El arranque de la octava edición de ‘GH VIP‘ contó con grandes momentos y una clara protagonista: Laura Bozzo, cuyo fichaje adelantó en exclusiva YOTELE. Con permiso de Karina, también adelantada por este portal, y Pedro García Aguado, el gran tapado del casting, la polémica presentadora se coloca como uno de los elementos agitadores más potentes de la casa de Guadalix de la Sierra este año.
Minutos antes de su entrada en el reality, la peruana habló con un grupo de medios especializados en televisión, entre los que se encontraba YOTELE, de sus intenciones de cara a su participación en ‘GH VIP’, dejando claro que su carácter arrollador es pura fachada: «Aparento ser fuerte pero ahora mismo estoy a punto de llorar porque estoy extrañando a mis hijas», comenzó diciendo.
A pesar de que Bozzo ya participó en ‘La casa de los famosos‘, aceptó este segundo reto en un reality, en este caso en España, para abrirse de nuevo a ese público que la descubrió hace 14 años en ‘Crónicas marcianas’: «Me encanta volver a empezar de cero y eso es lo que yo quiero transmitir a la gente mayor».
Y entra en ‘GH VIP’ sin miedo. De hecho, no piensa esconderse de nada ni nadie y pretende decir todo lo que piensa en todo momento: «Quiero nominar a la cara, no tengo problema. Al Súper sí le voy a volver loco, porque a cada rato iré a hablar con él para contarle cómo me siento».
Y su objetivo al decir sí a este reto es claro: «Quiero que me conozcan, que me vean como soy. Yo no pienso en ganar, porque tengo muchos defectos. Quiero que la gente vea mi lado bueno, mi lado malo y mi lado horroroso», asegura.
Eso sí, tiene clara su fortaleza interior y que, si la audiencia quiere, llegará hasta el final en el concurso: «La palabra abandono no está en mi cabeza. Jamás. No tengo límites, haré todo lo que permita mi cuerpo. Puede haber otras personas mejores que yo, pero yo no tengo competencia».
De cara a la convivencia, Laura Bozzo tiene claras cuáles son sus líneas rojas y sus virtudes: «No me gusta la suciedad en general, pero maniática no soy. No se me da bien cocinar, si dependen de mí en eso, se mueren todos (risas). Voy a tener la habilidad de contar historias y armar shows. Haré mi programa con todos los participantes, porque a la entrevistadora la llevo dentro. Suelo empatizar mucho con la gente y genero confianza. Nos vamos a divertir y no se me da bien limpiar, pero lo tendremos que hacer».
Una de las cuestiones que más curiosidad suscitó en su encuentro con los periodistas es si estaría dispuesta a encontrar el amor en el reality: «No podría enamorarme en la casa», dice tajante. Sin embargo, matiza qué le gustaría encontrar en un hombre: «A estas alturas de mi vida me gustaría alguien al que pudiera admirar, al que poder mirar desde arriba. Quizá una ápersona muy culta, de una edad similar a la mía, que podamos compartir afición por la historia. Y no haría edredoning, no es el ejemplo que quiero darle a mis hijas».
La peruana aprovecha sus últimas palabras para reivindicar la importancia de cuidar la mente, tanto dentro como fuera del reality: «Quiero hacer una lucha muy fuerte por la salud mental. Lo peor de estar aquí es no estar con mi familia. Mi hija menor está soltera y es muy dependiente de mí. También de mi nieto y mi hija mayor. Si hay algo que yo amo en esta vida es mi familia. Le he dedicado mi vida a ellos».