Hay sensaciones encontradas en el cordobesismo tras un inicio de campeonato ciertamente desconcertante. De la predisposición a la positividad clásica del verano se ha entrado en un estado de inquietud: el equipo es vulnerable. Nada que no se pudiera saber, porque les ocurre a todos en una Primera Federación que en su tercer año de vida confirma, desde los primeros pasos, que se ha convertido en un escenario para listos, en el que solo sobreviven los que son capaces de aprovechar los errores ajenos y minimizar los propios.
Lo primero es no pifiarla. Y ahí anda el Córdoba CF de Iván Ania, con tres puntos sumados de nueve posibles y ansioso por estrenarse en casa. El pleito con el Linares se las trae. El sábado noche promete emociones al límite en la ribera del Guadalquivir.
Vuelve a la portería Carlos Marín… y sale Kike Marquez
Cambio en la portería. Tras cumplir su partido de sanción por la expulsión en Murcia, Carlos Marín retornará a su puesto. En su ausencia cubrió el marco Lluís Tarrés, que sufrió -como todo su equipo- una mala tarde en el Iberoamericano de San Fernando, en el que los blanquiverdes cayeron por 3-1 frente a la escuadra isleña. Marín, titularísimo el pasado curso -disputó completos todos los partidos, excepto el que cerraba la Liga en El Arcángel-, recupera sus galones. «El equipo hizo un buen trabajo hasta la expulsión de Kike, pero no estuvimos acertados de cara a gol y lo pagamos caro», indicó el portero. El almeriense ha insistido en que «el equipo lo va a hacer», porque «tiene mucho potencial».
Un fijo que vuelve y otro fijo que sale. Kike Márquez, expulsado en San Fernando, tendrá que estar un partido fuera de juego por sanción. El sanluqueño, una pieza referencial para Iván Ania desde que llegó al cargo, deja un vacío que el asturiano tendrá que cubrir en un partido fundamental. El veterano punta ha marcado dos goles y ha intervenido en la generación del juego ofensivo blanquiverde, que figura entre los más destacados de la categoría. El ingreso de Kuki Zalazar, que debutó con gol en San Fernando, cobra consistencia.
Tapar el agujero defensivo, misión crucial
Quedó en evidencia en el campo y lo reconocieron todos los protagonistas, desde el banquillo hasta la última esquina del césped. El Córdoba CF no estuvo bien ante el San Fernando a la hora de proteger su marco y el precio al que tuvo que hacer frente fue duro: se quedó sin puntos y afeó su situación en la tabla clasificatoria. Exceptuando el cambio en la portería, obligado por la expulsión de Marín, el técnico Iván Ania no ha movido un ápice la línea de atrás en las tres citas disputadas. Todo apunta a que ahora lo hará… aunque le surgieron contratiempos.
Con Albarrán y Calderón en los laterales y Gudelj y Lapeña como centrales, el Córdoba ha tenido momentos complicados. En San Fernando se produjeron pifias en la defensa de las acciones a balón parado, que fueron determinantes. Durante la semana, el trabajo diario ha tenido ahí un capítulo especial. El nombre de Adri Castellano, el jugador más polivalente en la retaguardia, comenzaba a tomar cuerpo. Pero el cordobés se lesionó en un entrenamiento y no volverá hasta octubre. Los últimos en llegar al grupo, el central Carlos García y el lateral Iván Rodríguez, se postulan ante una oportunidad.
Hugo Díaz, la amenaza permanente del Linares
Cada vez que se cruza con el Córdoba CF vive un día especial. De blanquiverde vistió su hermano Pepe Díaz, un icono del club, y el mismo escudo pudo defender él, Hugo, en varias ocasiones. Nunca se dio, aunque estuvo cerca. El delantero cordobés, natural de la localidad de Almodóvar del Río, es una de las piezas básicas en el Linares desde hace varios años. Sus goles le han convertido en un elemento permanente en una plantilla que año tras año se reestructura sin que los cambios le afecten a él.
Hugo Díaz llega en buena forma. El pasado fin de semana fue homenajeado por el club de Linarejos al haber alcanzado la cifra de cien partidos. Lo celebró marcándole un gol al Real Madrid Castilla de Raúl González. En la temporada pasada logró marcar tanto en El Arcángel (2-1) como en Linarejos (2-1), una derrota que le costó el cargo a Germán Crespo. El delantero, de 35 años, comparecerá como un elemento de extrema peligrosidad para el Córdoba.
Una rivalidad creciente en los últimos años
El Córdoba y el Linares han sido vecinos bien avenidos desde hace décadas. Cada verano se encontraban en amistosos que se convirtieron en clásicos. Esos duelos estivales siguen -el último fue en el Trofeo Ciudad de Linarejos, con victoria cordobesista por 1-3-, pero en los últimos tiempo se han añadido batallas directas al coincidir ambos clubs en la misma categoría.
En la extinta Segunda División B, el Córdoba CF y el Linares coincidieron en la campaña 19-20 y terminaron separando sus caminos. El cuadro azulón terminó metiéndose en la nueva categoría de Primera RFEF, mientras que los blanquiverdes acabaron desplomándose a la Segunda RFEF. En la siguiente campaña, el Córdoba CF logró el ascenso a Primera RFEF y el Linares peleó por hacerlo a Segunda División, aunque se le cruzó en el camino el Deportivo de La Coruña en Riazor.
En la temporada pasada, ambos fueron adversarios en la pelea por alcanzar los puestos de play off. El Córdoba estuvo mucho más tiempo dentro, pero el Linares terminó por encima en la tabla clasificatoria. Ninguno lo logró, aunque en Linarejos no lo vivieron con el dramatismo con que se encajó el fiasco en El Arcángel.
La «batalla» de las gradas: ¿cómo se lo van a tomar?
No van a faltar en las gradas seguidores del Linares. Se estima que no menos de doscientos acudirán al partido en la noche del sábado en El Arcángel, donde se vivirá un ambiente electrizante. Pese a lo prematuro de la temporada, con solo tres jornadas disputadas, la necesidad de agradar -y qué mejor manera que ganando- ya se deja sentir en un Córdoba que despachó su primera comparecencia casera con una derrota ante el Ibiza.
