En fechas recientes se presentó la nueva edición del Festival Temporada Alta, el mayor evento teatral que se celebra en nuestro país, que en esta ocasión ofrece 100 montajes menos uno, es decir, nada menos que 99 espectáculos de alto nivel artístico dirigidos a los públicos más exigentes. El Festival, que es todo un referente, tiene lugar en Girona, la ciudad cuya Corporación se permitió el lujo de declarar persona non grata al actual Jefe del Estado, y de poner en graves aprietos a los servicios de protocolo de Casa Real cuando la princesa heredera ha tenido que viajar a su provincia a conceder algunos premios a empresarios o científicos. Al Temporada Alta se le suma un Festival de Circo cuyo elenco es similar al de Montecarlo (ojo, que el circo es algo muy serio) y una nutrida vida cultural. Además, en Girona reside el escritor Javier Cercas, que a pesar de ser tan extremeño como Luis Landero habla en catalán con una fluidez que para sí quisieran muchos profesores que poseen el certificado de Capacitació en nuestra tierra. Pero de allí es también Carles Puigdemont, el hombre de moda. Un político muy arrogante y muy de derechas del que depende la investidura de Pedro Sánchez como presidente del gobierno de la Nación. De las negociaciones se ha dicho y analizado todo. Lo que a mí me interesa es poner el foco desde Alicante, y comprobar la verdadera irrelevancia de nuestra provincia en el tablero donde se juega la política nacional. Nuestros diputados no pintan absolutamente nada. Nuestra sumisa actitud, legislatura tras legislatura, ha sido el viaje a ninguna parte. Mientras un chantajista que representa a los habitantes de una ciudad como Elche manda en España. Algo incomprensible.