Agentes pertenecientes al Grupo de Medio Ambiente del Cuerpo General de la Policía Canaria (Gruma) realizaron el pasado 5 de septiembre una intervención cautelar en un criadero ilegal ubicado en el sureste de Tenerife del que rescataron un total de 54 perros y 11 gatos, además de abrir una investigación a dos personas como presuntas autoras de delitos de abandono y maltrato animal.
Los individuos implicados hacían uso de los animales incautados para su reproducción, debido a que se trataban, en su mayoría, de ejemplares de razas de alto valor en el mercado, como el gato esfinge o el lebrel afgano. Varios de los animales después se vendían en la Península y en el resto de Europa.
El recinto carecía de cualquier tipo de autorización para ser usado como criadero y los animales presentaban evidentes signos de desnutrición, diversas patologías, como la leishmaniasis, lesiones corporales, así como falta de identificación y vacunación. Las mencionadas irregularidades ocurrían en unas instalaciones insalubres que no cumplían con los requisitos de la Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales.
Cabe precisar, además que, según se ha podido desprender de la investigación realizada por los profesionales del CGPC, cuando los animales presentaban un estado de salud grave eran entregados a refugios o llevados a centros veterinarios, donde algunos de ellos fallecieron debido al estado avanzado de la enfermedad.
Para llevar a cabo el operativo, los miembros del Gruma de la Policía Canaria contó con la atención sanitaria de facultativos veterinarios, voluntarios y personal de diferentes organismos. Entre dichos colaboradores destaca el personal del Centro de Protección Animal Tierra Blanca, ubicado en el municipio de Fasnia y gestionado por el Cabildo de Tenerife, que ayudó en el traslado de una gran parte de los animales.