Hace semanas -si no meses- que Alejandro Fernández es un dolor de cabeza para Génova, pero este jueves, el presidente del PP Catalán quiso oficializar su pulso. Ante un auditorio con una elevada representación de las entidades constitucionalistas, pero casi sin caras conocidas de la cúpula del partido, Fernández avisó de que no estaba dispuesto a aceptar «tutelas» -un mensaje claramente dirigido a Alberto Núñez Feijóo- y exigió a su partido una respuesta «sin titubeos» a lo que ya considera que es la segunda parte del proceso independentista.

El detonante de la crisis -al menos a ojos más públicos- fueron las críticas del dirigente catalán a la intención de Feijóo de incluir a Junts en la ronda de contactos para su investidura, pero la situación tiene más trasfondo. Y no se entienden sin tener en cuenta la posibilidad de que Feijóo quiera relevar a Fernández de la presidencia autonómica del partido, ni sin la intención del líder catalán de pugnar por seguir al frente.

El auge y caída de Fernández

Alejandro Fernández fue elegido en noviembre de 2018 como presidente PP Catalán, en sustitución de Xavier García Albiol. Lo hizo con el apoyo prácticamente unánime de la militancia -del 97,1%- y era visto con buenos ojos por la nueva dirección estatal del PP, tras ser Fernández uno de los principales valedores de Pablo Casado -de quien se hizo amigo en su etapa en el Congreso- en su pugna con Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores De Cospedal. Pero a pesar de tener los vientos internos a favor, el nuevo presidente tenía el difícil objetivo de revertir los peores resultados de la historia del PP en Catalunya. Hasta entonces, porque -de hecho- empeoraron.

El primer examen -y fracaso- fueron las generales de abril de 2019. La apuesta de Casado, Cayetana Álvarez de Toledo, a duras penas pudo retener uno de sus seis escaños. Un mes después, en las municipales, la nota también fue mala. Con Josep Bou, estuvieron a punto de quedar fuera del ayuntamiento de Barcelona. Pero la estocada definitiva fueron las catalanas de 2021. La candidatura de Fernández llegó con reticencias por colocar en puestos de salida a personas ajenas al partido como Lorena Roldán o Eva Parera, y los resultados quedaron muy lejos de los objetivos: últimos -sobrepasados por Vox y Cs- y con un escaño menos. Todo ello deterioró la relación con la ejecutiva de Casado -especialmente con Teodoro García Egea– que, justo antes de caer, estaba ultimando su relevo.

La llegada de Feijóo

Sin embargo, la entrada de Alberto Núñez Feijóo -y consiguiente salida de Casado- en abril de 2022 dio un tiempo extra a Fernández. El nuevo líder popular decidió aplazar el congreso autonómico previsto para aquel otoño y celebrar solamente la renovación de la dirección provincial, que reforzó a Manu Reyes -ahora de nuevo alcalde de Castelldefels-, con el objetivo de centrarse y preparar mejor las elecciones de municipales. Sin embargo, poco después ya empezaron a sonar voces de cambio. Salvada la emergencia inicial -tras la convulsa salida de Casado- y con el partido un poco más asentado, el nuevo presidente del PP ya situó entre sus prioridades fortalecer sus filas más flojas, entre ellas Catalunya -además de Euskadi-, y su intención era hacerlo con un nuevo proyecto más «moderado» de «catalanismo constitucional» y «bilingüismo cordial». Para llevarlo a término, todo apuntaba al relevo de Alejandro Fernández después del ciclo electoral.

La oferta del Congreso

La distancia de Fernández con la cúpula popular -especialmente molesta por sus ausencias en las reuniones de barones y su poca participación en la vida orgánica del partido en Catalunya- fue ensanchándose con el paso de los meses, pero todo se precipitó con el adelanto de las elecciones generales. Génova las aprovechó para ofrecer a Fernández una salida: ir de candidato al Congreso. Una propuesta que Fernández no solo rechazó, sino que aireó este rechazo a través de las redes sociales, algo que causó malestar en una parte del partido. «Me quedo en Cataluña, yo no os voy a abandonar», aseguró.

Pulso de estrategias y familias

El rechazo a ir al Congreso ya anticipaba que Fernández estaba dispuesto a prestar batallar por la presidencia del PPC, pero los exiguos resultados del 23-J y los bandazos de Feijóo tras ellos, le empoderaron. «Junts sí es mi rival. Que alguien me diga de qué hay que ‘hablar’ con ellos», aseguró a finales de agosto en redes. No era una afirmación cualquiera, sino una desautorización en toda regla de la estrategia de Feijóo, que había anunciado que se reuniría con Junts para tratar de negociar su investidura. Un contundente mensaje que decidió ratificar «sin miedo» unos días después y que la mayoría del partido interpretó como el inicio de su campaña para quedarse en la presidencia del partido.

Ante esta situación, el PP de Barcelona quiso dejar claro su apoyo a Feijóo en un acto de inicio de curso político en el que estuvieron presentes todos los pesos pesados de la cúpula catalana, a excepción de Fernández, que no anticipó su retorno vacacional. Dolors Montserrat, Santi Rodríguez, Xavier García Albiol, Manu Reyes, Josep Tutusaus, Daniel Sirera, Nacho Martín Blanco… «Todos al lado de nuestro presidente», exclamó Reyes, tras algún reproche velado de Tutusaus contra Fernández. Ninguno de ellos se dejó ver este jueves en la conferencia de Fernández.

¿Y ahora qué?

A pesar de que la situación cada vez es más insostenible, como reconocen fuentes de la propia cúpula del PP catalán; de momento, Génova quiere esperar a que se resuelva la coyuntura estatal para convocar el congreso. Los populares son conscientes de que la investidura de Feijóo está condenada al fracaso, pero tienen la esperanza de que las negociaciones entre el PSOE y los partidos independentistas no lleguen a buen puerto y que todo desemboque en una nueva contienda electoral, donde puedan sacar mayor tajada. Además, las elecciones catalanas no están previstas hasta febrero 2025 y, por lo tanto, no urge buscar un nuevo líder, que sería también el candidato a las elecciones catalanas.

En el resto de territorios donde ya ha habido renovación de la cúpula, Feijóo ha optado por evitar primarias que pudieran fracturar el partido y ha apostado por listas únicas de consenso. Una situación que a estas alturas parece difícil de lograr en Catalunya si, como parece previsible, Fernández da el paso y presenta candidatura. Aunque tampoco está nada claro quién sería la alternativa de Feijóo. En los últimos meses, han sonado varios nombres, desde Dolors Montserrat -que acaba de ser reforzada en Europa-, hasta Manu Reyes Daniel Sirera, pero según varias fuentes consultadas, ninguno de ellos querría dar el paso. Al menos, por ahora.