Los fallos en los protocolos de actuación frente a la explotación sexual, en Canarias y España en general, no sólo dificultan el registro de las víctimas de trata sexual, sino que genera grandes dificultades para identificar, denunciar e imputar a los proxenetas y tratantes; además de que no protegen a las víctimas, circunstancias por las que la mayoría no denuncian. Esta es una de las principales conclusiones del Estudio sobre la Trata con fines de explotación sexual en Canarias 2021-2022 que lleva por subtítulo El dato y el relato en la explotación sexual de mujeres y niñas, realizado por la socióloga e investigadora de la Universidad de La Laguna (ULL), Esther Torrado, que abrió ayer las Jornadas de Sensibilización sobre la Trata con Fines de Explotación Sexual ¿Intercambio de sexo por dinero? Hablemos de sexo, organizadas por el Programa Daniela Oblatas, que se celebran hasta el 22 de septiembre en la Casa-Museo Pérez Galdós, en la capital grancanaria.

«Existen grandes dificultades para la identificación, la denuncia y la imputación de los proxenetas y tratantes. Hay una concepción muy patriarcal de la sexualidad que hace que aumente la demanda de prostitución y, por lo tanto, las mujeres reclutadas para la trata. Lo que nos ha hecho ver la pandemia del covid-19, es la vulnerabilidad de estas mujeres y como muchas ONGs han quedado a su suerte para poder atenderlas durante el confinamiento», indicó la profesora Torrado.

En el estudio difundido ayer, además de analizar datos estadísticos sobre la trata con fines de explotación sexual, el número de intervenciones policiales y el número de identificaciones que ha habido hasta diciembre de 2022, también recoge el relato de algunas mujeres que han sido víctimas de trata de sexual, bien desde que fueron reclutadas para prostitución, o cuando las trajeron de otros países. «Vimos que hay grandes dificultades para la compilación de datos estadísticos puesto que si no se identifican las víctimas y no se detecta, tampoco entran dentro de las estadísticas, lo cual conlleva a la falta de visibilidad de un problema muy grave».

Muchas familias promueven que sus hijas acaben siendo víctimas de explotación sexual




Otra de las grandes aportaciones del informe es que pone de relieve la interrelación entre trata y prostitución. «Hay un intento de separar la trata de la prostitución, como que la trata es algo malo, es coacción, y la prostitución es voluntaria, cuando en este informe hemos descubierto que no, que están interrelacionadas. Muchas mujeres que están en prostitución por la fuerza de la necesidad, acaban siendo víctimas de trata, porque contraen deudas y, por el contrario, mujeres que han sido víctimas de trata, finalmente pagan la deuda, pero continúan en prostitución. En esos contextos conviven víctimas de trata con mujeres en prostitución, menores y mayores de edad».

Otro de los problemas que se detectan en el estudio es que cada vez existen menos identificaciones de víctimas de trata. La investigadora señala que a raíz de la pandemia, se han reducido en Canarias las inspecciones y las identificaciones, lo que se traduce en que no se persigue el delito, y tampoco se ponen condiciones para proteger a las víctimas.

Otro dato significativo que recoge el estudio, es el papel que juegan las familias en el reclutamiento de las mujeres víctimas de trata. «Decir esto es duro, porque el concepto de familia en nuestro país está sobrevalorado, pero muchas familias son las que promueven que sus hijas acaben siendo víctimas de trata, o bien incorporándolas a las redes, siendo esas familias proxenetas o bien recibiendo el dinero de la prostitución para vivir. Hay mujeres que se han dado cuenta que han estado explotadas por sus familias al cabo de muchos años».

La profesora de la ULL advierte en el informe del aumento en la captación de mujeres isleñas


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Casi la mitad de las mujeres que entrevistaron durante el estudio, sufrieron violencia sexual en la infancia, por parte de personas cercanas -hermanos, padres, vecinos, tíos-, «y las que fueron víctimas de trata siendo menores ya per se sufrían violencia sexual».

Entre las mujeres que participaron en el estudio, una minoría sigue en el sistema prostitucional, a pesar de que la mayoría señala su deseo de salir de ahí, aunque no hayan denunciado ser víctimas de trata. «Muchas mujeres te cuentan que fueron reclutadas siendo menores de edad, que tienen contraída una deuda y la están pagando, aunque ni han denunciado ni piensan hacerlo. Y no denuncian porque nuestro protocolo no las protege», apuntó la socióloga.

Aunque la mayoría de las víctimas de trata en las Islas son extranjeras, aumenta la captación de canarias. «La vulnerabilidad es el principal factor de captación, pero la cercanía puede ser un elemento rentable. Si las captan aquí no tienen que atravesar fronteras, no van a correr riesgos. Ya hemos tenido varios casos en Canarias y en Baleares de captación de niñas en situación de desprotección para la explotación sexual», concluyó Esther Torrado, al tiempo que indicó la necesidad urgente de impulsar una ley que penalice la demanda de prostitución.