Parece que no hay vuelta a atrás. Ceylin le ha entregado a Ilgaz los papeles de divorcio. La joven no puede más y cree que ya nos hay nada que pueda salvar su relación.

Ceylin no puede perdonar al fiscal Kaya que no haya hecho nada para evitar que su familia fuese detenida y él no le perdona a ella que le mintiese con todo lo que ha pasado con el asesinato de Serdar y que ayudase a su sobrina a escapar del país.

El juez les cita para firmar los papeles del divorcio, pero por culpa del trabajo y un atasco…Ceylin no llega a tiempo, pero un nuevo caso vuelve a unirles a los dos en el mismo barco.

Ilgaz aprovecha el reencuentro para preguntarle por qué no fue al juicio. Le reprocha que estuvieron esperándola y que no avisó de que iba a llegar tarde. “Si no llego a estar yo, el juez hubiese anulado el proceso”, le dice Ilgaz.

“¿Tantas ganas tienes de divorciarte?”, le dice ella ante las insistencias de Ilgaz. El fiscal le responde que el juez ha retrasado el juicio dos semanas y le dice a la abogada que tiene que recoger sus cosas. La abogada, entonces, le dice que pasará un día de estos, pero que le diga cuando está libre. “Siempre estoy libre”.