Sólo durante la noche del martes al miércoles, más de 5.000 migrantes llegaron a la isla italiana de Lampedusa. Cerca de 24 horas en las que el territorio, situado al sur del país y relativamente cerca del norte de África, se vio desbordado por el desembarco masivo de personas que habían cruzado el Mediterráneo desde Túnez y Libia. En total, se calcula que en los últimos tres días, 10.000 personas han alcanzado las costas italianas.

Estas cifras sin precedentes han saturado el sistema de acogida de la isla, que cuenta con un centro de recepción con una capacidad para 400 personas. En este sentido, el Ayuntamiento se ha visto obligado a activar el estado de emergencia y a solicitar al Gobierno central la intervención del ejército.

En las últimas horas, en los muelles del puerto se han registrado disputas entre algunos migrantes que intentaban abandonar la isla y la policía. Asimismo, también se han vivido momentos de tensión, forcejeos y aglomeraciones durante el reparto de comida que, al parecer, es insuficiente, recoge la agencia Efe

Mientras algunos de los barcos tocaban tierra, otros fueron interceptados por la guardia costera italiana. Durante una de las operaciones de rescate frente a la costa de Lampedusa, un bebé de cinco meses murió ahogado después de que la endeble y precaria embarcación en la que viajaba volcase. Todos los demás pasajeros fueron rescatados, incluida la madre del bebé, una adolescente de Guinea, de acuerdo con la agencia ANSA.

Italia pide ayuda

Esta crisis ha llevado al ministro de Exteriores italiano y vicepresidente del Gobierno, Antonio Tajani, a pedir este jueves a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y al G20 que se impliquen junto a la Unión Europea para abordar el problema migratorio a nivel global.

«Ni siquiera Europa por sí sola es suficiente para abordar un problema tan enorme, que afecta no sólo a casi toda África, sino también a la afluencia procedente de la ruta de los Balcanes. Por eso hemos implicado a las Naciones Unidas y al G20″, subrayó Tajani en una entrevista publicada por el diario Il Corriere della Sera.

«La inestabilidad de la región subsahariana es dramática: desde esos países hay un empuje hacia el norte del continente, en particular hacia Túnez, para desembarcar en Italia, y luego un tiempo aquí para llegar a otros países», repasó Tajani. Asimismo, el jefe de la diplomacia italiana pidió a la comunidad internacional a través de X (antigua Twitter) «mecanismos de solidaridad y reparto de cargas que sean eficaces».