La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, visitó ayer la isla italiana de Lampedusa, epicentro de la crisis migratoria del Mediterráneo, para presentar un plan de acción europeo que busca contener la inmigración irregular y compartir la gestión de los traslados de migrantes llegados a las costas italianas. Canarias lleva tiempo reclamando solidaridad a los Veintisiete para gestionar y atender a los migrantes que llegan de manera irregular a las costas isleñas, que son la frontera sur de la Unión Europea. En lo que va de año, el Archipiélago ha recibido a 14.359 personas que han arribado de manera irregular.
Los últimos rescates se produjeron ayer, cuando arribaron 87 personas a bordo de tres barquillas precarias. La primera fue socorrida de madrugada en aguas cercanas a Gran Canaria y con solo seis ocupantes. Sobre las 10 de la mañana, Salvamento Marítimo desembarcó en Arrecife a los 50 migrantes de origen subsahariano que rescataron a 111 kilómetros de Lanzarote. Por último, la salvamar Macondo rescató a 31 magrebíes de una patera que se encontraba a la deriva a 22 kilómetros al sur de Gran Canaria y fueron trasladados a Arguineguín.
«He venido a Lampedusa para decir que la inmigración ilegal es un desafío europeo y requiere una respuesta europea», afirmó Von der Leyen acompañada de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien pidió la asistencia de la líder europea tras la llegada de más de 10.000 migrantes a la isla en apenas tres días.
El programa anunciado consta de diez compromisos, entre ellos un mecanismo de solidaridad para que otros países europeos transfieran migrantes llegados a Lampedusa fuera de Italia, actualizar la legislación europea contra el tráfico de personas y definir nuevos corredores humanitarios legales y seguros.
Von der Leyen también prometió aumentar la vigilancia aérea del Mediterráneo, a través de agencias europeas como Frontex, y coordinar con los países de origen protocolos para repatriar en condiciones seguras a los migrantes que no reúnan las condiciones de asilo europeas.
«Nosotros debemos decidir quien entra en la Unión Europea, no los traficantes», señaló en su discurso tras visitar el centro de acogida al que llegan a diario decenas de barcazas desde África. «Los traficantes son gente sin escrúpulos, engañan a las personas y las ponen a riesgo solo para ganar dinero», denunció Von der Leyen durante su discurso.
La visita de la mandataria europea coincidió con la llegada de más de 1.000 migrantes en las últimas horas a la isla, un número considerable pero lejos de las más de 10.000 que arribaron en tres días a mediados de esta semana. Esa situación desbordó por completo la capacidad de acogida de la isla, cuya extensión es de 20 kilómetros cuadrados, y llevó a la líder del Ejecutivo italiano a reclamar la ayuda de la Unión Europea.
Por ello, Meloni afirmó que no consideraba la asistencia de Von der Leyen a Lampedusa un «acto de solidaridad», sino de «responsabilidad». «Es una frontera de Italia pero también de Europa. Si alguno en Europa piensa que la crisis global se puede resolver solo dejándonos a los italianos se equivoca», sostuvo la líder ultraderechista flanqueada por la representante europea.
El programa europeo supone un espaldarazo a la estrategia defendida por Meloni desde su toma de posesión hace casi un año: abandonar las disputas sobre el reparto de migrantes entre los países europeos y centrar los esfuerzos en detener las salidas mediante acuerdos con los estados africanos. Por ello, uno de los compromisos más esperados por el Gobierno italiano fue el último de los pronunciados por Von der Leyen, quien instó a acelerar la aplicación del acuerdo migratorio que Bruselas firmó con Túnez en julio y que incluía una ayuda macrofinanciera de más de 1.000 millones de euros a cambio de medidas de contención migratoria.