al frente del Infanta Cristina y ha realizado la última travesía acompañado del capitán de navío Juan Carlos Pérez Guerrero, jefe del Mando de las Unidades de la Fuerza de Acción Marítima en Cartagena. Pérez Guerrero ha resaltado el «componente sentimental» de estos patrulleros, ya que fue «donde los guardiamarinas aprendimos a navegar» cuando estaban en la Escuela Naval Militar en Marín.
Antes de su escala en Alicante el pasado lunes, el Infanta Cristina se desplazó de Cartagena a Málaga y a la Escuela Naval en Marín para homenajear a todos los marinos que han formado parte de sus dotaciones desde 1980. En la travesía de Cartagena a Málaga embarcó el almirante de Acción Marítima, el vicealmirante Alfonso Delgado Moreno.
El capitán de corbeta Ramón Cerdán Guitart ha recordado en Alicante que durante su estancia en Málaga a principios de septiembre recibieron la visita de un hombre que formó parte de la primera dotación del barco y tras conocer que iba a ser dado de baja cogió un avión para viajar desde Las Palmas de Gran Canaria para visitar el patrullero por última vez. «No es un lugar de trabajo, es algo más…, es nuestra casa», afirmó el comandante del patrullero de altura.
Entre las misiones llevadas a cabo por el Infanta Cristina como corbeta figura su participación en la primera Guerra del Golfo en 1991, en unas maniobras internacionales en Sudamérica, además de realizar en varias ocasiones el crucero de instrucción de fin de curso de los caballeros guardiamarinas y colaborar en las operaciones de embargo llevadas a cabo en el Adriático durante el conflicto de la antigua Yugoslavia.
Lucha contra la piratería
Como patrullero, el Infanta Cristina ha participado en la operación Unifil en el Líbano, la operación Atalanta para la lucha contra la piratería en Somalia y la misión de seguridad cooperativa que llevan a cabo las Fuerzas Armadas en el Golfo de Guinea.
Desde la creación en 2013 del Mando Operativo Marítimo ha realizado 44 misiones de seguridad marítima, contribuyendo al control de los espacios de soberanía e interés nacional y mejorando el conocimiento del entorno marítimo gracias a sus más de 550 días de mar. Durante estas misiones «ha colaborado y apoyado activamente a otros organismos públicos como SASEMAR, DAVA o Guardia Civil, en el control del tráfico marítimo, búsqueda y rescate de náufragos, vigilancia de pesca y lucha contra el narcotráfico», según la Armada.
El día antes de la última travesía se celebró un acto oficial de arriado de la bandera de España, al que acudieron diferentes autoridades de Alicante y durante el lunes y martes numerosos ciudadanos acudieron al buque para visitarlo durante las jornadas de puertas abiertas organizadas por la Armada en el muelle de la zona de levante donde estaba atracado.
El comandante naval de Alicante, el capitán de navío Joaquín Vegara, ha acudido este miércoles al patrullero para despedir a la dotación y al comandante del Infanta Cristina. Se intercambiaron unas fotografías de recuerdo del buque en Alicante y el patrullero Infanta Cristina zarpó rumbo a Cartagena para realizar su última travesía. Misión cumplida.
Unos barcos conocidos como las «hormigas atómicas»
La Armada española llegó a tener seis corbetas de la clase «Descubierta» y la Infanta Cristina, antes de su reconversión en patrullero de altura, llegó a participar en la operación internacional de la primera Guerra del Golfo en 1991. De esta misión, según el comandante Ramón Cerdán, salió el apelativo con el que se conoce a este tipo de patrulleros: «hormigas atómicas». Fueron bautizadas así por los marinos norteamericanos porque «eran relativamente pequeñas pero armadas hasta los dientes; los americanos no daban crédito a que pudiesen ser tan operativas», explicó. Durante este conflicto Marta Sánchez emuló a Marilyn Monroe y cantó en Navidad ante las dotaciones de las corbetas Diana e Infanta Cristina para subirles la moral.