La Cardiología Intervencionista, también conocida como Hemodinamia, ha ganado terreno a la propia especialidad (Cardiología) desde su boom a principios de los años 80.
Sin embargo, son pocos quienes conocen la importancia de esta subespecialidad.
Se trata de una de las modalidades académicas de estudios de posgrado que tiene la medicina, y que, a nivel internacional, también se denomina ‘alta especialización médica’ o ‘superespecialidad’.
Considerada una subespecialidad en nuestro país, la Cardiología Intervencionista se dedica a salvar millones de vidas a través del diagnóstico exacto y del tratamiento de las enfermedades cardiovasculares (ECV).
Quienes lo conforman, son un grupo de más de 600 expertos repartidos por 150 laboratorios en España que, a diferencia de los cirujanos, operan patologías que atañen al corazón de una forma mínimamente invasiva.
En concreto, acceden a este órgano primordial a través de una vena o arteria del brazo o de la pierna del paciente. Y, desde ese acceso, lo tratan.
Más de 96.000 intervenciones en un año
La importancia de esta subespecialidad radica en la cifra de pacientes que salvan cada año.
Según detalla el doctor Ignacio Cruz González, presidente de la Asociación de Cardiología Intervencionista (ACI) de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), en 2022 se intervinieron a cerca de 97.000 personas en esta «subespecialidad», y sólo por enfermedades relacionadas con las arterias coronarias.
- «Sólo el año pasado, intervenimos a 21.521 pacientes por angioplastias primarias (infarto), y casi 75.000 intervenciones para poner stents (pequeño tubo de malla de metal que se expande dentro de una arteria del corazón)», asegura el presidente de la ACI.
Viendo estos datos no es de extrañar que uno de los 365 días del año, el 16 de septiembre, se dedique a resaltar el papel que tiene la Cardiología Intervencionista en el mundo.
Sobre todo, cuando se trata de una subespecialidad que «ha conseguido reducir la mortalidad de estas enfermedades en un 2%«, tal y como explica el doctor Antonio Ignacio Fernández-Ortiz, hemodinamista y director del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos.
La Cardiología Intervencionista llega hasta corazón a través la arteria o la vena de un brazo o una pierna del paciente para tratarlo.
Cada minuto es vital para la supervivencia del paciente
Aunque en nuestro país contamos con cerca de 600 intervencionistas Fernández-Ortiz asegura que se está popularizando entre los profesionales, lo que hará que este número se incremente en los próximos años.
- «Somos suficientes para cubrir la urgencia que reclaman estas enfermedades, pero, si nos fijamos en otros países europeos, estamos bastante por debajo en número. Si bien es seguro que va a crecer igual que lo está haciendo su fama entre los profesionales sanitarios», detalla Fernández.
Más de 500 personas que intervienen en el menor tiempo posible a miles de personas cada año ya que, cuando se tratan de enfermedades que involucran al corazón, el tiempo es oro.
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte por enfermedad en el mundo.
Por ello, el doctor Cruz explica que, desde que saben que hay un paciente sufriendo un infarto hasta que lo intervienen, no pueden pasar más de 90 minutos.
«Desde que somos alertados hasta que operamos, intentamos que pasen menos de 90 minutos. Porque, una vez que superamos ese tiempo, es muy difícil que la zona afectada se vuelva a recuperar«, detalla Cruz.
Tratar el corazón desde una pierna o un brazo y en 10 minutos
A diferencia de otras intervenciones cardíacas, que requieren incisiones (cortes) extensas para llegar hasta el corazón, la cardiología intervencionista alcanza este órgano a través de accesos arteriales o venosos.
Y una de las características de esta subespecialidad que más atrae a los profesionales es que en apenas 15 minutos una operación ya está hecha.
Además, al ser incisiones tan mínimas, no es necesario ni siquiera dormir al paciente.
- «Para el paciente es más sencillo, no hace falta anestesia general y la recuperación es mucho más rápida«, aclara Cruz.
¿Qué patologías trata la Cardiología Intervencionista?
La Cardiología Intervencionista o Hemodinamia, abarca diversas patologías cardíacas:
- Enfermedades coronarias. Entre ellas, angina de pecho, infarto de miocardio o muerte súbita cardíaca.
- Enfermedades congénitas del corazón. Como el defecto septal auricular (abertura entre las cámaras superiores del corazón)
- Enfermedades valvulares. Como la estenosis (estrechamiento) de la válvula aórtica que provoca insuficiencia cardiaca, dificultad respiratoria, cansancio e hinchazón de las piernas.
- Enfermedad en otras estructuras del corazón.
Y, de estas, hay dos «fundamentales» que, según Cruz, se tratan más:
- Enfermedades de las arterias coronarias.
La angina de pecho (dolor de pecho causado por la reducción del flujo sanguíneo al corazón).
Y el infarto (muerte de las células de un órgano o parte de él por falta de riego sanguíneo debido a una obstrucción o estrechez de la arteria).
