El partido Celta-Mallorca empezó a las seis y media, y no sé a qué hora perdí la noción. Me dicen que me quedé dormido y al despertar descubrí que se había llegado al descanso con empate a cero y no creo que pasara nada porque nada, ni un ruido, ni el volumen de la tele me despertó.
Empezó la segunda parte y me volvió a pasar lo mismo, me pasaban más cosas a mí que al partido, pero de repente escuché unas voces por encima de lo habitual y me encontré con un gol fantasma del Celta que fue anulado por el VAR.
Eché otra cabezadita pues el partido no invitaba a nada mejor. En el caso de que pasara algo, el estruendo de la tele me avisaría.
Pero ya me costaba conciliar el sueño y me puse a ver si efectivamente sucedía algo. Y sucedió.
A seis minutos del final, Muriqi marcó su primer gol de la temporada y eso, unido a dos paradones o tres de Rajkovic le dieron el triunfo al Mallorca.
Pragmatismo se le llama. Por fin hemos dado con el sistema del Mallorca, ya sabemos a qué juega: al pragmatismo. 0-1 y pa’casa.
El ‘Pirata’ anota su primer tanto después de fallar dos penaltis y tras marcar un doblete con su selección. Estaba el pobre amargado, como Darder está triste y Dani aburrido, pero el pragmatismo hizo su aparición y acabó con el Celta.