«El sida fue descubierto a principios de los 80, cuando se observaron en EEUU grupos de pacientes con enfermedades muy poco comunes, como son: el sarcoma de Kaposi y una enfermedad pulmonar que transmiten los pájaros«, señala el urólogo asturiano Alberto Sánchez Trilla, quien recuerda que el primer caso en España se detectó en octubre de 1981 en Barcelona. «Pronto se objetivaron casos entre: drogadictos por vía intravenosa, en receptores de transfusiones de sangre y en comunidades homosexuales», añade el profesional médico.
En 1982 se dio nombre a esta enfermedad SIDA –Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida–. Desde entonces ha matado a unos 40 millones de personas en todo el mundo. Se contagia por un virus que se transmite mediante el contacto con fluidos corporales infectados, fundamentalmente relaciones sexuales sin protección.
«El virus», indica, «ataca a los linfocitos CD4, encargados de la defensa del organismo frente a las infecciones, originando una inmunodeficiencia que condiciona una falta de defensas frente a múltiples gérmenes, siendo la mayoría oportunistas. Frecuentemente se asocia con la tuberculosis, dicha enfermedad ha aumentado de una manera alarmante en África subsahariana, donde cuenta con una alta tasa de mortalidad.
El virus se denominó VIH –Virus de la Inmunodeficiencia Humana– y se originó en África. Los primates desarrollan un virus similar llamado SIV –Virus de Inmunodeficiencia en Smios), se considera que la enfermedad llego inicialmente a los seres humanos a través de chimpancés salvajes que viven en África central.
«Actualmente», señala Sánchez Trilla, «sigue siendo una incógnita de cómo pudo pasar el virus la barrera de las especies, la teoría más extendida es que se contrajo a partir de personas que cazaron y comieron chimpancés infectados«.
Actualmente se sitúa el origen del virus en humanos alrededor de 1930, basándose en el tiempo que tardarían las distintas cepas del VIH en evolucionar. En el año 2022 se calcularon unos 39 millones de personas que vivían con SIDA.