Otra buena noticia para el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en España. Después de que el Instituto Nacional de Estadística revisara el lunes al alza los datos del 2021 (6,4%) y 2022 (5,8%), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) también ha mejorado sus perspectivas económicas españolas, según sus previsiones publicadas este martes. El organismo internacional, con sede en París, estima que España crecerá un 2,3% en 2023. Es decir, ha subido en dos décimas su anterior previsión (2,1%).
La estimación de la OCDE resulta superior a la de la Comisión Europea (1,9%), pero inferior a la del Fondo Monetario Internacional (2,5%). Para el año que viene, este órgano prevé que el PIB español se incrementará en 1,9%. Esto significa que mantiene intacta su anterior previsión, anunciada en junio. En una coyuntura mundial marcada por la inflación persistente y por una desaceleración de la recuperación pospandemia, el PIB español resiste mejor que el de sus principales vecinos europeos.
Ralentización económica
Su previsión de crecimiento resulta superior a la media de la Eurozona (0,6%). Está claramente por encima de las estimaciones de Francia (1%), Italia (0,8%) y Alemania (-0,2%). La principal potencia económica del Viejo Continente continúa siendo la más afectada por la inflación y la guerra de Ucrania y experimentará un crecimiento negativo. Esto repercute en el resto de los países europeos, de los que más se resienten entre las grandes potencias del G20. De hecho, la OCDE rebaja las previsiones para la mayoría de ellos en 2024: el 0,8% en Italia, el 0,9% en Alemania y el 1,2% en Francia.
“Tras un inicio del 2023 mejor de lo esperado, ayudado por la bajada de los precios de la energía y la reapertura de China, ahora prevemos un crecimiento mundial más moderado”, asegura en su informe la OCDE, compuesta por 38 países, la gran mayoría de ellos occidentales. Después de que el PIB mundial se incrementara en 2022 un 3,3%, este organismo prevé para este año un crecimiento mundial del 3% —tres décimas más que en su anterior estimación— y del 2,7% en 2024, dos décimas menos que lo pronosticado en junio.
«Disminuye la confianza de los consumidores»
Una de las claves de esta ralentización mundial es la inflación persistente. Aunque la subida de los precios se está moderando, “se mantendrá por encima de los objetivos de los bancos centrales en la mayoría de las economías”, reconoce la OCDE. Prevé que la inflación en los países del G20 sea del 6% este año y el 4,8% en 2024. Y eso repercute en “las estrictas políticas monetarias”, cuyo “impacto resulta cada vez más visible” y “disminuye la confianza de los consumidores y en los negocios”.
A pesar de estos nubarrones económicos, la OCDE mejora en seis décimas sus previsiones para Estados Unidos, la principal potencia económica en el mundo. Espera que el PIB estadounidense crezca más este año (2,2%) que el pasado (2,1%). En el caso de China, segunda potencia económica, empeora en tres décimas sus perspectivas y estima una subida del PIB este año del 5,1% y del 4,6% en 2024. El gigante asiático sufre, según la OCDE, debido a su actual crisis inmobiliaria.
Y, en el caso de Rusia, el órgano mejora sus perspectivas. Después de que el PIB ruso se contrajera un 2% en 2022 a causa de las sanciones occidentales en respuesta a la guerra de Ucrania, crecerá un 0,8% este año y 0,9% en 2024. Es decir, se situará en unos niveles parecidos a los de la Eurozona (1,1%).