El precio del petróleo no deja de subir. Hace semanas inició una escalada que parece no tener freno, y que se ha intensificado los últimos días, después de que Arabia Saudí y Rusia anunciasen que mantendrían sus recortes voluntarios de producción hasta finales de año. El ‘oro negro’ ha tocado su nivel más alto en 10 meses, y no se descarta que mantenga las alzas hasta llegar a los 100 dólares por barril. Eso preocupa a los inversores, que temen las consecuencias y ya preparan sus carteras para afrontar los riesgos que entraña que el crudo esté disparado.

De hecho, los expertos recomiendan seguir una serie de estrategias para protegerse de la situación que se está gestando en los mercados con la imparable subida del precio del petróleo. Stephen Innes, socio director de SPI Asset Management, comenta que la escalada del crudo tiene «importantes implicaciones para la inflación».

«El petróleo desempeña un papel crucial en diversas industrias y, a medida que aumentan los costes energéticos, tiende a traducirse en una subida de los precios de bienes y servicios. En consecuencia, existe una creciente preocupación por las posibles presiones inflacionistas que esto podría ejercer sobre la economía mundial, pudiendo provocar un cambio desfavorable en el equilibrio crecimiento/inflación mundial», destaca en uno de sus más recientes comentarios.

De hecho, este analista señala que los mercados ya están reaccionando a esta situación. Por un lado, las tasas de inflación implícita a corto plazo «han registrado un repunte», aunque por otro la correlación entre el S&P 500 y el crudo Brent se ha debilitado, «lo que indica que la subida de los precios del petróleo puede tener efectos mixtos en los mercados de renta variable, ya que algunas zonas se benefician mientras que otras afrontan dificultades».

Mientras tanto, el comportamiento de los activos relacionados con la energía durante ha sido «polifacético», y es que aunque al principio tanto la renta variable como los diferenciales de crédito de los sectores energéticos de EEUU y la UE obtuvieron peores resultados, ahora «se ha producido un notable cambio de tendencia, con un resurgimiento de la renta variable energética«.

Así las cosas, Innes aconseja a los inversores fijarse en los bonos del Tesoro estadounidense protegidos contra la inflación (TIPS), tanto a corto como a largo plazo, porque «se perfilan como los instrumentos preferidos para protegerse de los riesgos de estancamiento a corto y largo plazo».

Además, apunta que algunos equipos de inversión mantienen una posición ‘sobreponderada’ en activos energéticos, «lo que indica un sentimiento positivo continuado hacia el sector». Cree este estratega que la dinámica del mercado del petróleo «está demostrando tener efectos de gran alcance sobre la economía mundial, las expectativas de inflación y los mercados financieros», lo que en su opinión «exige un seguimiento atento y la adopción de decisiones estratégicas tanto por parte de los inversores como de los responsables políticos» para evitar males mayores.

¿REAVIVARÁ LA INFLACIÓN?

Sobre los efectos inflacionarios que podría tener el repunte del petróleo hablan también los analistas de Rabobank. «Los efectos inflacionarios de la crisis energética ni siquiera se han desvanecido por completo todavía, ya que los nuevos aumentos de los precios de las materias primas están poniendo en primer plano nuevos riesgos inflacionarios«, apuntan.

Los recortes de Arabia Saudí y Rusia han restringido la oferta mundial de petróleo, empujando los precios al alza, una situación que podría extenderse en el tiempo. «Es probable que el aumento de los precios de los combustibles fósiles nos acompañe en el futuro previsible. Esto puede ser otro incentivo para acelerar la inversión en fuentes de energía alternativas, pero también es probable que mantenga la inflación (energética) más elevada«, comentan desde el banco holandés.

Y eso sería un problema para los bancos centrales que, como dice Craig Erlam, analista senior de mercado para Reino Unido y EMEA en Oanda, «empiezan a ver la luz al final del túnel». Ahora mismo, remarca, un petróleo a más de 100 dólares «será increíblemente inoportuno y poco útil«. «No estoy seguro de que tenga mucho sentido económico que la economía mundial entre en recesión si la OPEP+ persevera en estos recortes, lo que me hace cuestionar hasta dónde llegará el precio y hasta qué punto será sostenible», comenta.

Bajo su punto de vista, una subida prolongada del crudo podría reavivar la inflación, por lo que aunque la OPEP+ sigue restringiendo la oferta y sus miembros insisten en que el objetivo es reequilibrar el mercado, «a diferencia de otras ocasiones en el último año las medidas están teniendo ahora un impacto significativo en el precio, lo que debería obligar a replantearlas en los próximos meses«.