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A pesar que tanto Rosa Peral como su padre aseguran que es inocente y están luchando por demostrar que no asesinó al que era su pareja, en ‘Y ahora Sonsoles’ hemos hablado en exclusiva con el que era jefe de homicidios de los Mossos cuando ocurrió todo.
El sargento nos ha contado cómo consiguieron destapar el crimen de la guardia urbana.
Y es que les llegó que ella había mantenido una relación con Albert, guardia urbano de Barcelona.
Inmediatamente le preguntaron por él, pero su respuesta fue que hacía meses que esa relación había acabado y que no se veían desde hacía tiempo.
Sin embargo, esto no cuadraba con la versión del propio Albert, que les dijo que estuvo en su casa porque ella misma se lo pidió ya que Pedro, su pareja en ese momento, no estaba.
«Ahí salta la alarma», ha dicho el sargento. Fue en ese momento en el que se convirtieron en los principales sospechosos de la muerte de Pedro Rodríguez.
La investigación de los Mossos
Los Mossos iniciaron entonces una investigación en contra de Rosa y de Albert. «También pusimos al exmarido de Rosa», ha dicho.
Los agentes interrogaron al círculo más cercano de la joven en busca de cualquier pista. Su madre no se acordaba y estaba muy nerviosa, y era el padre quien llevaba las riendas.
«Dice que lo había visto el día 2», ha asegurado, por tanto, algo de nuevo no cuadraba. Solo Rosa y su padre habían visto a Pedro vivo y pensaron que estaban mintiendo.
En una segunda declaración, la madre de Rosa seguía diciendo que no se acordaba y el padre volvió a decir que había visto a Pedro, cuando ese día quien estaba en la casa era Albert.
En el juicio, Francisco Peral dijo que se había equivocado, pero los investigadores no saben si verdaderamente fue un error o Rosa le pidió que declarase eso.
La vida sentimental de Rosa Peral
Desde que se destapó el caso, la vida privada de Rosa Peral ha suscitado mucho interés, además de críticas.
Ella se casó por primera vez con Rubén, con quien tuvo dos hijas y una vida de ensueño hasta que ella le fue infiel.
Poco después conoció a Pedro Rodríguez, la víctima, con quien rápidamente se fue a vivir y formó una familia con sus dos hijas. Sin embargo, Albert López, que era su compañero de patrulla en Barcelona, era su amante.
El padre de Rosa Peral ha lamentado que la vida sentimental de su hija haya sido tan comentada, porque, según ha dicho, ella puede hacer con su cuerpo lo que quiera.
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