Dos meses después de su boda con Íñigo Onieva, y de ser sorprendida visitando una conocida clínica de fertilidad tras su regreso a Madrid tras el verano más feliz y especial de su vida, Tamara Falcó ha reaparecido públicamente.
Una esperadísima aparición que ha tenido lugar en el desfile de Pedro del Hierro en la Semana de la Moda de Madrid y en la que, con la simpatía y la naturalidad que la caracteriza, nos ha contado cómo se lo pasó en su larguísima luna de miel, en qué ha cambiado su vida desde que es una mujer casada, y qué hay de cierto en que se ha puesto ‘manos a la obra’ para ser madre cuanto antes.
Derrochando elegancia con un traje sastre rojo perteneciente a su propia colección TFP by Tamara Falcó -cuyas propuestas para Primavera-Verano 2024 ha presentado hoy- la marquesa de Griñón no ha dejado de sonreír en ningún momento, fiel reflejo del gran momento que está atravesando desde que le dio el ‘sí quiero’ a Íñigo.
Por primera vez, Tamara ha revelado algunos detalles de su luna de miel en lugares tan exóticos y exclusivos como Sudáfrica o Bora Bora, donde su marido le empujó a hacer cosas a las que ella sola jamás se hubiese atrevido, como nadar con tiburones: «Han sido unas vacaciones maravillosas. Me empuja a hacer cosas que yo no haría. Ya había nadado con los tiburones, pero esta vez los he tenido mucho más cerca. La verdad es que esos de coral no hacen nada, son muy monos* Bueno, muy monos no porque tienen cara de tiburón, pero bien». «Yo por amor lo hago, pero cuando ya lo he hecho me alegro. No es lo típico que se me ocurriría de buenas a primeras» ha añadido entre risas.
Sin embargo, ha confesado que no se atrevió a hacer puenting con Íñigo. «Me negué a acompañarse porque fue como ‘¿cómo se te ocurre?’ Me voy a quedar viuda en la primera semana» ha bromeado, revelando que ha vuelto de su viaje «feliz, contenta y muy relajada».
Radiante, Tamara también ha revelado que la vida le ha cambiado ‘a mejor’ desde que su boda con Íñigo: «La verdad es que igual, pero mejor. Sí, sí, igual porque se parece bastante, pero no sé. Hay algo especial, quizás es el sacramento».
Rodeada de una nube de cámaras y reporteros -«a lo mejor es porque alguien dijo que soy una máquina de dar titulares» ha explicado con una sonrisa- la socialité también se ha pronunciado sobre sus imágenes con Iñigo en una clínica de fertilidad. Sin ocultar que «me encantaría ser madre», ha explicado que «me están haciendo un seguimiento, se llama naprotecnología, y estoy súper contenta. Por ahora todo bien y como soy muy creyente, será lo que Dios quiera».
Un tratamiento que, aclara, no significa que esté teniendo dificultades para quedarse embarazada: «No, no, para nada. Era justo para ir adelantando porque tengo otra amiga que lo hizo, pero al ser un tratamiento natural, pues tarda mucho más tiempo. No es evidente». «Y no todo depende de ellos» ha comentado entre risas, dejando claro que ahí también tienen algo que decir Íñigo y ella.
Más cómoda que nunca, la socialité ha evitado revelar si le gustaría tener niño o niña porque, como ha explicado, «imagínate que después digo niño y nace niña* Oye, traumatizada el resto de su vida porque quería niño. Es una pregunta horrible». «En mi familia querían niño y mis hermanos estaban desesperados cuando yo nací y a la semana de tenerme en casa le dijeron mis padres oye, nos han llamado del hospital que la podéis cambiar, y ya me habían cogido cariño y se quedaron conmigo» ha confesado sonriente, reconociendo que «una chica estaría bien». «¿Nombres? Ojalá primero me quede embarazada, después ya pensaré nombres» ha conluido.
Su visita a una clínica de fertilidad no es el único titular que ha protagonizado Tamara en los últimos días, ya que se ha publicado que después de una larga reforma integral su exclusivo ático en Puerta de Hierro está listo y la mudanza se producirá en las próximas semanas. «Aún faltan cositas pero estamos en ello. Todavía no sabemos nada. Ya tenemos las llaves desde antes y, nada, faltan un par de cositas y ya» ha asegurado, dejando entrever que por el momento no tiene una fecha concreta para comenzar su nueva vida con su marido en el piso que adquirió en 2020.
Un ático que se encuentra a pocos metros de la mansión de su madre, Isabel Preysler, que ha vivido su primer verano de soltera «desde los 18 años» -según su hija- y que como asegura Tamara, «está encantada y está haciendo su plan, está a su ritmo. De hecho, ahora cuando le decimos oye, mami, que es tardísimo, dice no me agobiéis que por una vez que puedo decidir yo».
Más enamorada que nunca de Íñigo, y asegurando que su marido «se ha relajado» con la prensa tras la boda «aunque no le gusta hablar mucho», la diseñadora tiene claro que el éxito de su relación es la confianza: «Atarle en corto no creo que funcione. Yo creo que cada cual es responsable de sus actos, que cada uno haga lo que crea».
Por el momento, lo que está haciendo su marido es volcarse en sus «proyectos profesionales», sobre los que Tamara prefiere no adelantar ningún detalle. «No me gusta hablar antes de que salgan, pero está muy ilusionado con un proyecto de restauración en el que está trabajando mucho y yo creo va a salir muy bien» afirma.
Una reaparición por todo lo alto en la que Tamara también ha mandado un mensaje muy especial a Julio Iglesias, que el próximo 23 de septiembre cumplirá 80 años: «Tío Julio, te deseo todo lo mejor. Eres un campeón y, de verdad, todo lo mejor. Un beso muy fuerte».