Pozoblanco siempre ha buscado un torero. Pese a que la plaza data de 1912 y la memoria de los festejos taurinos se remonta a los siglos XVI y XVII, con encierros y sueltas populares de reses bravas, y se intensifica en el siglo XIX, con novilladas y corridas más o menos organizadas en distintas ubicaciones de la población, Pozoblanco no ha sido tierra de toreros. Es algo que contrasta con la asolerada afición y con la categoría de los espectáculos taurinos que habitualmente se han organizado desde que la plaza ocupa un privilegiado espacio junto al lugar donde siempre se ha organizado la feria de septiembre. Y es ahora, quizá en contra de lo que dictan los tiempos, cuando dos jóvenes de la localidad han apostado por la profesión. José de la Hoz El Candela y José Antonio de Gracia harán el paseíllo en la histórica plaza este sábado para lidiar cuatro novillos de la ganadería de Enrique Ponce y el ambiente taurino para el festejo de prefería se ha disparado.

José Antonio de Gracia. RAFA SÁNCHEZ


Los dos quieren ser toreros desde niños, pero ya en la adolescencia tuvieron sus primeros contactos con los animales bravos y se implicaron de lleno «en el lío». José de la Hoz se ha hecho torero en la Escuela Taurina de Miguelturra, en Ciudad Real, y José Antonio de Gracia en la de Badajoz. Los dos cuentan con mentores de lujo. A De la Hoz le ayuda el popular taurino manchego Antonio Alegre y el profesor de De Gracia es el matador Luis Reina, por cuyas enseñanza ha pasado lo más granado de la fecunda torería extremeña. «Vamos mucho a torear al campo y la verdad es que la escuela funciona muy bien», afirma de La Hoz. «Gracias a la escuela he toreado muchas novilladas», recalca De Gracia. Preguntados sobre sus destinos de formación, lejos de su provincia, ambos coinciden en que en Ciudad Real y en Badajoz les ofrecían las posibilidades y el sitio que no encontraban en la escuela de Córdoba.

También coinciden en sus toreros de referencia. Quieren parecerse a Manzanares padre, a Juan Ortega, a El Juli, a Roca Rey, aunque ambos afirman que buscan un sello propio. «Me gusta la torería de Ortega y la forma de entender el animal de Ponce y de El Juli», afirma Candela. De Gracia recuerda a Paquirri y afirma que «siempre me ha llamado la atención su mirada, su leyenda y ojalá de la sangre torera que derramó en este ruedo florezca la mía».

Como es lógico, ambos consideran en que verse anunciados en su pueblo, con un gran ambiente y en puertas de la feria les hace una ilusión extraordinaria porque puede ser el punto de partida de un movimiento de apoyo a los dos toreros, que ya tienen sus partidarios y que seguro entrarán en competencia si consiguen seguir adelante. De momento, en cuanto a los números van bastante parejos. Candela tiene 22 años y De Gracia, 19. Candela afirma que torea mucho en el campo pero ha actuado 17 novilladas en público. Sin embargo, su compañero de cartel va camino de las treinta novilladas aunque afirma que tiene menos oportunidades en las ganaderías. Una cosa por otra. En cualquier caso son conscientes de que la afición pozoalbense espera su entrega y ver por fin colmado el sueño de contar con una figura del toreo de la localidad.

De Rafalete a Alberto Luna

Alberto Luna es el único pozoalbense que ha conseguido tomar la alternativa. Pepín Liria y Litri oficiaron la ceremonia en la feria de 1997. Junto a Luna, con caballos y nacido en Pozoblanco, sólo ha debutado Andrés Cantero, allá a finales de los años 90, pero después de torear bastante sin picadores e incluso con los montados, no alcanzó la alternativa. Y luego está el caso de Rafael Montero Rafalete, a quien se tiene por hijo adoptivo de la localidad, donde se hizo hombre y torero después de trasladarse con su familia desde Dos Hermanas, de donde es natural, a vivir a Pozoblanco. Montero toreó en los 50 y en los 60 con lo más florido de la torería de la época, pero una herida mal curada en una pierna le privó de alcanzar cotas más altas y no alcanzó la categoría de matador de toros. Sin embargo, su trayectoria sigue siendo muy recordada por los aficionados de mayor edad. Novilleros sin caballos y becerristas ha habido muchos y en todas las épocas pero hasta ahí. Por eso, por la afición, por la tradición taurina de la localidad y por la histórica plaza de Los Llanos, Pozoblanco busca el torero. La primera posta del camino se anuncia el próximo sábado con este singular cartel de novilleros.