La exregidora de Función Pública y Gobierno Interior del Ayuntamiento de Palma entre 2015 y 2019, Aurora Jhardi, ha afirmado este miércoles que «le sabe mal» que se esté juzgando al juez Manuel Penalva, al fiscal Miguel Ángel Subirán y los agentes del Grupo de Blanqueo de la Policía Nacional. «Siento muchísimo que estéis aquí», ha afirmado dirigiéndose a los encausados durante el juicio a los investigadores del caso Cursach.
Las palabras de Jhardi, que ha comparecido en el juicio como testigo, han provocado una rápida reacción del fiscal Tomás Herranz, que en ese momento estaba preguntándole por su colaboración con los investigadores ahora encausados. Jhardi se ha girado hacia ellos para especificar con quién solía reunirse en aquella época y en ese momento les ha dicho que lamenta «muchísimo» su situación. «Vengo a decir la verdad en todos los sentidos», ha añadido la expolítica. Cuando Herranz le ha pedido explicaciones por sus palabras, Jhardi se ha disculpado: «Me he excedido. Todo lo que acababa en un juicio te sabe mal».
En su declaración, la exedil ha revelado que mantuvo entrevistas tanto con el fiscal Subirán como con varios de los agentes, que le ponían al día de lo que se estaba investigando. Sobre esto, ha añadido que Subirán le advirtió que «tuviera cuidado porque era una investigación secreta que llevaba mucho tiempo y que no se corriera la voz».
Además, ha indicado, con Blanca Ruiz se reunió dos o tres veces y con Miguel Ángel Blanco, entre cinco y diez, tanto presencialmente como por teléfono.
Inexperiencia
Jhardi ha subrayado en varias ocasiones la «inexperiencia» del equipo de gobierno en el momento de la investigación, más de un año después de iniciarse la legislatura. «Hasta que no llevas un año o un año y medio uno anda como pollo sin cabeza«, ha apuntado.
De este modo, ha admitido que tanto su declaración judicial como su colaboración con los agentes de Blanqueo estaba condicionada por esta circunstancia. «A veces nos pedían documentos y yo tenía que preguntar a los funcionarios si eran nuestros«, ha explicado.
A preguntas de las defensas, tanto de Javier Barinaga como Pedro Horrach, la exedil ha hecho hincapié en que no recibió presiones para declarar ante la policía en un sentido o en otro y ha explicado que no declaró nunca en sede judicial. Ha apuntado que leyó y firmó la declaración porque estaba conforme.
En relación al concurso de la ORA que fue objeto de investigación, la expolítica ha explicado que «no es habitual» que en una mesa de contratación lleguen a participar hasta diez personas, cuando lo normal serían seis. Sin embargo, ha explicado que si se necesita la opinión de técnicos que hayan elaborado pliegos, sí que podría darse este extremo.
La exregidora fue condenada a nueve años de inhabilitación por prevaricación administrativa por revocar sin justificación legal la licencia de publicidad dinámica del Grupo Cursach y retirar licencias a los conocidos como ‘tiqueteros‘.
Durante la sesión ha declarado también uno de los denunciantes del caso Cursach, citado por la defensa de Penalva y Subirán para confirmar que fue él quien pasó documentos a un periodista. El testigo, empresario de la zona de Magaluf, así lo ha reconocido. En su comparecencia ha explicado que acompañó a dos ciudadanos ingleses al juzgado que dirigía Penalva para que declarasen y que ejerció como intérprete, pese a que ha reconocido que no tiene ninguna titulación para ello.
Concluye la declaración de Bover. Se levanta la sesión. El juicio continuará mañana.
«¿Le pareció normal ser intérprete en unas actuaciones en las que usted estaba personado?», pregunta uno de los abogados. «He hecho de intérprete en muchos sitios», argumenta.
Pregunta una de las acusaciones sobre su formación en inglés. «Habló el 100% británico. No me hace falta ningún título», señala.
Asegura Bover que fue «arruinado por Cursach».
«Me está intentando liar», espeta el testigo al fiscal Herranz.
Afirma que uno de los ciudadanos ingleses le envió por WhatsApp documentos de su denuncia en 2014 y él las reenvió al periodista.
Dice el testigo no saber por qué no se pospusieron las declaraciones ante la falta de intérprete.
Interroga el fiscal Herranz. Insiste el testigo en que nadie le dijo que la causa estaba secreta.
Explica que acompañó al juzgado de instrucción 12 a dos personas inglesas que habían denunciado en 2014 en Anticorrupción ante el entonces fiscal Pedro Horrach, que en 2017 pasó a representar como abogado a uno de los funcionarios de Calvià imputados en el caso Cursach.
Cuenta que hizo de traductor en esas comparecencias y que tras estas declaraciones habló con el periodista de Diario de Mallorca José Francisco Mestre y le contó el motivo de las declaraciones judiciales. Añade que le envió por WhatsApp unos documentos al periodista. «Yo no sabía que la causa estaba secreta en ese momento», argumenta.
Comparece José Manuel Bover, empresario de Magaluf que fue uno de los principales denunciantes del caso Cursach.
Finaliza la declaración del testigo.
Precisa el testigo que no indagó sobre qué eran esos documentos. «No me consta que la Policía fuera a Son Pacs», sostiene.
Pregunta el abogado del empresario Roig, Salvador Perera, que ejerce la acusación particular, sobre su primera declaración por el caso ORA el 23 de enero de 2017. Señala el letrado que Roig ingresó en prisión de Roig fue en octubre de 2016. «No sé las fechas, sé que se comentó que habían detenido a Roig», señala sobre el episodio de los papeles en los contenedores. Apunta Perera que Roig volvió a ser detenido en enero de 2017 por el caso IME, por lo que el asunto de los contenedores no ocurrió durante las pesquisas del caso ORA.
Sigue prestando declaración el albañil de Cort.
Se reanuda la sesión.
Receso de diez minutos.
El testigo fue citado también por Márquez y Palomo, los policías que investigaron las supuestas irregularidades de Penalva, Subirán y los agentes de Blanqueo.
A preguntas de Barinaga, el testigo niega que le preguntaran si fue presionado durante las pesquisas del caso Cursach.
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