Nuestros hijos crecen y nos encontramos con muchos temas, fundamentales en su educación que nos generan dudas y preocupaciones, también sobre sus incursiones en Internet y así nos preguntamos: ¿somos buenos referentes en el uso de las pantallas?, ¿cuándo debemos darles su primer móvil?, ¿pactamos reglas?, ¿cómo enseñarles a hacer un buen uso de Internet y de las nuevas tecnologías?

¡Que no cunda el pánico! Amaia, Miguel y su hijo Nacho no tienen las respuestas, pero saben que la clave está en la comunicación, en la educación, en el respeto, en dedicar tiempo de calidad a disfrutar de la familia y de los amigos y, por supuesto, desconectarse cuando toca. Porque hacer de Internet un espacio seguro para los menores, es responsabilidad de todos.

Con el comienzo del nuevo curso, muchas veces, aparecen en la mente de padres y madres, todas estas preguntas, ¿cómo van a usar las pantallas?, ¿compramos un ordenador para que les ayude en sus estudios?, ¿y el móvil?, ¿cuánto tiempo?, ¿dónde lo van a usar?

Los niños de entre 10 y 15 años ya utilizan Internet de manera habitual. Tanto es así que esta cifra alcanza el 98%, según datos del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, ONTSI. Este dato ha aumentado tras la crisis sanitaria, ya que en 2016 no llegaba al 93%. Y sucede lo mismo con el uso del móvil: en 2022 siete de cada diez niños lo usan, según el mismo organismo. La tendencia está clara, y la digitalización está cambiando los modelos educativos y de ocio, el aumento de las actividades educativas y juegos online son claros ejemplos.

La tecnología tiene el enorme poder de conectar a las personas. Según la frase generalmente asociada a Damocles, y a algunos personajes de Marvel, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, sin embargo, Internet y el resto de las tecnologías digitales son lo que las personas hacen de ellas. Por eso Telefónica divulga desde hace años las mejores prácticas para hacer un uso responsable y seguro de la tecnología.

Y aquí están Amaia, Miguel y Nacho, una familia con problemas normales, que intentan orientar a su hijo para adoptar una serie de hábitos digitales saludables. Acordar entre todos un espacio de confianza, unos horarios para practicar la desconexión digital, y conocer los retos a los que se exponen al usar la tecnología ayudará a otros menores como Nacho a tomar buenas decisiones en los entornos digitales.

Además de instalar una aplicación de control parental, creen que no es suficiente y, por ello, consideran imprescindible generar confianza en el entorno familiar donde todos participen y pongan en común los riesgos y también las oportunidades a través del debate y la reflexión.

Lo importante es usar el sentido común, valorar los pros y los contras, la madurez del menor, mostrarte disponible para ayudarle a resolver cualquier duda que le pueda surgir y estar pendiente de los pasos que vaya dando en su experiencia digital. La tecnología no es ni buena ni mala en sí misma, siempre depende del uso que se haga de ella.