Martes histórico para la normalización institucional del catalán, el gallego y el euskera. El Congreso de los Diputados y la Unión Europea han dado un espaldarazo al reconocimiento y el uso de las lenguas cooficiales de España, pero el periplo comunitario no solo no ha terminado, sino que acaba de empezar. Ambos debates se enmarcan y pueden condicionar las negociaciones del PSOE con varios partidos para la investidura de Pedro Sánchez.

Estas son las claves y las principales incógnitas que dejan las decisiones que se han tomado este martes en Madrid y Bruselas sobre el catalán.

¿Qué ha decidido el Congreso?

Por mayoría absoluta, el Congreso ha admitido a trámite la propuesta de reforma del reglamento de la Cámara que permite hablar en cataláneuskera y gallego en todas las sesiones. De hecho, los tres idiomas han podido emplearse ya en este debate a pesar de que la iniciativa no se aprobará hasta el próximo jueves. El PP y Vox han intentado frenar el uso de las lenguas cooficiales en este pleno alegando que la reforma aún no había entrado en vigor y, en señal de protesta, los diputados ultraderechistas han abandonado el hemiciclo y depositado los pinganillos en el escaño de Sánchez, vacío porque el presidente del Gobierno se encuentra en la Asamblea General de la ONU. Además de los grupos nacionalistas e independentistas, el PSOE y Sumar también han utilizado el gallego en sus turnos de intervención. Incluso Borja Sémper, del PP, ha usado el euskera, traduciéndose él mismo al castellano, pese a rechazar la reforma.

¿Qué ha decidido la UE?

La solicitud de España para oficializar el catalán, el gallego y el euskera en la UE ha chocado con las reticencias de la mayoría de países, lo que ha obligado al Gobierno a un cambio de estrategia. En primer lugar, los estados miembros han acordado posponer las deliberaciones hasta poder analizar con detalle los costes económicos y el impacto administrativo, logístico y político de la medida. Es decir, no hay oficialidad pero tampoco se ha vetado la posibilidad de seguir hablando de un tema que requiere la unanimidad de los Veintisiete para salir adelante. Y precisamente para facilitar el acuerdo, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha aceptado darle prioridad al catalán y aparcar por ahora la oficialidad del euskera y el gallego porque varios países habían planteado dudas por el hecho de admitir tres nuevas lenguas de golpe.

¿Qué ha propuesto España y por qué?

El Gobierno español plantea aplicar la oficialidad de forma gradual, con períodos transitorios y dando prioridad al catalán en el desarrollo de la oficialidad frente a euskera y gallego. Albares se ha escudado en las dudas que suscita entre algunos socios europeos la inclusión de tres lenguas al mismo tiempo para apostar por una vía gradual que no considera «discriminatoria» con el euskera y gallego, sino una solución más realista, dado que el catalán, con más de 10 millones de hablantes, «supera a varios idiomas ya oficiales de la UE» y está «entre las 15 primeras lenguas de la UE». España no ha ofrecido ningún detalle sobré cómo se aplicaría esa gradualidad, aunque fuentes del Gobierno invocan el precedente del gaélico, cuya oficialidad tardó 15 años en hacerse efectiva desde la primera solicitud de Irlanda.

¿Cuáles son los siguientes pasos?

De momento, la iniciativa será derivada ahora a un grupo de trabajo técnico del Consejo y al Comité de Representantes Permanentes (Coreper), donde se sientan los embajadores permanentes de los Veintisiete, para su examen. Este foro deberá decidir si pide un informe jurídico, tal como han planteado varios gobiernos, aunque para ello primero tendrá que ponerse sobre la mesa una propuesta concreta del reglamento lingüístico de la UE. Sin embargo, no hay ni calendario ni plazos concretos sobre cúando podría tomarse una decisión, cuyo principal escollo es que debe adoptarse por unanimidad. Según ha anunciado la presidencia, el asunto volverá al Consejo de Asuntos Generales «en una próxima reunión». Albares solo se ha comprometido a mantener la voluntad del Gobierno de «avanzar lo más rápidamente posible».

¿Cómo ha sido el primer debate?

La reunión ha sido breve, de poco más de media hora -entre 35 y 40 minutos, según las fuentes consultadas- y en el mismo han intervenido 21 delegaciones. Albares ha defendido las razones de la propuesta. Se ha referido a la «especificidad» española, cuyas lenguas cooficiales están reconocidas en la Constitución, al hecho de que se trata de una vieja reivindicación española que data desde hace más de 20 años y a que España está dispuesta a asumir el coste derivado de su implantación, aunque no ha dado cifras. La mayoría de países han respondido que es «prematuro» y «pronto» para tomar una decisión y que, antes de plantearse una votación, es necesario aclarar los muchos interrogantes en términos presupuestarios, administrativos y jurídicos. «No creo que nadie se esperara una decisión en una mañana en Bruselas de una propuesta que se ha presentado en papel el mismo día», ha resumido de forma elocuente el ministro irlandés de asuntos europeos, Peter Burke.

¿Qué se puede hacer ahora en catalán en la UE?

La posibilidad de utilizar el catalán, el euskera y el gallego en las instituciones de la UE es hoy limitada. Se circunscribe a la correspondencia de los ciudadanos con las instituciones europeas, a unas pocas intervenciones orales en el Consejo -que reúne a los Estados miembros aunque en las reuniones participan en ocasiones consejeros autonómicos- y el Comité de las Regiones -el órgano en el que están representados los entes locales y regionales- siempre que se solicite con un plazo de antelación “razonable” y condicionada a la existencia de los medios de interpretación necesarios, así como a la publicación de algunos textos legales. De 2006 a 2008 llegaron unas 40 cartas, propuestas o quejas en catalán al Parlamento Europeo, mientras que en gallego solo se recibió una, y en euskera, ninguna. Desde 2017, el número de escritos de ciudadanos recibidos en alguna de las tres lenguas asciende a 687, todos ellos en catalán.

¿Qué efectos tiene sobre la investidura?

Hace días que se preveía el retraso en la oficialidad del catalán ante las crecientes dudas que manifestaban los países. Asumiendo que este escenario podía producirse, la ‘consellera’ de Exteriors, Meritxell Serret, advirtió el domingo, en una entrevista en EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, que una dilación no podía ser utilizada para «diluir» la iniciativa. Sin embargo, el Govern ha cargado este martes en primer momento contra el Ejecutivo central y le ha acusado de haber actuado «tarde y mal» con el catalán en la UE, mientras que, paradójicamente, Junts ha dado las gracias a la Moncloa por defender las lenguas cooficiales en Europa, y el propio Carles Puigdemont ha aplaudido. Los votos de ambos partidos son imprescindibles para investir a Sánchez, como los del PNV y EH Bildu, que ya han alertado de que relegar el euskera «no ayuda» a las negociaciones. El BNG, otro socio clave para Sánchez, ha avisado de que «no hay lenguas de primera y de segunda».