La decisión del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) de designar a la vicepresidenta del Bundesbank, Claudia Buch, como nueva responsable de la supervisión bancaria, haciendo oídos sordos a la propuesta de la comisión de asuntos económicos del Parlamento Europeo de designar a la subgobernadora del Banco de España, la española Margarita Delgado, ha generado malestar en la institución pero no hasta el punto de levantarse en armas contra Christine Lagarde. La comisión de asuntos económicos de la Eurocámara ha dado luz verde al nombramiento de la alemana – 29 a favor, 23 en contra y 2 abstenciones- lo que allana el camino de la vicepresidenta primera y ministra de economía, Nadia Calviño, a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones.
Muchas de las explicaciones que ha tenido que dar este miércoles la alemana durante su comparencia ante la comisión parlamentaria se han referido al pulso del BCE y a la decisión del Parlamento Europeo de apoyar “unánimemente” en julio pasado la candidatura de Delgado al considerar que era la más cualificada para el cargo. “Sabe que aprobamos una opinión unánime en relación a su selección. Una opinión que no ha sido tenida completamente en cuenta. Se habla del Parlamento Europeo como un aliado clave pero nuestra opinion no ha sido tenida en cuenta”, se ha quejado el eurodiputado flamenco Johan van Overtveldt. quien ha aludido al hecho de que el nombramiento forma parte de un paquete de nombramientos futuros lo que pondría en entredicho la independencia del BCE.
“Esto me parece lamentable y sienta un precedente muy malo y no vemos como van a funcionar nuestras relaciones interinstitucionales”, ha añadido Ernest Urtasun, de Catalunya en Comú, cuyo grupo, los Verdes, han votado en contra. Incluso el socialista Jonás Fernández le ha afeado por ser todavía miembro suplente del consejo de supervisión del BCE cuando podría suponer un conflicto de interés. El pleno del Parlamento Europeo tendrá ahora que pronunciarse, en octubre, sobre la recomendación de la comisión de asuntos económicos. También tendrá que aprobar el nombramiento los Veintisiete.
Ningún conflicto
“No veo ningún conflicto porque el procedimiento actual no ha terminado. Es cuestion de tiempo”, ha dicho Buch. “El BCE está al corriente. No tengo información de los servicios juridicos de que este pueda ser un problema. Dimitiré del cargo en cualquier caso. Para mi está claro que no puedo ser escogida miembro del mecanismo de supervisión y del consejo de supervision del BCE”, ha aclarado la alemana insistiendo en que está “cómoda” con su candidatura, que el proceso ha sido “limpio” y que confía en su “experiencia” y “conocimientos”.
Durante la presentación de sus credenciales la vicepresidenta del Bundesbank ha echado mano de su currículum para subrayar su idoneidad para el puesto. “Tengo una amplia experiencia internacional en supervisión micro y macroprudencial. Como vicepresidenta del Bundesbank soy responsable de la supervisión bancaria y la estabilidad financiera, soy miembro del consejo de supervision del BCE y vicepresidenta adjunta en nombre del Bundeesbank responsable del G7 y G20”, ha indicado asegurando que ve al Parlamento Europeo como un “aliado crucial” y comprometiéndose a continuar con la “estrecha colaboración”. Con su nombramiento aumentan las posibilidades de Calviño para convertirse en presidenta del BEI -puesto al que opta la danesa Margrethe Vestager– ya que es difícil que España pudiera lograr dos altos cargos de este tipo y al mismo tiempo.