Los gases efecto invernadero no paran de aumentar.
efeverde

Me ofrecen ir a un programa de radio para participar en una tertulia sobre cambio climático, a la que invitan a una persona que no cree en ello. Les digo que no voy. Desde hace tiempo no participo en estas ferias. Al negacionismo climático se le combate con indiferencia. Si no respetan la ciencia climática, no hay obligación de debatir con quien no sabe y no quiere aprender. Para espectáculos mediáticos ya están algunos programas de televisión o algunos hechos ocurridos en las últimas semanas que nos abochornan a todos. Miren, llevamos años señalando desde las ciencias atmosféricas que el clima terrestre está cambiando. Que hay datos de sobra para demostrarlo. Y que desde 2010 este proceso, en algunas regiones climáticas de nuestro planeta como ocurre en la cuenca del Mediterráneo, va más rápido de lo que se pensaba. Y el problema es que la causa que está incentivando el proceso natural de calentamiento de nuestro sistema atmosférico, esto es, las emisiones de gases de efecto invernadero, no conseguimos atajarla. Todo lo contrario, emitimos más y más cada año. Por tanto, no esperemos una mejoría de nuestras condiciones climáticas, como poco, en la próxima década. Todo lo contrario. Esto va en serio. Por eso preocupa ver que hay personas que reman en sentido contrario. Incluso en la comunidad científica. Se niega la emergencia climática y la utilización política del cambio climático. En lo segundo puedo estar de acuerdo, pero hay utilización del tema en ambos extremos, izquierda y derecha. En lo primero, no. Podemos discutir el porcentaje de incidencia de los gases de efecto invernadero de origen humano en la alteración del balance energético planetario. Pero que existe esa alteración queda fuera de toda duda. Estamos perdiéndonos en lo accesorio de un proceso complejo, perjudicial para el ser humano, para los seres vivos en general. El tiempo, en su doble acepción cronológica y meteorológica, será el encargado de dictar sentencia. De momento, llamémoslo como quieran si no gusta lo de «emergencia», pero comenzamos a necesitar acciones urgentes para reducir el impacto del cambio que registra el clima terrestre.