Sall aboga por «continuar sin descanso la lucha contra las redes criminales» detrás del «tráfico ilegal de personas»
El presidente de Senegal, Macky Sall, ha subrayado la necesidad de poner en marcha el pacto alcanzado en 2018 sobre migraciones seguras y hacer frente a las «redes criminales» que están detrás del tráfico de personas para hacer frente a la «tragedia de la migración clandestina».
«La tragedia de la migración clandestina nos recuerda la necesidad de poner en marcha el Pacto Mundial para las Migraciones Seguras, Ordenadas y Regulares y continuar sin descanso la lucha contra las redes criminales que organizan este tráfico ilegal de seres humanos», ha sostenido.
Así, ha resaltado durante su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas que «para millones de personas, la vida cotidiana está marcada por el miedo, la violencia, la pobreza y la desigualdad», antes de incidir en que «muchos países siguen sufriendo el impacto económico y social de la pandemia, mientras que el cambio climático ha llegado a unos niveles sin precedentes».
«Una guerra de alta intensidad pone a la humanidad frente al riesgo de una gran catástrofe. En África, el resurgimiento de los golpes de Estado es un asunto que genera grave preocupación», ha manifestado Sall, que ha lamentado además que «el terrorismo siga ganando terreno en África sin una reacción apropiada del Consejo de Seguridad (de la ONU)».
En este sentido, ha reseñado que «Senegal ha alertado en numerosas ocasiones (…) sobre la ineficacia de las operaciones de mantenimiento de paz en África, donde los mandatos y los equipamientos no se corresponden con la naturaleza de las situaciones».
«No hay paz que mantener cuando se trata más bien de restaurarla, luchando contra grupos armados que saquean y ponen de luto a diario a poblaciones inocentes, ocupan territorios enteros y amenazan la existencia de estados», ha argumentado Sall, que ha pedido al Consejo de Seguridad que «asuma plenamente sus responsabilidades en la lucha contra el terrorismo en África».
Sall ha lamentado por ello la existencia de «un sistema que continúa ignorando las realidades de su tiempo y las necesidades de más de las tres cuartas partes de su sus países miembros», antes de incidir en que esto «acentúa las desigualdades, genera las condiciones para su impugnación y provoca un riesgo de fragmentación».
«Si queremos evitar esta división, la sabiduría dicta que reformemos la gobernanza política, económica y financiera a nivel global para que sea más representativa de la diversidad y, por tanto, se refuerce su legitimidad», ha señalado el presidente de Senegal.
ELECCIONES «LIBRES Y TRANSPARENTES» EN 2024
Por último, Sall ha tenido palabras para la situación interna en su país y ha prometido que las próximas elecciones, previstas para el 25 de febrero de 2024, serán «democráticas, libres y transparentes». «El 2 de abril, entregaré el poder a mi sucesor, tras doce años al frente de nuestro país», ha reseñado.
«Confío en que, siguiendo la tradición senegalesa de apertura al diálogo, mi sucesor será fiel a las relaciones de amistad que unen a nuestro país con todos los miembros de la ONU», ha dicho Sall, quien ha dado las gracias a los países miembro de la organización «por su amistad y colaboración».
Senegal ha sido escenario de meses de crisis política ante las denuncias de la oposición sobre un supuesto plan de Sall para presentarse a un nuevo mandato, que violaría la Constitución, y la represión de las protestas, encabezadas por el destacado opositor Ousmane Sonko.
Las tensiones han ido igualmente al alza por una serie de casos judiciales abiertos contra Sonko, líder del partido Patriotas Africanos de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad (PASTEF) y alcalde de Ziguinchor (sur), en lo que sus seguidores describen como una persecución política para apartarle de las elecciones presidenciales.
Sonko fue sentenciado en junio a una pena de prisión de dos años por «corrupción de la juventud» en el marco de un juicio por supuesta violación y amenazas de muerte contra una mujer, mientras que fue detenido en julio en su vivienda en la capital, Dakar, tras ser acusado de arrebatar un teléfono móvil a un agente que le estaba grabando.