El objetivo del Banco Central Europeo (BCE) es devolver la inflación al 2%. Una meta que, según sus previsiones, no llegará hasta 2025 cuando se situará en el 2,1%. Por ello, el supervisor sube los tipos, para que la actividad se frene y sea más caro acceder a la financiación. El endurecimiento del acceso a la financiación ya se está notando, tanto en el ámbito de los hogares como en el empresarial. Sin embargo, este incremento en el coste de préstamos y créditos no está afectando a la actividad de las empresas españolas.
Esta es una de las conclusiones de la “Encuesta a las empresas españolas sobre la evolución de su actividad: tercer trimestre de 2023”. Boletín Económico del Banco de España. Algo menos del 15% de las empresas declara que el acceso a la financiación externa está teniendo un impacto negativo sobre su actividad en el tercer trimestre. Un porcentaje que se mantiene estable, por ahora, en comparación con los trimestres anteriores ) y sin diferencias elevadas entre sectores. Es decir, pocas empresas son las que están viendo como cae su actividad por el coste más elevado de la financiación.
Según el BCE, con datos del segundo trimestre, la oferta y la demanda de préstamos continuó enfriándose, aunque a un menor ritmo que en los tres meses anteriores, en línea con lo que preveían las entidades financieras. En este sentido, la encuesta indica que entre abril y junio, los criterios de concesión y las condiciones generales aplicadas a los nuevos préstamos se siguieron endureciendo de forma generalizada por quinto trimestre consecutivo.
A pesar de que no ven efecto en el endurecimiento de acceso a la financiación, las empresas sí que perciben un ligero repunte en el impacto negativo de la incertidumbre acerca de la política económica sobre su actividad. No obstante, la magnitud de la incidencia adversa de este factor seguiría encontrándose muy próxima a su mínimo histórico.
En términos generales, las empresas han percibido un descenso de su facturación en el tercer trimestre de 2023, tras el ligero aumento del trimestre anterior. La facturación cayó en todos los sectores, salvo en los servicios turísticos y de información y comunicaciones. Se observan indicios de pausa en el proceso desinflacionista en el tercer trimestre, tanto en los costes de producción como en los precios de venta. Las expectativas a un año apuntan a un ligero repunte de las presiones inflacionistas, sobre todo en el precio de los consumos intermedios.
En cuanto a los condicionantes de la actividad en este trimestre, los resultados muestran un repunte del porcentaje de empresas afectadas negativamente por el aumento del coste de los inputs energéticos. En concreto, el porcentaje de empresas que declaran un impacto negativo del encarecimiento de estos insumos aumenta hasta el 65%, 9 puntos porcentuales más que hace tres meses, tras el descenso producido en el primer semestre del año. Por ramas productivas, el aumento de la incidencia negativa de este factor es generalizado, pero se ha observado de manera algo más intensa en el transporte y la hostelería.
Los resultados del tercer trimestre arrojan, como en las dos ediciones precedentes, una pérdida de relevancia adicional de la escasez de demanda como factor limitativo de la facturación. Solo un 15% de las compañías declaran que esta circunstancia está afectando negativamente a su actividad, su valor más reducido desde el lanzamiento de la encuesta. Sin embargo, por ramas productivas, este factor está impactando de manera más desfavorable en la industria y en el comercio. Por el contrario, en el sector de información y comunicaciones y en las actividades profesionales y administrativas las condiciones de demanda han continuado siendo más favorables en el tercer trimestre.
Por lo que respecta al resto de los factores de oferta, la incidencia negativa de las dificultades para recibir suministros de los proveedores habituales se ha mantenido estable en el tercer trimestre. En concreto, este elemento es mencionado como un factor adverso por el 16% de las empresas encuestadas, porcentaje similar al del trimestre anterior y casi 20 puntos porcentuales inferior al máximo alcanzado en el tercer trimestre de 2022.
Por el contrario, sigue agravándose la incidencia de los problemas de disponibilidad de mano de obra. La existencia de dificultades en este ámbito es una percepción compartida por el 39% de las compañías, casi 5 puntos porcentuales más que hace tres meses. Por sectores de actividad, los problemas siguen siendo especialmente pronunciados en la hostelería y la construcción, donde más del 50% de las empresas declaran que se están viendo afectadas. Dada la creciente incidencia de dichas dificultades, la encuesta de este trimestre ha incluido dos preguntas adicionales en las que se solicita a las empresas colaboradoras que las están experimentando que aporten más detalles al respecto.