El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha mostrado este miércoles su preocupación por los falsos desnudos de menores de Almendralejo (Badajoz) realizados por otros menores con inteligencia artificial. Señaló que su preocupación es «como reflejo del uso de nuevas tecnologías para la comisión de futuros delitos y para invadir espacios de vulnerabilidad de los menores y la juventud».

No obstante, también quiso enviar un mensaje de tranquilidad, porque «las instituciones están trabajando», aunque admitió que el Ministerio Público aún no ha recibido el atestado de lo sucedido, y «hay elementos normativos suficientes para en principio poder atajar comportamientos delictivos con lo que viene con el desarrollo de las nuevas tecnologías». Es decir, que el Código Penal «parece adaptado a las nuevas realidades y a los instrumentos de protección y educación», por lo que consideró prematuro abordar una reforma legal.

Pero sí abogó por «una reflexión como sociedad hacia dónde vamos y los intrumentos que hay que poner». Destacó que generalmente son mujeres, fundamentalmente víctimas de este tipo de comportamiento, según las estadísticas, lo que obliga a «reflexiones de género y la juventud». En este sentido recordó que la memoria de la fiscalía general del año pasado reflejaba «un incremento del 116 o 117% desde el año 2017, que es evidente por el uso de las nuevas tecnologías y el uso de móviles, a través de los que las personas que aún están formando su personalidad reciben una cantidad de información procesada o mal procesada, que descompone las fuentes de formación educativa que han tenido personas de otras generaciones«.

Agregó que es «una reflexión mucho más allá de una fiscalía. Es algo que deba preocupar como país, como sociedad». Pero vio prematuro pronunciarse sobre una hipotética prohibición de los móviles en el colegio, porque consideró que el debate transciende a las instituciones.

Señaló que el Código Penal persigue delitos penales, y ya protege el desarrollo del menor, al entender, por ejemplo, como pornografía toda imagen realista con contenido sexual, aunque sea elaborada tecnológicamente o por dibujos.