El PP de Andalucía lleva semanas entonando que se convertirá en «bloque de contención» de cualquier intento de mermar el autogobierno de la comunidad o de privilegiar a otros territorios. El presidente Juan Manuel Moreno eleva el tono contra las negociaciones de Pedro Sánchez con Junts y ERC para su investidura, advirtiendo de que quiebra la igualdad entre españoles y la convivencia dentro de la Constitución. «Más Pedro Sánchez es menos Andalucía», repite en cada acto, en plena ofensiva del PP por cielo, mar y aire contra un posible pacto por la amnistía a los encausados en el ‘procés’. En mitad de este discurso político, el PSOE andaluz cambia el paso y pasa a la ofensiva. En vez de pelearse o medirse con Moreno sobre quién es más capaz de defender una Andalucía en pie de igualdad con el resto de España, el líder del PSOE, Juan Espadas, ha enviado una carta a Moreno donde le propone desarrollar el Estatuto de Autonomía para que la comunidad pueda profundizar en su autogobierno.
El PSOE trata de coger aire en Andalucía con esta propuesta, mientras que el PP le acusa de guardar silencio ante las concesiones a los nacionalistas. La propuesta lanzada por el lehendakari Urkullu de una nueva negociación del modelo territorial en España pilló a los socialistas a contrapie. El PP de Moreno rápidamente lanzó su artillería contra cualquier reforma que dejara atrás a la comunidad andaluza.
Una reforma al ritmo catalán
Mirar al Estatuto de Autonomía no es una estrategia del todo novedosa. Ya la utilizó el PSOE en Andalucía en 2001 y la concretó en 2004. Cuando todo el debate político nacional giraba alrededor del nuevo Estatut de Cataluña, el entonces presidente Manuel Chaves reinventó el discurso de los socialistas y propuso reformar el texto estatutario de Andalucía. Tres años después, los andaluces fueron llamados a las urnas, con escaso éxito, votó solo el 36,28%, la participación más baja de la historia, pero con un rotundo sí (87,45%) al texto, que copió la literalidad del Estatut en muchos de sus pasajes más polémicos, con la consigna de no quedarse atrás de lo que pedía Cataluña, o hizo de espejo inverso a la letra del catalán, en el caso de la financiación autonómica. La ‘teoría de las traineras’ marcó el paso del nuevo Estatuto andaluz, es decir todo se reformuló sin perder de vista lo que hacían los catalanes en su Estatut. Además en el caso de Andalucía solo pasó por el Constitucional por un asunto, la gestión del Guadalquivir, que dejó de ser una competencia exclusiva de la comunidad para quedarse en compartida con el Estado al ser una cuenca intracomunitaria. Andalucía se definió en su Preámbulo como «una realidad nacional» y el PP aprobó el texto, no sin coste también para los populares andaluces y con la oposición de la cúpula de Génova.
El furor de los políticos andaluces por el nuevo Estatuto de Andalucía pasó en cuanto el debate territorial se desinfló, Cataluña tomó otros derroteros, quedarían años para que estallara el conflicto independentista con su máxima expresión en la declaración unilateral de independencia de octubre de 2017, y Andalucía dejó prácticamente su Estatuto en un cajón. El PSOE gobernaría todavía diez años con el Estuto de ‘segunda generación’, como se llamó, orillado en el debate político. El PP llegaría al poder en 2018 revestido en la bandera andalucista pero sin tener en su programa político el desarrollo estatutario como prioridad.
Sin reunirse desde 2011
La propuesta que ahora el PSOE andaluz ha hecho llegar al presidente Moreno pasa por crear en el Parlamento un grupo de trabajo que sirva para desarrollar el Estatuto, una ponencia dentro de la Comisión de Desarrollo Estatutario. Esa comisión, que se reactivó en 2004 para la reforma estatutaria, luego ha ido componiéndose cada legislatura pero no tiene actividad registrada en el Diario de Sesiones de la Cámara desde que en marzo de 2011, la entonces consejera de Presidencia, la socialista Mar Moreno, compareció para explicar la sentencia del Constitucional tumbando la competencia exclusiva de la comunidad sobre el Guadalquivir recogida en su artículo 51. Desde entonces, la actividad de esa comisión es nula.
«Andalucía debe liderar ese debate, como en 1981 y 2007. Es una propuesta constructiva, que encaja bastante con lo que Moreno va diciendo», defendió Espadas. “La nueva legislatura en España se inicia con el tercer debate sobre el modelo territorial y Andalucía debe desempeñar el mismo papel para lograr acuerdos de igualdad desde la diversidad”, insistió el líder de la oposición.
La iniciativa socialista plantea “evaluar la calidad del autogobierno” bajo los distintos gobiernos desde la reforma de 2007, los últimos cinco años con el PP al frente de la Junta y los diez años anteriores, con el PSOE. Espadas pidió un “análisis y evaluación de 16 años de reconocimiento y garantía de derechos” recogidos en el Estatuto de Autonomía.
Con el Gobierno del PP la reforma del Estatuto solo se ha planteado de manera cosmética en el Gobierno junto a Cs. Era indispensable para cumplir la promesa de acortar a un máximo de dos mandatos la presidencia de la Junta. Una reforma comprometida por Moreno que está en el cajón y ha desaparecido del debate político.