«Hablamos con Jaume cada día. Él informa puntualmente a Yolanda Díaz, Jéssica Albiach y Ada Colau de cómo van las conversaciones con Puigdemont», explican desde la sala de máquinas de los Comuns, que subrayan que, al mismo tiempo, Asens mantiene también una interlocución «franca» con el líder del PSC, Salvador Illa. A fecha de hoy, desde el entorno del expresidente de Unidas Podemos aseguran que las conversaciones con Waterloo transcurren con «optimismo tenso», conscientes de que el hilo con el PSOE es frágil y está sujeto a la metereología interna de cada una de las partes.
Fue la misma noche electoral, en pleno fervor por haber quedado segundos en las elecciones generales en Cataluña, pero también plenamente conscientes de la endiablada aritmética que tenían delante para la investidura de Pedro Sánchez, cuando Albiach puso encima de la mesa el nombre de quien entendía que podía ejercer de ‘3 en uno’ -popular marca de aceite multiusos- para lubricar las relaciones. Al día siguiente, la líder de Sumar encargó formalmente a Asense actuar de enlace.
Era la oportunidad para «recuperar» a quien poco antes se había ido de la primera línia de la política por la puerta atrás después de ser substituido como candidato a las generales de forma abrupta y, también, de dotarse de un rol central en la negociación exprimiendo los buenos vínculos que tiene Asens con el independentismo y, muy particularmente, con el ‘exconseller’ Toni Comín, amistad que le connecta también con Carles Puigdemont, el dirigente más cotizado para la cuadratura del círculo. Nadie más en los Comuns, tampoco el eurodiputado Ernest Urtasun, que en los últimos años ha coincidido en tiempo y espacio con el ‘expresident’ en el Parlamento Europeo, tienen un hilo tan fluido con Waterloo.
Así que el beneficio es mutuo: Sumar y los Comuns presumen ante los socialistas de tener vía directa con Puigdemont vía Asens, cosa que permite a Díaz reivindicarse como argamasa de la investidura, y Asens vuelve a la palestra luciendo un perfil, el de ser cercano al independentismo, que paradójicamente antes era visto con recelos en una parte de su propio espacio, hasta el punto de llegar a considerarlo no idóneo para repetir como cabeza de lista. «Está ejerciendo el papel de su vida, haciendo de mediador, que está en su ADN. Tendiendo puentes es feliz», sostienen desde su entorno.
Los Comuns destacan el rol como principal interlocutor catalán de un dirigente que, abogado de profesión, asesoró a los líderes del 1-O que decidieron marcharse a Bélgica tras la declaración de independencia de 2017 y ha sido un firme defensor de los indultos, de la reforma del código penal y del referéndum. Antes de visitarlo en Bruselas y de hacerse una fotografía que lo rehabilitaría públicamente como interlocutor válido, la líder de Sumar habló por teléfono con el ‘expresident’ para preparar el encuentro tras las gestiones hechas por Asens, que desde el 23 de julio se ha desplazado en varias ocasiones no solo para hablar con Puigdemont, sino también con otros actores necesarios para la suma. El último movimiento que ha hecho, según ha podido saber EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, del grupo Prensa Ibérica, ha tenido que ver con el ofrecimiento del Gobierno a asumir el coste de la oficialidad del catalán en la Unión Europea.
El PSC rebaja el rol de los Comuns
Sin embargo, en la cúpula del PSC rebajan ese rol del expresidente de Unidas Podemos en el Congreso y lo enmarcan más en un intento de los de Díaz de no quedar relegado del foco de unas negociaciones que acabarán siendo cosa de dos en su fase final. Incluso consideran que la exposición mediática de Asens es excesiva si se busca que todo llegue a buen puerto, cosa que, insiste Illa, requiere de discreción. «Nosotros también tenemos dirigentes con buena relación con Junts y Puigdemont«, replican los socialistas catalanes, que presumen de haber cultivado en los últimos años vínculos con los posconvergentes, a los que siempre han considerado un actor político a tener en cuenta y con los que han colaborado en la oposición en el Parlament desde que rompieron con ERC en el Govern.
Por ahora, la formación de Illa asegura no haber recibido el encargo de Pedro Sánchez para participar de una interlocución directa con Puigdemont que está pendiente del fracaso de la investidura de Alberto Núñez Feijóo para activarse formalmente, pero asumirán lo que les pida el líder del PSOE. El líder del PSC no conoce a Puigdemont, con quien no ha se ha cruzado durante su trayectoria política, pero más allá de la capacidad del ‘primer secretari’ para negociar si así le encarga, afirman que hay cuadros en el partido a quien el ‘expresident’ les levantaría el teléfono. Sin ir más lejos, citan nombres como el del ‘expresident’ José Montila o el de la alcaldesa de l’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín. «No necesitamos que nadie nos salve la vida», aseguran en referencia a la vocación de Asens para ejercer de mediador.
Sin embargo, el líder del PSC pidió reunirse con Asens antes del 23 de julio, unos contactos para los que el dirigente de los Comuns pidió autorización a Ada Colau -en aquel momento se había despedido por carta de la primera línea de la política- y que han continuado también después. «En el rompecabezas de confianzas fuera del espacio, Asens tenía como reto pendiente esta interlocución franca con un dirigente socialista tras los recelos y el estigma que tenían de él por su proximidad con el independentismo. Eso ha cambiado», sostienen fuentes de su entorno.
Viaje de Illa a Bruselas
Salvador Illa tiene agendado un viaje a Bruselas el 11 y el 12 de octubre, una visita que realiza cada otoño desde que tomó las riendas del partido para reunirse con mandatarios europeos. La cúpula del PSC asegura que no está previsto que se reúna con el ‘expresident’ y también eurodiputado, aunque aún quedan semanas por delante para que los planes de unos y otros se vean alterados. Si bien los Comuns detectan que, pese a ser difícil, el acuerdo para la investidura no es imposible y hay «camino por recorrer», en el PSC, siguiendo la estela del PSOE esta semana, recetan cautela y calibran el impacto que podría tener sobre sus expectativas electorales en Cataluña que una amnistía -o una figura equivalente que borrara el historial penal de los encausados por el ‘procés’- permitiera que Oriol Junqueras y el mismo Puigdemont pudieran presentarse a los próximos comicios.