España es el principal productor y exportador de aceite de oliva a nivel mundial. La subida de precios en los lineales de los supermercados con botellas de un litro de las marcas más populares a 12 euros ha hecho que todos fijen el foco en el denominado oro líquido. Algunos usuarios de las redes sociales han puesto de manifiesto en los últimos días cómo esas mismas botellas de marcas españolas en supermercados de países extranjeros como Irlanda, Alemania o Reino Unido están a precios sensiblemente inferiores.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) también aseguró el pasado viernes que el aceite de marca de distribuidor es de media un 6% más caro que en Italia, un 16% más caro que en Francia y un 27% más caro que en Portugal.
Precisamente, El Corte Inglés ofrecía hasta este miércoles en su página web del país luso una garrafa de cinco litros de aceite de oliva virgen extra por apenas 27,89 euros (5,58 €/l). El mismo producto en la página española marcaba 41,95 euros, 14 euros más. Es decir, que había una diferencia del 50% entre uno y otro por un mismo producto, en mercados muy cercanos.
Asimismo, el aceite de oliva virgen extra de la marca propia de El Corte Inglés en el formato de botella de 1 litro es un 23,4% más caro en su web española (8,50 euros) que en la portuguesa (6,89 euros).
Desde la cadena de distribución argumentan a preguntas de El Independiente que las existencias con las que cuentan en sus centros de Lisboa y Oporto corresponden a campañas anteriores, en las que el precio era mucho más bajo que ahora. Además, aseguran que la rotación, es decir, la velocidad a la que se vende el aceite de oliva allí «es mucho menor que en España».
Por eso, con el stock de aceite existente podían mantener ese precio. Desde la empresa aseguran que cuando ese remanente se termine y tengan que comprarlo de nuevo a su fabricante (Acesur), lo registrarán a los precios que marque el mercado en ese momento.
Aunque el producto aparece como ‘agotado’, el precio en la web fue actualizado a lo largo de la jornada a 39,99 euros por garrafa (8 euros el litro). La diferencia con la que vende en España se reduce de 14 a 1,96 euros, es decir, lo mismo antes de impuestos. No en vano, el IVA en Portugal es del 0% frente al 5% con el que se grava este producto en España tras la rebaja aplicada por el Gobierno desde comienzos de año. Antes estaba al 10%.
Exportadores y distribuidores
Desde el sector exportador coinciden en que los casos en los que el precio en el lineal de los supermercados extranjeros está muy por debajo del que marca actualmente en los establecimientos españoles se debe a la falta de rotación del producto. Es decir, que no se vende tan rápido como en España.
«Probablemente esos aceites llevan ahí más de un año, con precios de septiembre del año pasado cuando estaba a 4 euros el kilo», explica Rafael Pico, presidente de Asoliva, la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador de Aceites de Oliva y Aceites de Orujo. En España, abunda, una botella dura entre quince días o como máximo un mes en la estantería.
Por otro lado, asegura que las empresas españolas anticiparon las exportaciones en el último trimestre de 2022, en vista de lo que se avecinaba por la corta cosecha a causa de la sequía, por lo que lo vendieron a precios más baratos de los actuales. También influye -añade- los contratos a largo plazo que los exportadores españoles firman habitualmente con las grandes cadenas de distribución extranjeras. «Trabajan con contratos de un año», incide.
Asimismo, apunta un cuarto factor; la ley de la cadena alimentaria, que impide vender en España por debajo del precio al que se ha comprado el producto a la industria.
Desde las cadenas de supermercados niegan estar especulando con el precio de este producto como les acusaba este martes la organización de consumidores Facua, que apuntaba a diferencias de hasta un 45% en el precio de una misma botella de aceite en función de si se compraba en Carrefour o en Alcampo hace apenas una semana.
«Las cadenas de distribución conviven mal con mercados volátiles y complejos en los que hay muchas oscilaciones de precio en origen porque nuestras empresas prefieren que los mercados agrarios sean estables y previsibles para poder diseñar las políticas comerciales tanto de marca propia como de marca de fabricante», explica el presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (Aces), Aurelio Pino.
Además, coincide con los exportadores en señalar a la ley de la Cadena Alimentaria, aprobada por el Ministerio que dirige Luis Planas. España tiene «una legislación que nos obliga a cubrir las necesidades de los productores industriales y, al mismo tiempo, tenemos una competencia dentro del sector«, dice. Eso hace que, «en el peor de los escenarios, el precio sea siempre el mejor de los posibles porque si no el consumidor puede acudir a otro operador», abunda el presidente de la patronal que agrupa a grandes enseñas como Alcampo, Carrefour, El Corte Inglés (Supercor) y Eroski.
En este sentido, considera que el informe que aprobó la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) el pasado mes de agosto sobre la aplicación de la rebaja del IVA decretada por el Gobierno en enero «demuestra que el mercado de la distribución es un mercado muy competitivo, transparente y en el que el funcionamiento responde a las reglas claras del mercado».