El municipio de Oliva en Valencia fue testigo de una de las noches más largas en la historia del deporte español. Finalmente, tras siete horas de reunión entre el Gobierno, las jugadoras de la Selección femenina y la Real Federación Española de Fútbol, 21 de las 23 futbolistas continuarán en la concentración tras haberse cerrado una serie de acuerdos que se pondrán por escrito este miércoles.

Víctor Francos, presidente del CSD, fue el encargado de explicar ante los medios cómo había ido la larga negociación pasadas las 4:50 de la madrugada. El representante del Gobierno afirmó que la RFEF se había comprometido a «hacer los cambios» que las futbolistas habían exigido «de forma inmediata».

Estos despidos tendrán lugar en las próximas horas y, aunque no se dieron nombres, todo apunta a que Andreu Camps -secretario general-, Miguel García Caba -director de Integridad-, Rubén Rivera -director de marketing- y Pablo García Cuervo -director de comunicación- serán los primeros en ser cesados de sus puestos en una lista negra que podría tener más damnificados en los próximos días.

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La identidad de las dos jugadoras que abandonarán la concentración y que no disputarán los partidos contra Suecia y Suiza en los que están en juego la UEFA Nations League y la clasificación para los JJOO de París no fue desvelada. Sin embargo, Alexia Putellas e Irene Paredes fueron las únicas futbolistas en salir de la reunión con ropa de calle y no con la oficial de la Selección.

Francos explicó que estas dos jugadoras que renunciaban a la convocatoria lo hacían porque no se encontraban en un buen estado de ánimo. La decisión será comunicada por las propias futbolistas y el presidente del CSD se negó a dar los nombres. Sí quiso recalcar que las conversaciones han estado marcadas por un «tono «amable» y en el que todas las partes hablaron «con total libertad».


Víctor Francos atiende a los medios de comunicación tras su reunión con las jugadoras de la Selección y la RFEF

El CSD se había comprometido nada más comenzar la reunión a que ninguna futbolista fuera sancionada si, tras la charla, alguna decidía regresar a su domicilio y no representar a la selección española. Esta ‘amnistía’, impuesta por el Gobierno a la Federación, hizo que las partes acercaran posturas.

Además de los despidos, se acordó «igualdad salarial» con la selección masculina y que se cumplan las políticas sobre esta materia incluidas en la Ley del Deporte. Por último, para velar por el cumplimiento de los acuerdos a los que se ha llegado en Oliva, se pactó la creación de una comisión mixta en la que estarán representadas las jugadoras, el CSD y la RFEF. 

Tras Víctor Francos, salió a atender a los medios Rafa del Amo, presidente del Comité Femenino, en representación de la RFEF. El dirigente navarro confirmó las declaraciones del representante del Gobierno y aseguró que Montse Tomé seguirá en su puesto de seleccionadora, ya que las futbolistas no habían pedido su destitución.

División entre las jugadoras

Precisamente, la primera reunión en Oliva (Valencia) fue de Víctor Francos con Montse Tomé para conocer la versión de la seleccionadora sobre la convocatoria facilitada el lunes y que agravó la crisis en la RFEF. 

La reunión entre las futbolistas y el presidente del CSD comenzó pasadas las 21:30 horas. En estas primeras conversaciones también estuvieron cuatro representantes de la RFEF: Rafa del Amo (presidente del Comité Femenino), Ana Álvarez (directora del fútbol femenino), Montse Tomé (seleccionadora) y Ángeles Aguilera (jefa de expedición y vicepresidenta de la Federación Extremeña). 

Después, los miembros de la RFEF abandonaron la sala del hotel Oliva Nova y dejaron a Francos a solas con las jugadoras y con Amanda Gutiérrez, presidenta del sindicato FUTPRO. Las futbolistas exigieron entonces un compromiso por escrito de que ninguna sería sancionada en caso de que decidiera abandonar la concentración de la Selección.

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El CSD logró que la Federación asegurara que no era necesario ningún documento, ya que daba su palabra y la lista oficial no se había enviado todavía a UEFA, que había de plazo hasta el jueves. 

La RFEF también prometió cambios drásticos a las jugadoras, incluyendo los despidos inmediatos de los responsables de las áreas que habían sido señaladas en el comunicado del pasado viernes por las 39 futbolistas. El CSD no sólo dio garantías de que este compromiso se cumpliría, sino que exigió también, de motu proprio, que Pedro Rocha lo hiciera efectivo en el mínimo tiempo posible. 

Tras su charla con Víctor Francos, las jugadoras se quedaron solas para discutir si se daban por satisfechas o no con los cambios prometidos. Además, existía una clara división entre las que querían abandonar la concentración y las que creían que llegadas a ese punto debían disputar los encuentros de España. 

El núcleo más reivindicativo estuvo formado por las jugadoras del FC Barcelona, liderado por Alexia Putellas, Irene Paredes y Mapi León. Otras futbolistas, que al final fueron mayoría, dieron por buenas las negociaciones y hacían ver la necesidad de centrarse en lo deportivo cuanto antes. Esta «división» fue confirmada oficialmente  por el propio Rafa del Amo cuando realizó sus declaraciones ante los medios.

Las horas fueron cayendo en la madrugada valenciana. Las jugadoras se dejaban ver por los cristales del Oliva Nova Beach & Golf. Entraban y salían de una sala. El consenso era imposible entre las 23 seleccionadas y el cónclave se iba convirtiendo en un nuevo capítulo del esperpento que se está viviendo en el fútbol español durante las últimas semanas. 

Al final, casi a las 5 de la mañana, la mayoría apoyó el acuerdo con el CSD y la RFEF para firmar, al menos, una paz temporal. Sólo dos jugadoras, con Alexia Putellas e Irene Paredes abandonando la reunión sin llevar la ropa de la Selección como posible señal, fueron las que decidieron dejar este miércoles la concentración.