- Cardiopatía estructural. Comunicaciones y estructuras del corazón que no deberían estar abiertas, y tratamiento de válvulas.
‘Código infarto’, disponibles 24 horas, todos los días del año
Partiendo de la premisa de que el tiempo que pasa desde el diagnóstico hasta la intervención es crucial, estos profesionales también están sujetos al ‘Código Infarto‘.
Una red asistencial que garantiza la coordinación de todos los recursos sanitarios necesarios para la atención a tiempo de estos pacientes con Síndrome Coronario Agudo (afecciones que repentinamente detienen o reducen de manera considerable el flujo de sangre al corazón) con indicación de terapia de reperfusión (proceso que permite el flujo sanguíneo de nuevo).
«Nosotros intentamos llegar al hospital en 10-15 minutos con todos los equipos de enfermería y el personal necesario, para llegar incluso antes que el paciente», indica Cruz.
Es, además, una red que está 24 horas disponible, todos los días del año.
Años 80, el ‘boom’ de esta subespecialidad
Podríamos resumir que la cardiología intervencionista es el paso de una cardiología que operaba a corazón abierto a una que interviene al paciente con una simple anestesia local.
Sin embargo, esto no ha ocurrido de la noche a la mañana. Sino desde principios de los años 80, en los que la Hemodinamia dio su ‘pistoletazo’ de salida.
- «El boom de la cardiología intervencionista empieza realmente a finales de los 70 y principios de los 80, que es cuando se empiezan a arreglar las arterias coronarias», relata el presidente de la ACI.
La cardiología ha pasado de una operación a corazón abierto a una en la que no es necesario ni tan sólo dormir al paciente.
Un avance fundamental, indica Cruz, para progresar a partir del 2005 hacia las intervenciones en cardiopatía estructural.
Avances que están por llegar
Pero no se queda ahí. En la Cardiología Intervencionista, según detalla el doctor Fernández-Ortiz, se esperan grandes avances en el terreno de las prótesis mitrales (dispositivo biomédico que regula el flujo de sangre entre dos cavidades cardíacas impidiendo su retroceso).
Los cardiólogos intervencionistas están sujetos al ‘Código infarto’: acuden al hospital en menos de 15 minutos y están disponibles las 24 horas del día, todo el año.
«Igual que estamos siendo capaces de hacerlo ya con la válvula aórtica, esperamos más avances en este sentido, con la colocación de prótesis mitrales por medio de catéteres (tubo delgado normalmente hecho de un plástico)», detalla el doctor Fernández-Ortiz, quien resalta otro gran avance que ya está dando resultados en la personalización de los tratamientos.
«También esperamos avances en la valoración de cómo funciona el riego y las arterias coronarias, mediante catéteres. Esto está dando ya respuesta a muchas enfermedades que hasta ahora no éramos capaces de poner una etiqueta. Para ver cómo se comporta cuando hacemos ejercicio, cuando estamos estresados…Y, con esta información, modificar o no el tratamiento».
Día Mundial de la Cardiología Intervencionista
Tanto para el dotor Cruz como para el doctor Fernández-Ortiz, este día es importante para hacer saber a la población en qué consiste esta subespecialidad y la repercusión que tiene en la sociedad.
«La Cardiología Intervencionista aparece, incluso, entre los 10 avances más importantes en medicina del último siglo«, resalta el director del IC del Hospital San Carlos.
A ello se le suma, además, la necesidad de que los políticos también sepan de su existencia para invertir más dinero en estas infraestructuras que salvan, al final de año, tantas vidas.
La intervención no puede demorarse más de 90 minutos, desde que se produce el infarto, para asegurar la supervivencia del paciente.
Aun así, el doctor Fernández-Ortiz recuerda que, aprovechando este día mundial «tan necesario» para la Hemodinamia, a la vez que se centran los esfuerzos en el tratamiento de las ECV como se ha estado haciendo hasta ahora, sería también conveniente poner el foco en la prevención.
«Al final, lo que estamos consiguiendo con estas intervenciones es que los pacientes se conviertan en crónicos. Pueden vivir bien, pero no dejan de requerir atención. Lo que se traduce en una gran carga para el Sistema Nacional de Salud», lamenta Fernández-Ortiz.
Por ende, este especialista recuerda que, muchas de estas enfermedades, se pueden evitar con buenos hábitos de vida «que deberían enseñarse desde pequeños«:
Hacer ejercicio de forma regular.
Controlar el estrés.
Dormir lo suficiente.
Controlar la presión arterial.
Controlar la diabetes.
Consumir alimentos cardiosaludables como, por ejemplo:
- Aceite de oliva virgen extra.
- Frutas.
- Verduras y vegetales.
- Pescado blanco y azul.
- Inclusión de proteínas vegetales, como el tofu, el tempeh o el seitán.
- Aves como el pavo, el pollo o el conejo.
- Legumbres.
- Frutos secos.
- Huevo.
- Cereales y pan integral.