- Perder tiempo para traducirse
- Primer antecedente, el 17 de agosto
- Investidura de Feijóo
- Sistema de traducción, semejante al del Senado
Desde este martes los diputados podrán utilizar lenguas cooficiales y no oficiales para sus intervenciones en el Congreso de los Diputados. De forma urgente se han contratado traductores provisionales para que interpreten los discursos en catalán, euskera, valenciano y gallego. Pero aquellos parlamentarios que hablen en bable, aragonés o cualquier lengua no oficial, deberán destinar parte de su turno de palabra a autotraducirse.
La reforma del reglamento de la Cámara Baja, propuesta conjuntamente por el Partido Socialista, Sumar, PNV, EH Bildu y Esquerra Republicana de Catalunya, fue admitida por la Mesa el pasado miércoles y el pleno para su aprobación definitiva será este martes y este jueves.
Perder tiempo para traducirse
Por primera vez desde el inicio de la democracia, los parlamentarios podrán utilizar otras lenguas del Estado distintas al castellano en sus intervenciones. Hasta ahora, la presidencia permitía decir algunas palabras o frases breves, pero siempre debía ser el castellano, la lengua común de todos los españoles, la que protagonizara el discurso.
La iniciativa excluye a otras lenguas como el bable o el aragonés —naturales de la región asturiana y de Aragón— de poder ser traducidas por especialistas. Las lenguas cooficiales —catalán, vasco, euskera, gallego y valenciano— gozarán de intérpretes que traducirán las palabras de los parlamentarios en tiempo real contratadas por el propio Congreso. Las televisiones podrán emitir los discursos y su traducción en directo. Pero los diputados que quieran hablar en lenguas no oficiales tendrán que destinar parte de su tiempo a traducirse a sí mismos.
Primer antecedente, el 17 de agosto
El primer ejemplo de este cambio fue la constitución de Las Cortes el pasado 17 de agosto. Varios diputados de partidos nacionalistas vascos y catalanes emplearon el catalán o el euskera para acatar la Constitución. Tanto el grupo Vox como el Partido Popular solicitaron a la recién nombrada tercera autoridad del Estado, Francina Armengol, que invalidara o revisara la jura de los parlamentarios nacionalistas. La presidenta de la Cámara lo rechazó y anunció que se permitiría hablar a los diputados en la lengua que quisieran.
Investidura de Feijóo
Pocas semanas después, los grupos PSOE, PNV, ERC, Sumar y Bildu presentaron a la Mesa del Congreso su propuesta para reformar el reglamento y permitir intervenciones en otros idiomas. Una petición que ha despertado críticas en la derecha. Tanto el PP como Vox se han opuesto a este cambio: «No soy más gallego por hablar gallego a un catalán», afirmó el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, el pasado sábado.
La intención de los grupos parlamentarios que han impulsado esta medida ha sido, precisamente, que el cambio se aprobara antes del debate de investidura de Feijóo, fechada para los días 26 y 27 de este mes. La Mesa, con mayoría progresista, se ha dado prisa para tramitar la petición y el pasado miércoles anunció que convocaba dos plenos para aprobarla esta misma semana. Siete días antes de que Feijóo se someta a la confianza de la Cámara.
Además, aunque aún no se ha aprobado la medida —que saldrá adelante por mayoría absoluta gracias a los votos de los grupos que la propusieron y Junts per Catalunya— los parlamentarios ya podrán intervenir en la lengua que consideren desde hoy mismo.
Sistema de traducción, semejante al del Senado
La propuesta establecía un periodo de «transición» de seis meses. Un tiempo destinado a que el Congreso implantara todos los sistemas necesarios tanto a nivel técnico como de recursos humanos. Hasta que los discursos y las intervenciones no pudieran ser traducidos, no podría permitirse el uso de otra lengua. Por ello se necesitaba un despliegue tecnológico que instalara mecanismo para que los propios diputados, que no sepan catalán o euskera, puedan entender la intervención.
Pero la intención de que el nuevo reglamento estuviera aprobado antes de la investidura de Feijóo ha reducido mucho los plazos y ha llevado a la Mesa del Congreso a ordenar la contratación exprés de varios intérpretes con carácter provisional hasta que se lance una oferta fija de empleo. En todo momento y a pesar de que la iniciativa establecía medio año para instalar todos los sistemas, desde la Mesa señalaron a ECD que «habría traducción» desde el momento en que se aprobara la norma. Sin embargo, la instalación de sistemas técnicos para el uso funcionamiento ordinario del Congreso —traducción de textos, etc— sí tardará más y aprovechará esos meses señalados en la propuesta que presentaron los grupos.